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La Riohacha de Gabo, presencia guajira en el universo macondiano

Cinco puntos claves de esta ciudad hacen parte del recorrido por los lugares que inspiraron al escritor. La Guajira celebra hoy, con esta ruta, sus 50 de años de creación.

La brisa proveniente del fuerte oleaje de las playas de Riohacha y el colorido artesanal de las indígenas wayuu conducen el inicio de la nueva ruta de turismo cultural llamada ‘La Riohacha de Gabo’, un recorrido que comprende cinco lugares importantes en sus obras Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera y Vivir para contarla, del Nobel de Literatura colombiano.

El departamento de La Guajira celebra hoy, con esta ruta, sus 50 de años de creación.

“Gabo fue concebido en La Guajira, por eso narró en apartes de su obra el amor y el apego que sintió hacia estas tierras. Esto no es más que un homenaje para él y esta ciudad”, expresó Weildler Guerra, antropólogo y gerente del Banco de la República, sucursal Riohacha.

“Cuando el pirata Francis Drake asaltó a Riohacha, en el siglo XVI, la bisabuela de Úrsula Iguarán se asustó tanto con el toque de rebato y el estampido de los cañones, que perdió el control de los nervios y se sentó en un fogón encendido. Las quemaduras la dejaron convertida en una esposa inútil para toda la vida”. Este fragmento de Cien años de soledad se encuentra impreso en una valla impuesta en el Parque Nicolás de Ferdemán, en donde se da inicio del recorrido de ‘La Riohacha de Gabo’.

“Este lugar conserva antiguas piezas de artillería de la ciudad que reflejan los constantes asedios a que se vio sometida Riohacha durante los siglos XVI y XVII por los piratas y corsarios franceses e ingleses. Sir Francis Drake atracó en este lugar y es por eso que este es el punto de partida de la saga de los Buendía, como lo narra Gabo en su más célebre libro”, comenta el antropólogo.

“En efecto, después de una estancia prolongada en Riohacha, Lorenzo Daza había decidido volver. No era la época más benigna del mar, debido a los alisios de diciembre, y la goleta histórica, la única que se arriesgaba a la travesía, podía amanecer de regreso en el puerto de origen arrastrada por un viento contrario”. El amor en los tiempos del cólera.

El muelle de Riohacha, uno de los sitios turísticos más concurridos en épocas de vacaciones es invadido por estos días con la presencia de bañistas y visitantes de todas partes del país. En la entrada del mismo se encuentran con el anterior  fragmento, que indica la importancia del puerto de Riohacha para la historia del Departamento.

Guerra afirma que durante siglos Riohacha se comunicó a través de la navegación marítima con Santa Marta, Cartagena, Jamaica y Curazao. “El 11 de junio de 1926 los padres del escritor partieron de Santa Marta con destino a Riohacha para pasar su luna de miel, llegando a esta ciudad después de enfrentar vientos contrarios y mareados por travesía borrascosa”, dice.

“Mi madre añoraba tanto la casa donde pasó la luna de miel que sus hijos mayores hubiéramos podido describirla cuarto por cuarto y todavía hoy sigue siendo uno de mis falsos recuerdos… Dos meses después de la boda, Juan de Dios recibió un telegrama de mi papá con el anuncio de que Luisa Santiaga estaba encinta”.

El anterior fragmento de Vivir para contarla yace en la puerta de la casa de la familia Márquez Iguarán, en donde se dice que fueron los primeros pasos de los padres de Gabriel García Márquez en la capital de La Guajira. Esta casa se encuentra situada en la Calle del Templo y es propiedad de la familia Márquez Iguarán.

Allí vive aún Ricardo Márquez Iguarán, primo hermano de la madre de Gabo, con quien creció el nobel sus primeros años de vida. “El primo más inteligente”, como cuenta que le llamaban en la familia, dice que “el lazo con Gabito fue muy fuerte, porque crecimos como hermanitos. Los García se volvieron íntimos amigos nuestros, y en el corazón de la familia Iguarán quedaron recuerdos únicos”, afirma don Ricardo.

Uno de esas remembranzas que guarda la historia de los Márquez Iguarán en Riohacha yace en la existencia de un peinador que perteneció a Luisa Santiaga, madre del escritor. El objeto de colección aún se conserva en manos de la señora Temilda Brugés, una simpática vecina, quien cuenta que vive desde hace más de 50 años al frente de la casa de los Márquez Iguarán.

“Cuando una tía de Gabito se fue a vivir a Barranquilla, vendió casi todos los muebles y a mí me vendió el peinador, que aún conservo. No me acuerdo en cuánto me lo dio, pero lo cierto es que me lo dio a buen precio”, cuenta con voz entusiasta doña Temilda.

En su cuarto reposa el antiguo peinador de color marrón pálido. Su propietaria abre las puertas de la habitación para que los curiosos conozcan el objeto frente al cual se peinaba la madre del nobel, mientras Temilda muestra con orgullo las fotografías de ella y doña Luisa Santiaga.

“La mamá de Gabo vino hace más de 10 años a saludarme y a ver cómo conservaba el peinador, yo le dije: “ahí está intacto como me lo dejaron”, dice.

“…nada se comía en casa que no estuviera sazonado en el caldo de las añoranzas: la malanga para la sopa tenía que ser de Riohacha, el maíz para las arepas del desayuno debía ser de Fonseca, los chivos eran criados con la sal de La Guajira y las tortugas y las langostas las llevaban vivas de Dibuya”. Vivir para contarla.

La cuarta estación de la Ruta “La Riohacha de Gabo” es la Casa del Telegrafista, actualmente en este sitio opera un almacén óptico; sin embargo, Guerra cuenta que a este lugar se trasladó la joven pareja pocas semanas después de haber arribado a Riohacha.

“Gabriel Eligio García, padre del escritor, se desempeñaba entonces como telegrafista de Riohacha. En el patio de esta casa había un frondoso árbol de guácimo y plantas de granada. Luisa Santiaga se sentaba en la puerta de su vivienda a contemplar el mar. De allí su famosa expresión “No hay mar como el de Riohacha”, de esta casa parten los esposos a Aracataca cuando la madre del escritor tenía ocho meses de embarazo”, relata Guerra.

“La ciudad de arena y sal donde nació mi estirpe de los tatarabuelos, donde mi abuela vio a la Virgen de los Remedios apagar el horno con un soplo helado cuando el pan estaba a punto de quemársele. Donde mi abuelo hizo sus guerras y sufrió prisión por un delito de amor y donde fui concebido en la luna de miel de mis padres”.

El antropólogo cuenta que García Márquez fue nieto de riohacheros y criado junto a sus abuelos maternos, por esa influencia siempre acudió a la Virgen de los Remedios, patrona de la capital de La Guajira, como un referente religioso de sus obras.

“Tanto así que uno de sus personajes más emblemáticos se llama Remedios la Bella y otro es designado por el hipocorístico de este nombre: Meme, el amor desaforado de Mauricio Babilonia”, anota el gerente del Banco de la República.

50 AÑOS DE LA GUAJIRA. En el marco de los 50 años, la Gobernación de La Guajira, Alcaldía de Riohacha, el Banco de la República y Cerrejón organizaron una visita guiada a los cinco puntos que recorrerán la Ruta de la Riohacha de Gabo para conmemorar el importante paso de Macondo por el norte del país.

Así mimo, este nuevo atractivo de la capital Guajira fue creado para impulsar el turismo de la región.

 

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