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La enfermedad renal crónica amenaza a la salud pública en Colombia

Según informes de la Asociación Colombiana de Nefrología e Hipertensión Arterial, la tasa de crecimiento anual de la Enfermedad Renal Crónica en Colombia es del 6%.

La Enfermedad Renal Crónica se define como un daño renal progresivo que afecta la funcionalidad de los riñones causando retención de líquidos y acumulación de toxinas en el cuerpo, lo que impacta de manera negativa la vida de los pacientes, quiénes son en su mayoría hombres de acuerdo con el último informe de la Cuenta de Alto Costo, que entre sus cifras más importantes evidenció que para el 2013 existían 28.880 casos registrados de Enfermedad Renal Crónica en el país.

Los riñones permiten eliminar del cuerpo las toxinas y el exceso de líquido. Son el órgano encargado de filtrar nuestra sangre y mantener el equilibrio corporal de electrolitos y gracias a su funcionamiento podemos preservar el equilibrio químico de nuestra sangre.

Expertos afirman que cuando el riñón deja de cumplir su función, la retención de líquidos, la acumulación de toxinas, el desequilibrio de minerales y químicos afectan la vida de los pacientes.

De acuerdo con la doctora Sandra Castelo Mesa, Directora Médica de la Clínica Renal Colombiana, la enfermedad renal se considera incapacitante porque por ejemplo "Algunos pacientes en diálisis peritoneal tienen que atenderse a sí mismos 4 veces al día, y esto dificulta su vida laboral así estén en perfectas condiciones físicas o mentales".

La Enfermedad Renal Crónica generalmente no tiene síntomas, sin embargo, expertos afirman que a medida que el paciente pierde su función renal, también siente un impacto negativo en su calidad de vida. Por ejemplo, para la doctora Castelo "pacientes con hinchazón y dificultad para respirar generalmente son retirados de su vida laboral, lo cual genera inestabilidad en su vida."

Para hacer frente a la Enfermedad Renal Crónica en estadios avanzados, el tratamiento para los pacientes consiste en implementar la terapia con diálisis, dicho tratamiento se lleva a cabo de por vida para eliminar sustancias dañinas de la sangre cuando los riñones no lo pueden hacer.

La ERC no tiene cura  y obliga a los pacientes a mantenerse en el tratamiento de diálisis de forma permanente. Por eso para la veeduría renal nacional, si los pacientes no reciben  el tratamiento oportuno  y de calidad, la muerte podría ser una consecuencia inevitable. Por esta razón, autoridades recomiendan el seguimiento permanente de estos casos para que no vuelvan a presentarse.

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