Barranquilla celebra a su primera Miss Universo
La gente se toma las calles el domingo en la noche para celebrar que Colombia tiene Miss Universo, y que es barranquillera.
En su ciudad natal se vivió la emoción del triunfo de Paulina Vega Dieppa, segunda reina de Colombia en obtener el codiciado título de soberana universal de la belleza.
Barranquilla estaba sumida en su calma habitual de domingo por la noche. La emisión de Miss Universo transcurría y Paulina avanzaba la velada con fuerza y ratificando con su belleza y elegancia lo que los titulares de prensa decían en días anteriores: la barranquillera era una de las candidatas favoritas para llevarse el título de la mujer más hermosa del universo.
El suspenso antes del triunfo. Llegaron los últimos minutos del certamen y una a una las finalistas fueron ocupando sus puestos de princesas y virreina para darle paso al triunfo de Paulina. La tranquilidad de la ciudad fue sustituida por la alegría de los barranquilleros que se volcaron a las calles en sus carros, formando una larga caravana sobre la calle 84.
La felicidad de una ciudad se resumía en la expresión del rostro de una mujer que, asomada por el techo solar de su automóvil, ondeaba orgullosamente una bandera de Colombia. Simulando su gesto, numerosas personas agitaban la bandera por las ventanas de sus carros. Los gritos de alegría, las risas y los pitos inundaban el ambiente.
Carnaval en La Troja. En otros lugares de la ciudad se vivía la misma emoción. Minutos antes de que Paulina ganara, en La Troja transcurría una noche de fiesta como cualquier otra.
La única particularidad de la velada era que, todos los televisores del tradicional estadero estaban sintonizados en el concurso de Miss Universo. Algunos miraban las pantallas con los rostros ansiosos, pero la gran mayoría estaba concentrada en la música. “Estamos muy bien representados con Paulina”, dijo Diana García, quien esa noche veía el certamen en el lugar.
Al llegar el momento en que iban a anunciar a las cinco finalistas, el ambiente cambió drásticamente. El público empezó a amontonarse ante las pantallas, las cajas de maicena y los envases de espuma listos, en anticipación a un posible triunfo de Paulina.
Cuando solo quedaban las dos últimas finalistas, la barranquillera y Nia Sánchez, representante de Estados Unidos, la música cesó.
Al ser coronada, el público no contuvo la emoción y en algunos rostros se dibujaba una expresión de sincera sorpresa. En Barranquilla me quedo empezó a sonar, pero esta vez, sobre la letra de la canción del Joe Arroyo se escuchaba a la gente cantar y gritar: De Barranquilla es la reina.
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