Estado de ánimo en Facebook: ¿reflejo de la personalidad?

La foto de perfil y todas las actualizaciones que una persona publica –en ocasiones a diario– en su cuenta personal de Facebook, hacen parte de una cultura universal que se ha ‘tomado’ al mundo en los últimos años y que ha modificado en gran medida la forma como se establecen las relaciones humanas.

Un estudio realizado recientemente por la Universidad Brunel (en Londres), develó que los estados que son publicados por los usuarios de Facebook pueden ser un reflejo de narcisismo y de depresiones.

Según la investigación, las personas que publican en esta red social actualizaciones de estado referentes a su pareja presentan más propensión a la baja autoestima, mientras que los usuarios que comparten sus logros (dietas, ejercicios y premios) son narcicistas.

Humberto Molinello Blanquicet, psiquiatra de la Universidad Militar Nueva Granada, afirma que “primero hay que estudiar el contexto donde son usadas estas redes y responder qué es lo normal, por cuánto tiempo se puede usar la red y para qué se usa”.

Los seres humanos tienden a buscar elementos que les permitan expresarse en los diferentes estados de ánimo  por los que pasen.

En ese sentido, según Jainir Cantillo Villa, psicólogo de la Universidad Simón Bolívar, “en la actualidad, los avances tecnológicos han llevado a que nuestras expresiones no sean directas sino que se tracen a través de medios en los que se comunique un estado de ánimo”.

¿Depresión o tristeza?

Según el estudio de la Universidad de Brunel, ver las publicaciones que hablen de la alegría y los logros alcanzados por los contactos que se tienen en Facebook, puede derivar en trastornos depresivos para quienes no pasan por un buen momento en su vida.

“Primero que todo, hay que tener claras las diferencias entre tristeza y depresión”, expresa Cantillo. Aunque el estado de depresión presenta características que son propias de la tristeza, “hay que saber distinguir entre una afección emotiva y la otra”.

Si una persona experimenta  un momento de su vida en el que siente que nada le sale bien, y no está satisfecha con las actividades y la ocupación que desarrolla, según los especialistas, “puede que una frase, un like o un mensaje de apoyo en Facebook le genere un  despertar ante una situación determinada que lo aqueje”.

Según la psicóloga María Pinto, “todo lo que tenga que ver con sensaciones de placer tiene la tendencia a generar adicción”, en tal sentido, la experta aconseja que cuando se identifiquen síntomas de adicción a las redes sociales, “las personas más cercanas al afectado deben ponerse al tanto y ayudarle a solucionar su problema”.

¿Qué es normal?

Lo normal es que la gente se comunique y que utilice Facebook como un medio de comunicación más, que de por sí hace parte del mundo actual. Pero, ¿cuál es el grado de normalidad de su uso?

Aquí entra a ‘jugar’ el concepto de ciberadicción, que está conformado por varios aspectos. Según Molinello, “las personas que manifiestan rasgos de adicción a las redes sociales suelen tener dificultades para interactuar con quienes hacen parte de su ‘mundo real’ más próximo”.

María Ilma Pinto Vergara, psicóloga clínica de la Universidad Nacional, dice que todas las publicaciones y estados que una persona pone en Facebook “son hechas con el objetivo de que alguien lo conozca y de llamar la atención; porque precisamente quiere expresar un estado de ánimo o una emoción en especial”.

Las selfis y otras manifestaciones del momento actual que atraviesan las personas en las redes sociales, acompañan lo que para los especialistas es “el fenómeno social” de expresar a través de imágenes y frases un estado de ánimo.

“En las personas que publican excesivamente selfis puede haber un tipo de complejo o de necesidad de aprobación y de afecto que esta tiene”, afirma la experta, quien enfoca su planteamiento en la perspectiva que “todos los seres humanos tienen la necesidad natural de ser aceptados y queridos”.

Los especialistas recomiendan que –desde la familia–, los padres orienten a sus hijos para que no permitan que estos “caigan” en las redes sociales y se pierdan en ellas.

“La clave para sentirse amado, en principio, es aceptarse y quererse a sí mismo, sin prestarle mucha atención a la aprobación de los demás”, puntualiza Pinto.

Los peligros de ‘caer’ en la red

Humberto Molinello, psiquiatra de la Universidad Militar Nueva Granada, plantea que hay que explorar el concepto de ciberadicción y de quiénes podrían considerarse ‘ciberadictos’, que son probablemente las personas que tienen problemas para comunicarse en el mundo real. Estas presentan trastornos de ansiedad, fobia social y ‘se sumergen’ en las redes sociales “para esquivar la angustia o el estrés que les produce la interacción social humana, las manifestaciones humanas reales y necesarias, prefiriendo buscar un sustituto a través de las redes sociales.