Indiana, criadero insignia del Brahman blanco en Sucre
De propiedad de Gustavo Vergara Arrázola, ubicado en el municipio de Toluviejo, su objetivo es producir ejemplares capaces de convertir con eficacia los pastos en carne.
El Reportero del Campo visitó hacienda Indiana, uno de los hatos cebuinos más importantes de la Costa con menos de 100 animales –sexto, según Asocebú-, por su eficiencia, de propiedad del empresario ganadero Gustavo Vergara Arrázola, ubicado en el municipio de Toluviejo, kilómetro 3, vía Sincelejo – Tolú Playa, Sucre.
Nació en 1986. Son 30 años de trabajo dedicados exclusivamente, a la cría de Brahman blanco. Su objetivo es producir, un ganado capaz de convertir con eficacia, los pastos en carne.
En la empresa familiar, es apoyado por su esposa Marina Merlano, y uno de sus hijos, Gustavo Jr., médico veterinario y juez de Asocebú.
Las vacas se caracterizan, por una excelente habilidad materna y conformación. Siempre ha confrontado, sus toros y novillas, en las diferentes competencias de ganancia de peso, con satisfactorios resultados, gracias al eficaz aprovechamiento de los pastos y el control de plagas.
Historia y manejo
Gustavo Vergara Arrázola –médico veterinario y juez Asocebú, muy conocido, por ser gerente y martillero de la subasta Cogasucre-, dijo que la ganadería nació en San Onofre, zona El Aguacate, cerca a los Montes de María, donde duraron 10 años, pero por seguridad vendieron y se trasladaron adonde están ahora.
“Empezamos con unas vacas heredadas de mi padre, y les agregamos un ganado de la finca Mundo Nuevo de Cartagena, e iniciamos con un programa de inseminación artificial, que mantenemos hasta hoy. Pusimos en práctica el manejo con cercas eléctricas y rotación de potreros, lo cual hemos continuado acá”, explicó.
Agregó que “cada potrero tiene 2.500 metros cuadrados, y el ganado pastorea 2 días en cada una, y de ahí lo vamos trasladando. Los pastos se recuperan en 38 días, el ganado retorna a donde empezó. Son rectangulares, para controlar moscas y garrapatas, no se utilizan matamalezas y los baños son mínimos. Los animales se mantienen en buen estado, y eso nos permite tener una buena reproducción y producción de carne”.
El pasto en su mayoría es angleton, y algo de kikuyo y mombasa. En época de invierno hay un sobrante que se henifica, y sirve para el verano. Cada potrero tiene su alberca para agua y su saladero. La arborización es en roble y medina, pero alrededor de los potreros, no dentro, para que el forraje crezca mejor.
A partir de 1990, se iniciaron las biotecnologías, como transferencia embrionaria, inseminación artificial, y fecundación in vitro.
Para seleccionar animales, se tiene en cuenta que las vacas sean fértiles, con buenas producciones lácteas y pesos al destete de sus crías, la caracterización racial, musculatura, desplazamiento, menores intervalos entre partos de las madres, para llevarlas a transferencia de embriones, y reproducir estos paquetes genéticos.
Se trae semen de los mejores toros de Estados Unidos, y colombianos también, famosos por su rusticidad, resistencia y capacidad de encontrar alimento, para sacar novillos que obtengan buenas ganancias de peso.
“Solo trabajamos 40 vacas, con un solo reproductor. El intervalo entre partos está en 410 días, el promedio de fertilidad entre 75% y 79%, y pesos al destete en machos de 280-290 kilos y hembras 240-250 kilos (entre 8 y 9 meses). El 70% de las vacas, son cargadas mediante inseminación artificial, el resto se preñan por monta natural”, señaló Vergara
Desde su génesis, comenzó a hacer buenas presentaciones, en diferentes ferias del país, iniciando con “Sorullo”, su toro original, que le dio grandes triunfos, después con la vaca “Orieta” y otros ejemplares, que se han destacado a través de su historia.
Gustavo Vergara Jr., indicó que “en el tema sanitario, se cumplen todos los protocolos de vacunación, como la fiebre aftosa, rabia silvestre, y la certificación libre de brucelosis, así como la campaña del ICA de la identificación individual, programa “Identifica”, que lleva la trazabilidad”.
