A las puertas de su aprobación en la plenaria de la Cámara de Representantes está el proyecto de ley que da vía libre al Acuerdo Comercial entre Colombia y la Unión Europea, aprobación que se da por descontada por la forma veloz como ha avanzado hasta ahora su trámite y por la urgencia que tiene el país de contar con esa herramienta para el 31 de diciembre de este año, cuando se vencen las preferencias arancelarias y de protocolos que han gobernado las relaciones comerciales con Europa.

Tales preferencias se derivaban de un apoyo europeo especial y transitorio por la lucha contra el narcotráfico que ha librado nuestro país. Ahora algunas de ellas se convierten en permanentes y hay reservas de algunos productores, como la industria láctea, por el impacto negativo que pudiera darse, pero el Gobierno está tomando medidas de morigeración del impacto fortaleciendo internamente las capacidades de los productores.
Mientras el proyecto de ley avanza en el Congreso, un significativo grupo de diplomáticos de la Comunidad Europea decidió conmemorar el Día de Europa, que es el 9 de mayo, en Barranquilla y hablando de negocios y cultura.

Europa ha estado en crisis financiera en los últimos meses pero no es una economía que se puede desdeñar sino campo extenso de oportunidades para el intercambio de mercancías y no solo eso sino para seguir atrayendo a sus inversionistas. Sin ir muy lejos, la UE es el segundo inversor en Colombia después de Estados Unidos y la mayoría de nuestros servicios públicos tienen componentes europeos en su estructura financiera, operativa y tecnológica. En el caso de Barranquilla, hay proyectos en puertos y transporte urbano que se tramitan con tecnologías y capital europeo. Ciudades como Bilbao (España) son referencia para la renovación de la ciudad en aras de alcanzar competitividad internacional.

Es dignificante, por lo tanto, que los embajadores visitantes hayan ido mucho allá del reconocimiento amable de las bondades de la ciudad anfitriona para señalar que están atentos a las oportunidades del mercado, es decir, los negocios. Dignifica el que se construyan relaciones gana-gana porque ya hemos alcanzado madurez y respetabilidad. Con confianza es como funciona hoy la economía mundial y eso lo saben muy bien los europeos con su experiencia reciente. Barranquilla, debe reconocerse como logro, recibe capitales en inversión directa porque está alcanzando competitividad y es ciudad de oportunidades cuando hay políticas económicas sin sesgos artificiales. La ciudad tiene problemas, pero los extranjeros la ven bien encaminada y eso cuenta mucho.

La Unión Europea como región no es desdeñable porque es el primer exportador mundial de bienes en cifras del 2011, con 16% del valor (US$1.952 miles de millones), y también primer importador mundial de bienes, con 17,3% (US$1.690 miles de millones). Su PIB per cápita es cercano a los 34 mil dólares, es decir, cuatro veces el de Colombia. Sus 27 estados miembros generaron en 2011 el 25,4% de la producción mundial.

Por su parte, Colombia exportó hacia allá entre enero y octubre de 2012 US$7.447 millones, 5,4% más que en 2011. La balanza comercial ha sido superavitaria.

Conviene recordar que el sector de mayor dinamismo en el intercambio durante 2011 fue el industrial con un 41,5% del monto global de la inversión directa en Colombia proveniente de la UE y le siguieron el inmobiliario y el comercio, es decir, sectores de gran dinamismo en generación de empleo e intensivos en capital.

De manera que es una buena señal, como suelen decir los economistas, el hecho de que Barranquilla haya sido escogida para conmemorar el momento histórico en que después de la Segunda Guerra Mundial los países de Europa decidieron que su suerte estaba determinada por la integración. Y con buenas señales se hace prosperar al mundo.