Un mar de presión desapareció a Macnelly Torres
El ‘10’ barranquillero tuvo un partido discreto y Nacional lo sintió.
No fue la noche de Macnelly, no fue la noche de Nacional. El ‘10’ barranquillero, guía y referente del cuadro verdolaga, se dejó absorber por la fuerte presión de la hinchada rojiblanca (que se jugó un partido aparte en contra del creativo) y por la férrea marca del equipo local, desapareciendo los 90 minutos.
Su partido realmente empezó antes de que el árbitro santandereano Carlos Anaya diera el pitazo inicial del compromiso. Cánticos y una leve lluvia de billetes falsos, lanzados desde las tribunas de occidental y oriental, adornaron su salida tardía, debido a que los jugadores verdolagas no ingresaron a tiempo para los actos protocolarios.
Empezó el partido y con él una sonora rechifla cada vez que el ‘10’ barranquillero agarraba la pelota, acompañada de gritos e insultos. “¡DolarKing!”, “¡Judas!”, “¡Vendidooo!”, “¡Falsooo!”, “¡Mercenario!”, “¡Traicionero!”, fueron algunas de las dedicatorias por parte de los 18.691 espectadores que asistieron anoche al ‘Coloso de la Ciudadela’.
Su fútbol jamás apareció y Nacional lo sintió de gran manera, porque careció de claridad en el última cuarto de cancha.
No hubo pases al vacío, no dejó mano mano a nadie. No supo administrar los tiempos ni la pelota. Macnelly se veía diminuto. Su rostro reflejaba impotencia y malestar. Ni siquiera dio para dar una indicación a sus compañeros, que se hundieron de la mano de su capitán.
Llegaron los goles del Junior y Nacional jamás supo reaccionar. Su juego deambuló sin ton ni son, así como la presentación de su ‘10’. Definitivamente, no fue la noche de Macnelly.