Novedoso dispositivo salvó la sonrisa de un niño de 7 años
El pequeño Stiward Solano recibió un balazo en el maxilar.
El pequeño Stiward Solano, de siete años, logró recuperar su sonrisa gracias a un dispositivo novedoso después de que un accidente amenazara con acabar con su vida.
La noche del 11 de diciembre de 2013 en la finca administrada por su padre, Adolfo Solano, en el municipio de Sabanagrande, Stiward recibió un impacto de bala que destruyó su maxilar inferior derecho, cuando su primo de la misma edad disparó por accidente un revólver calibre 38.
El examen físico realizado en el Hospital Universidad del Norte estableció que el paciente había sufrido una “herida perforante por proyectil con arma de fuego en la región facial, con orificio de entrada en cavidad oral y orificio de salida en piel de mandíbula. Extensa pérdida de tejido blando, encía, todos los dientes temporales y dientes permanentes que irían a salir más adelante”, según explicó la cirujana maxilofacial Andrea Bueno.
La doctora Bueno realizó una primera cirugía para retirar los tejidos dañados e intentar hacer una fijación de los fragmentos de hueso con placas mandibulares reabsorbibles, que permitieran reparar la fractura y recuperar la movilidad de los maxilares.
Sin embargo, los tejidos continuaban infectándose, por lo cual se decidió realizar un segundo procedimiento quirúrgico con la colaboración del doctor Hernán Arango.
Este consistió en la instauración de un dispositivo externo cuyo objetivo principal era mantener la mayor cantidad de segmentos óseos unidos. Fue el primero de su tipo en hacerse en Barranquilla.
“Al permanecer juntos, los huesos producen naturalmente tejido óseo que actúa como pegante, dando nuevamente una solidez aceptable al hueso fracturado”, aclaró la cirujana maxilofacial.
Después de cuatro meses con el dispositivo adherido a su maxilar y bajo controles clínicos y radiográficos, Stiward recuperó completamente, tanto a nivel funcional como estético.
Una vez liberado del dispositivo, le brillaron los ojos y exclamó: “¡ya soy normal otra vez!”.
*Con información de Uninorte.
