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Las instalaciones del Colegio Salesiano de San Roque conservan el estilo clásico de sus 114 años de existencia. Giovanny Escudero
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Cuatro exalumnos recuerdan su paso por el Salesiano

El colegio católico se convertirá en la nueva sede del Don Bosco y pasará a manos del Distrito. Egresados lamentan la crisis de estudiantes de la institución, que tiene 114 años de existencia.

En 1980 el profesor de inglés Ricardo Pupo calificó con un diez a un solo estudiante del Colegio Salesiano de San Roque. Había escrito algunos versos de una canción de The Beatles en el tablero para que algún valiente demostrara su buena pronunciación. Alcibiades Antonio Acosta fue el único que se levantó para cantar “de arriba hacia abajo” Hey Jude. Hoy se le conoce como Checo Acosta, quien recuerda con gracia sus épocas doradas como estudiante, tras lamentar la crisis económica que enfrenta esa institución, fundada hace 114 años.

“El profesor dijo que nunca había escuchado una afinación y pronunciación tan perfecta, me puso 10, e hizo que mis compañeros se levantaran para aplaudirme”, cuenta el ‘Checo’, quien lamenta la situación por la que atraviesa el plantel donde cursó el bachillerato.

A mediados de esta semana, el tradicional colegio  fue noticia tras el anuncio de su posible cierre y puesta en venta ante el déficit de estudiantes, anunciado por el sacerdote José Javier Zapata, su rector.

El Salesiano nació como una extensión de las escuelas salesianas, que inicialmente funcionaban en una casucha de paja, al lado de la iglesia, en la Parroquia de San Roque. En 1906 fue trasladado a la actual estructura del colegio, que había sido adquirido por esa comunidad poco a poco, desde su llegada a Barranquilla en 1902.

De acuerdo con reseñas históricas, es en el año 1914 cuando el padre Jacinto Basignana inaugura la nueva sede en la calle 30 con carrera 36, y 34 años después enfrenta su primera gran tragedia, bajo la dirección del sacerdote Luis A. Santacoloma: el plantel fue incendiado el 9 de abril de 1948 a manos de criminales, durante una manifestación contra entidades públicas.

“Quemaron todas las instalaciones, hicieron una fogata en el centro del colegio, que hoy es uno de los más emblemáticos para esta ciudad y que está pasando por una tormenta”, cuenta Rafael Iglesias, presidente de la Asociación de Exalumnos Salesianos de Barranquilla, que se reúne frecuentemente para fortalecer los lazos de compañerismo.

Recuerdos de exalumnos

Salesianos destacados como Ciro Plata, exgerente de la Empresa Distrital de Telecomunicaciones, y Carlos Ramos Maldonado, actual decano en la Universidad Autónoma del Caribe, se unen también para rememorar su institución, cuya misión es formar “buenos cristianos, honestos ciudadanos”.

Tanto Maldonado como Plata hacen parte de la promoción del 1975, que egresó hace 41 años. Para infortunio de ellos, es la única que no aparece en el gran libro verde del salón Memoria Histórica del colegio. Sin embargo, ante la ausencia de aquellas fotografías en blanco y negro, viven el color de sus recuerdos.

El día que Ciro Plata no alcanzó a estudiar filosofía de la Antigua Grecia, su profesor lo pasó al ‘paredón’ para preguntarle por el pensamiento de Sócrates. “Como en ese momento no sabía nada, inventé que Sócrates me parecía mala influencia para los jóvenes”, relata.

El profesor, desconcertado, le preguntó por qué.  “Es un ‘corrompedor’ de adolecentes”, fue el argumento de Ciro en su desconocimiento, a lo que el profesor sabiamente respondió: “Y tu eres un ‘corrompedor’ del idioma, tienes cero”, narra entre risas.

Carlos Maldonado, por su parte, pone a rodar un ‘cassette’ con melodía más sobria.

El actual docente de la universidad barranquillera portaba la actitud propia de los años 70. Venía de educarse en el barrio Las Nieves y algo había allí por lo que se mostraba “resistente” ante las formalidades del entorno.

“Esa forma de ver las cosas me llevó a ser presidente del consejo estudiantil e influir para pasar la doble jornada del colegio a una única”, recuerda.

Aquella iniciativa les permitió a él y sus compañeros poder disfrutar de los atardeceres en la Isla Salamanca, así como de inolvidables instantes jugando buchácara en las tardes libres.

Las salidas del colegio, sin embargo, no son tan valiosas para los exalumnos como sus tiempos en él. La Semana Santa es una de las celebraciones más esperadas por la comunidad salesiana, que coincide en lo “divertida” que son las procesiones que realizan.

Incluso los episodios más “amargos” tienen un espacio especial en la memoria y hoy son producto de risas.

El más pequeño de la fila de bachillerato a finales de los años 50, a quien molestaban y de quien se burlaban por medir 1.50 metros era Carlos Cure, hoy nuevo  miembro de la junta directiva de Ecopetrol. El ingeniero barranquillero recibió la noticia del posible cierre del Salesiano en la Clínica General del Caribe, mientras se recupera de una cirugía de corazón abierto. Para poder recordar sus maravillosas y oscuras épocas en el colegio, esfuerza un poco la voz y pide a su acompañante que traduzca.

Cure era el más pequeño en el curso y como las formaciones eran organizadas por estatura, terminaba siendo ubicado con los niños de primaria. “Mis amigos se reían de mí por eso, hasta que un día me aburrí”, cuenta el ex embajador de Colombia en Venezuela, quien decidió en ese entonces ingresar a la banda de guerra como medida para evitar las bromas.

“Yo tocaba el tambor, pero detrás de mi tenía al niño más grande del colegio, que tenía un bombo”, explica. La decisión terminó por pasarle cuenta de cobro a Cure, quien cayó “privado” tras ser golpeado accidentalmente con el bombo.

“Terminé tirado en el suelo”, concluye entre risas. No tarda mucho tiempo en recobrar la seriedad y agrega: “es terrible la situación, para mí era el centro de todo. En verdad es una lástima, no sabía”, concluye.

Llamado al alcalde Char

La angustia de Cure, el pasado jueves en la tarde después de su diálogo con EL HERALDO se extendió hasta la noche. Luego de unas cuantas horas regresó la llamada a este medio para informar que había llamado al Alcalde Char, quien se encontraba en Bogotá, porque “esto no puede pasar”.

“El alcalde me dijo que va a interceder, me cuenta que apenas se enteró pensó que no es posible que un colegio tan emblemático como el Salesiano cierre. Te llamo porque quiere que te cuente esto”, sostuvo Cure, esta vez con voz firme.

La llamada, la angustia, la preocupación, así como las oraciones de los padres de familia constituyeron el “milagro” y San Roque que finalmente no será cerrado.

¿Qué le depara?

Apenas se conoció la posibilidad del cierre y puesta en venta del colegio salesiano de San Roque, el Distrito se apresuró en buscar la manera de salvaguardarlo. En una reunión entre las directivas de la institución con la Secretaria de Educación, se determinó que la escuela pase a ser  desde el próximo año una nueva sede del colegio Don Bosco, ubicado en el barrio Rebolo.

El convenio fue establecido luego de una reunión que sostuvo la secretaria de Educación, Karen Abudinén, con las directivas de la escuela, que tiene como rector al sacerdote José Javier Zapata, quien también está a cargo del Don Bosco.

La iniciativa contempla que el Distrito oferte cerca de 500 cupos para el Salesiano, que cuenta hoy con 265 alumnos, pese a que tiene una capacidad para 1200 aproximadamente.

Con esto se eliminará el pago de mensualidad y la educación será gratuita. Además, permitirá que los 18 docentes y 5 empleados que se desempeñan en el área administrativa del colegio conserven su trabajo.

“Esa era la luz que estábamos buscando. No queríamos cerrar el colegio y eso ya no va a pasar”, fueron las palabras del padre Zapata, quien reveló el que podría ser el nuevo nombre de la institución “Colegio Salesiano de San Roque Don Bosco Sede II”.

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