El Heraldo
Juan Manuel Santos. Archivo
Política

La ley del Montes: Los hilos del poder de Santos

Influyentes sectores nacionales se cuestionan sobre el papel de quienes tienen la responsabilidad de asesorar al Gobierno en asuntos del Estado.

¿Quiénes son hoy por hoy las personas y funcionarios que le hablan al oído al presidente Juan Manuel Santos? La pregunta sale a relucir cada vez que el jefe del Estado se ve envuelto en una controversia o anuncia una nueva medida gubernamental. La semana pasada, por cuenta de los viajes de alias Timochenko a La Habana y la declaración de Panamá como paraíso fiscal, una vez más influyentes sectores nacionales se cuestionaron acerca del papel que están desempeñando quienes tienen la enorme responsabilidad de asesorar al Gobierno en los asuntos del Estado. El hecho de que algunos funcionarios del Gobierno tengan agenda propia y que otros no cuenten con el respaldo político o el peso específico para hacerse sentir en Palacio, ha empezado a mostrar ante el país a un presidente que luce cada día más solo. ¿Qué está ocurriendo?

El inicio de la administración Santos II puso en la primera página a nuevos funcionarios -como Néstor Humberto Martínez- y relegó a otros, cuyas voces tenían una alta cotización en Palacio, como es el caso del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien debe sacar adelante la agenda política en el Congreso. Ministros como el de Hacienda, Mauricio Cárdenas; o de Defensa, Juan Carlos Pinzón, han logrado posicionarse dentro del gabinete y hoy son funcionarios muy cercanos al presidente, quien deposita en ellos la confianza para que ejecuten sus programas o pongan en marcha sus iniciativas. “Nosotros sabemos que Cárdenas y Pinzón tienen línea directa con el presidente y por eso  cada vez que podemos buscamos su interlocución”, me dijo un senador liberal, quien tiene muy claro dónde ponen las garzas en Palacio.

El presidente tiene hombres y mujeres de confianza en todos los frentes donde quiere dejar huella como mandatario, sea en el de la paz como en el de las obras de infraestructura, o en la política social. Aunque sus allegados sostienen que sabe escuchar a quienes se acercan para hacerle sugerencias o plantearle nuevas inquietudes, todos sostienen que a la hora de tomar decisiones no duda en imponer sus convicciones o sus ideas. ¿Quién es quién en la Casa de Nariño? ¿Qué tanto poder tienen el vicepresidente y los ministros? ¿Cuántos ministros están en campaña por la Presidencia en 2018? ¿Cuáles son las mujeres que tienen el poder en la Casa de Nariño?       

Germán Vargas Lleras
El vicepresidente en campaña

Nadie duda de que Germán Vargas Lleras será candidato presidencial en 2018. Amigos y enemigos políticos saben que el vicepresidente aspira a suceder a Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño, una vez termine su segundo mandato. Vargas Lleras tampoco oculta sus ganas y desde que arrancó la administración Santos II, inició su campaña por su elección dentro de cuatro años. Vargas Lleras no solo es un político con mucho talento y ambición, sino el funcionario con mayores ejecuciones en las dos administraciones de Santos. Desde que Santos lo nombró ministro del Interior y de Justicia hasta ahora que se desempeña como vicepresidente, Vargas Lleras ha mostrado resultados contundentes, lo que tiene muy contento al presidente –que no era vargasllerista- y al propio Vargas Lleras, que sabe que entregando casas gratis y carreteras, el camino a la Casa de Nariño será menos empedrado. Pero Vargas Lleras se equivoca al creer que la maratón presidencial es una carrera de velocidad y no de resistencia. Cuando algunos de sus competidores en 2018 apenas están calentando motores y otros ni siquiera han empezado a correr, ya Vargas Lleras ha recorrido el país de la mano de los ministros Natalia Abello (Transporte) y Luis Felipe Henao (Vivienda), quienes siempre aparecen detrás suyo en las fotos. Como candidato deberá pagar el desgaste de la administración Santos II.

Néstor Humberto Martínez
El hombre de la política

Néstor Humberto Martínez es el hombre que mueve los hilos políticos en la Casa de Nariño, incluso por encima del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien terminó como el gran damnificado con las funciones asignadas al Ministro de la Presidencia, cargo creado por Juan Manuel Santos. Todos los congresistas se entienden con Néstor Humberto, quien les asigna tareas, escucha sus quejas por la falta de “oxígeno burocrático” y la escasez de la mermelada y hasta les sirve de consejero sentimental. Es el hombre de moda del Gobierno en asuntos políticos. Reconocido por su talante conciliador y su enorme simpatía, Néstor Humberto también tiene grandes aspiraciones políticas y –sin duda- ser presidente también hace parte de sus planes futuros. No solo es muy cercano a la clase política, sino a los ‘cacaos’ nacionales, entre ellos Luis Carlos Sarmiento Angulo, quien escucha con suma atención sus recomendaciones y sugerencias.

Juan Carlos Pinzón
¿El plan B de Santos si la paz falla?

Si hay que buscar a un ministro santista de pura cepa ese es Juan Carlos Pinzón, quien llegó al santismo antes que todos los que hoy hacen parte del gabinete. Se equivocan quienes creen que Santos le cortará la cabeza a su ministro de Defensa, por cuenta de sus duras críticas al proceso de paz con las Farc. Todo lo contrario: Santos sabe que el Gobierno requiere de un alto funcionario que no solo le hable a las tropas, sino que le muestre los dientes a los jefes guerrilleros sentados en la mesa de La Habana. Pinzón cumple a cabalidad esa función. Pero -además- Santos sabe muy bien que si la paz con las Farc falla –escenario que pese a su desbordante optimismo tiene considerado- Pinzón queda posicionado como “el hombre duro” del Gobierno para ponerse al frente de la ofensiva final contra ese grupo guerrillero. Sus denuncias sobre los viajes de Timochenko a La Habana, terminaron por fortalecer su imagen ante la opinión pública, hasta el punto de que varios uribistas salieron en su defensa, ante la arremetida de parlamentarios santistas de ocasión y oportunistas de oficio.

Mauricio Cárdenas
El poder de la chequera

Así como el vicepresidente Vargas Lleras quiere ser presidente, el  ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, también aspira a ser el sucesor de Juan Manuel Santos. Cárdenas no solo es hombre cercano a Santos -quien no dudó en ratificarlo en la cartera de Hacienda-, sino el funcionario en quien confía la clase empresarial del país. Cuenta con el respaldo del conservatismo y los congresistas le caminan porque saben muy bien que sin Cárdenas no habrá mermelada. Amigo personal del presidente desde su juventud, pues fue Jorge Cárdenas Gutiérrez –padre del ministro- quien como gerente de la Federación de Cafeteros nombró y sostuvo por casi diez años al joven economista Juan Manuel Santos como delegado de la Federación Nacional de Cafeteros ante la Organización Internacional del Café en Londres en 1972. La ventaja de Cárdenas sobre Vargas Lleras como candidato es que mientras el vicepresidente hace promesas de campaña, el ministro de Hacienda llega con el cheque para que se hagan las obras. Y la ventaja de Vargas Lleras sobre Cárdenas como candidato, es que mientras el primero entrega casas gratis y carreteras, el segundo diseña reformas tributarias para que los colombianos paguen más impuestos para tapar el hueco fiscal de $12,5 billones.

Sergio Jaramillo
El apóstol de la paz de Santos

El presidente Juan Manuel Santos aspira a que todo aquel que conozca las bondades de la negociación con las Farc se convierta en un apóstol de la paz y lleve la buena nueva a todos los rincones del país. Pues bien, el primer apóstol de Santos fue Sergio Jaramillo, Alto Comisionado de Paz, quien está al frente de todo el diseño y la arquitectura de la negociación desde su época de viceministro de Defensa de Santos. Jaramillo es el hombre que tiene el proceso de paz con las Farc en la cabeza. Aunque Humberto de la Calle es la voz cantante de la delegación del Gobierno, el cerebro de la negociación es Jaramillo. Es claro que si la paz con las Farc sale mal, el gran perdedor será Santos, pero, sin duda, Jaramillo deberá pagar un altísimo costo por el fracaso. 

María Lorena Gutiérrez
El poder de Palacio

Desde que la tecnología llegó a la Casa de Nariño siempre se ha dicho que el verdadero poder lo tiene quien administra el “computador de Palacio”. En tiempos de Virgilio Barco se afirmaba que quien movía los hilos era Germán Montoya, función que pasó a desempeñar Fabio Villegas en el gobierno de César Gaviria, al igual que Bernardo Moreno durante el mandato de Álvaro Uribe. Ahora quien se ocupa de esos asuntos –aunque con un perfil mucho más bajo- es María Lorena Gutiérrez Botero, ministra Consejera de Gobierno y Sector Privado, a quien María Isabel Rueda define como “la mano derecha e izquierda del presidente”. Se trata –sin duda- de una funcionaria con peso específico en la Casa de Nariño, pues cuenta con la absoluta confianza del presidente, con quien trabaja desde los tiempos de la Fundación Buen Gobierno. Discreta y prudente, María Lorena Gutiérrez es hoy por hoy un hilo muy poderoso en Palacio.

María Clemencia Rodríguez
Una primera Dama con mando

La figura de la Primera Dama en Colombia es cada día más relevante. Desde la época de “Doña Nidia Quintero de Turbay”, quien sigue siendo alma y nervio de la Caminata de la Solidaridad por Colombia, hasta los tiempos de Lina Moreno de Uribe, la esposa del presidente de la República, es una figura apreciada y querida por los colombianos, incluso mucho más que la de sus maridos, cuando abandonan la Casa de Nariño. El caso de María Clemencia Rodríguez de Santos no es la excepción. La primera dama -Tutina para el presidente y sus amigos- es el poder detrás del trono. El presidente valora sus opiniones en todos los asuntos, sobre todo en política, donde por lo general acierta a la hora de vaticinar futuras deslealtades. En la pasada campaña presidencial se reveló como una auténtica jefa de debate e incluso se puso al frente de la defensa de la obra de su marido ante los cuestionamientos del uribismo. Monitorea a diario el desarrollo de la agenda social del Gobierno.

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