Con música, pintura y poesía pretenden salvar los polos

No es un secreto que la Tierra está atravesando por una gran cantidad de problemas ambientales causados por la mano del hombre. Mucho es lo que se ha dicho desde la academia y los medios de comunicación acerca de la lamentable situación que se vive en los polos, más exactamente.

Es por esto que numerosas organizaciones activistas, yendo más allá de las tradicionales marchas, han ideado toda una agenda ‘artístico-ambientalista’ para salvar y proteger los extremos norte y sur del planeta.

Iniciativas

En este sentido, un centenar de artistas, pensadores y científicos se embarcarán, en 2017, en el buque polar Akademik Ioffe, en la Primera Bienal de la Antártida, un proyecto que pretende que, durante diez días, la tripulación tenga la oportunidad de participar en actividades de reflexión, debate y acción, dentro de un amplio programa que incluye talleres de poesía y filosofía para que reflexionen sobre el futuro y la conservación del continente.

Además de esto, se realizarán paradas en distintos puertos y bahías que se convertirán en espacios expositivos temporales de las obras y creaciones que se hagan en altamar.

Según el artista, marino y filósofo ruso Alexander Ponomarev, organizador de la iniciativa, esto podría ayudar a crear “una estructura cultural bastante estable” para que la Antártida deje de verse como un espacio “con pocos antecedentes culturales”.

La experiencia se recogerá en un documental y las piezas que surjan serán transportadas a diversos museos del mundo para ser expuestas hasta febrero de 2019, momento en el que se espera se celebre la segunda bienal.

Pero en el hemisferio norte también se adelantan planes de rescate para el Ártico. El pasado 20 de mayo, el compositor italiano Ludovico Einaudi, en compañía de la organización Greenpeace decidió cantar y tocar el piano sobre una plataforma de madera que flotaba frente al glaciar Wahlenbergbreen, en Noruega, con el fin de llamar la atención internacional para que se proteja el medio marino del noreste del Atlántico. “Es importante que entendamos la importancia del Ártico, parar su proceso de destrucción y protegerlo”, manifestó el artista.

Importancia y problemática

De acuerdo con el doctor en ciencias del mar, Juan Restrepo, aquellas zonas blancas y heladas del planeta son de vital importancia, pues hacen parte “del modelo de regulación climático global”, en la medida en la que son elementos centrales dentro de la circulación oceánica, ya que en algún momento todas las aguas de los océanos del mundo pasan por allí. “Son lugares donde se enfrían y se oxigenan, lo que hace que se mantenga el balance termodinámico de los océanos, y estos, del planeta”, aseguró el experto.

Así mismo, Restrepo manifestó que los cambios climáticos en los polos afectan además la cadena trófica marina, ya que en estas áreas hay un componente que es esencial llamado kril, entre muchos otros nutrientes que son básicos, centrales y primarios de toda la cadena marina.

“Si se intensifica el declive de estos elementos, se va a generar un impacto en todas las pesquerías del mundo, lo cual ya se ha dado, pues se ha detectado que el volumen de kril y la productividad marina se han reducido”, explicó Restrepo.

Según el experto, en los últimos años, en todas las zonas del mundo, se comenzaron a registrar concentraciones de dióxido de carbono por encima de 400 ppm (partes por millón), “un nivel crítico que ha venido aumentando”.

Sin embargo, uno de los asuntos más preocupantes es el hecho de que a partir de este año, en el Polo Sur, una zona donde no hay emisiones, industrias o vehículos, se alcanzó a registrar ese mismo umbral, lo cual “tiene una consecuencia directa en la extensión de las masas de hielo, la regulación del clima, la productividad marina y para nosotros, que en teoría, aunque estemos lejos de los polos, nos beneficiamos de sus funciones”, concluyó Restrepo.

Expedición colombiana a la Antártida

Colombia no ha estado exenta de la preocupación ambiental global que se ha generado a causa del derretimiento de los polos, especialmente del Polo Sur, que se encuentra más cercano al continente suramericano.
Es por eso que en 2015, un gran número de investigadores del país, apoyados por la Armada, la Fuerza Aérea y varias universidades e instituciones nacionales e internacionales, pisaron por primera vez el frío y blanco suelo de la Antártida con el objetivo de indagar a cerca del cambio climático y la biodiversidad de organismos, las adaptaciones al medio, entre otros.

Después de esta se han realizado dos expediciones más con las que se busca comenzar a aspirar al puesto de país consultivo en el Tratado Antártico.