“Eduardo Pinto, una persona noble y transparente”: colega de Riohacha
La pensionada del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Riohacha Sonia Bermúdez rememora los inicios de Eduardo Pinto, director Regional de Medicina Legal, asesinado esta madrugada en el barrio Cevillar de Barranquilla.
“El señor debe tenerle un sitio especial a Eduardo porque era un buen hombre, él no fue mi compañero (...) yo fui la madre laboral de Eduardo Pinto porque cuando él estaba por cuarto semestre de Medicina; llegó a la sede de Medicina Legal y me pidió que lo dejara ver una necropsia y lo permití cuando me certificó que era estudiante”.
La narración es de Sonia Bermúdez, una pensionada del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Riohacha, que entre lágrimas rememora los inicios de Pinto, asesinado esta madrugada en el barrio Cevillar de Barranquilla.
“En esta morgue fue donde dio sus pininos y donde le infundí a Eduardo los buenos principios para que fuera exitoso en su trabajo, estoy consternada y no sé cómo explicar mi dolor, solo le pido a Dios que me de fortaleza para transmitírsela a su esposa y sus familiares, Eduardo no merecía este tipo de muerte”, dice.
Sonia cuenta que pese a la exitosa carrera de Pinto, él no dejó de ser la persona noble, honesta y transparente que conoció.
Con sus ojos húmedos, recuerda la humildad y sencillez de Eduardo: “El tenía una noviecita que era enfermera superior en el hospital Nuestra Señora de los Remedios y por eso siempre estaba cerca de la morgue. “Empezó como yo, fuimos ‘coliteros’, haciendo turnitos a los auxiliares en las noches, cuando se quedaba conmigo en las noches le tendía en el piso de la morgue papeles amarillo que siempre nos entregaban, los componía bien y allí se acostaba a dormir, era un piso bien limpio y desinfectado que yo misma cuidaba”, dice Bermúdez.
También señala que cuando lo nombraron director de Medicina Legal en La Guajira, ella se sintió orgullosa. “No podía ser de otra manera, mira tú que Eduardo tenía un temperamento fuerte y cuando tenía que regañarme por alguna cosa lo pensaba dos veces y en una lo encontré llorando y le pregunté por qué? a lo cual me respondió que tenía que pasarme un memorando, cuando le pregunté dónde estaba el memo y cuando vio lo que hice con él, entonces soltó una carcajada, me dijo que me quería mucho y todo siguió igual”, manifestó.
