La devoción al santo africano
A San Benito sus devotos le encomiendan curar enfermos y le piden por el buen tiempo.
San Benito de Palermo es también conocido como San Benito o Benedicto el Africano, el Moro o el Negro, monje y santo italiano nacido en Sicilia en 1524, cerca de Mesina en San Filadelfio por lo que, a veces, le llaman San Benito de San Filadelfio. De origen africano, fue hijo de esclavos y se cree que sus padres trabajaron en una plantación cercana a Mesina.
Recibió la libertad de sus amos tras su nacimiento y cuando joven se ganó la vida como pastor. Fue beatificado por el Papa Benedicto XIV en 1712 y canonizado en 1807 por el Papa Pio VII. Referencias históricas señalan que su cuerpo fue encontrado incorrupto cuando fue exhumado pocos años después. San Benito de Palermo nunca ingería alcohol, como muchos lo piensan. La devoción por él está extendida a lo largo de América Latina, desde México hasta Argentina, en especial en Venezuela. En este país lo veneran en varios estados. Allí, las celebraciones religiosas en su nombre las llevan a cabo en fechas distintas, de acuerdo con las tradiciones locales. Pero es en el Estado del Zulia donde existe mayor fervor por San Benito, especialmente en el sur del Lago de Maracaibo, donde la fiesta comienza el 27 de diciembre y termina el 6 de enero.
Los primeros indicios apuntan a que el culto en ese país fue introducido por los sacerdotes franciscanos en los años 1600, en las plantaciones y haciendas del Sur, como forma de evangelizar a los esclavos africanos.