Francisco De la HozEste fue el grupo interdisciplinario que trabajó con la niña wayuu durante el embarazo.Amalia*, la niña wayuu de once años cuyo embarazo se dio a conocer en el mes de febrero, ya es madre de una nena que nació por cesárea en el Hospital Nuestra Señora de los Remedios de esta capital, donde fue atendida por el ginecólogo Jorge Luis Borrego.
La recién nacida tuvo un peso normal de 2.550 gramos y cuenta con excelente salud, sobre todo si se tiene en cuenta que su madre tuvo algunos quebrantos al inicio del embarazo, cuando se le presentó una anemia severa que debió ser tratada de manera urgente.
El caso de esta menor que vivía en una ranchería cerca al corregimiento de Monguí, jurisdicción de Riohacha, llamó mucho la atención por la edad tan temprana en la que quedó embarazada, situación que fue descubierta por una tía, quien la llevó a una consulta al notar algo extraño en su comportamiento y, sobre todo, en su cuerpo.
Ahora Amalia se encuentra en un hogar sustituto bajo el cuidado de una mujer wayuu de 65 años, quien se siente contenta de tenerla, porque ella solo tuvo dos varones y ahora la trata como si fuera la hija que nunca tuvo.
“Solo con amor la he podido conocer, escucharle toda su tragedia y así ha sido más fácil brindarle ayuda. Ella es la hija que yo no tuve, los míos fueron dos varones y ahora Dios me ha dado dos hembras, pues la bebecita también es mujer”, afirmó la señora.
Agregó que después de que Amalia supo que estaba embarazada, su conducta cambió y se volvió una niña esquiva, rebelde y a veces temerosa, por lo que considera que todo esto ha sido traumático para ella.
El otro ángel de Amalia. Otra de las personas clave para que este embarazo tuviera un final feliz fue el médico Jorge Luis Borrego, quien trajo al mundo a la niña, pero que se involucró tanto en el caso que se convirtió prácticamente en su tutor y, ¿por qué no decirlo?, en su padre adoptivo.
La psicóloga Acela Ortiz, afirma que en más de una ocasión el doctor tuvo que asumir los costos de transportes y de otros aspectos, para que Amalia tuviera la atención durante todo el embarazo y no se presentaran complicaciones.
Está bajo la protección del ICBF. Amalia vivía en la ranchería con sus padres y pasó a la custodia del Bienestar Familiar, a través de un hogar sustituto, según informó el Director Regional del Instituto Leandro Sampayo Vergara.
El funcionario indicó que se le está haciendo todo el acompañamiento psicosocial a ella y a su grupo familiar, ya que tiene cuatro hermanos más.
Además del caso de Amalia, en La Guajira también se han conocido otros de niñas de la etnia wayuu que han quedado embarazadas, bien sea producto de un abuso o del inicio prematuro de relaciones sexuales.
El pasado mes de abril, una menor indígena natural del municipio de Manaure dio a luz a una bebé, en una clínica de Riohacha, después de 39 semanas de embarazo. El padre también es un menor de 15 años, quien negó su paternidad. El año pasado, en el mes de febrero, también se conoció el caso de una niña de 11 años que dio a luz y que tenía un grado mediano de discapacidad cognitiva. El padre de la criatura era el primo de la menor.
*Nombre cambiado
Por Sandra Guerrero y Francisco De la Hoz
Riohacha.
