El tema que se ha debatido durante este año, a raíz de las filtraciones de información, ha sido la seguridad del usuario, bien sea a través de dispositivos electrónicos o aplicaciones en Internet. Los escándalos que han sacudido a las agencias gubernamentales en Estados Unidos han despertado en el usuario común la sensación de estar siendo vigilado, y de querer proteger sus datos de cualquier forma.

En el siglo XXI, cualquier persona que haya obtenido acceso a recursos dentro la web ha dejado una huella digital que parece imborrable. La tendencia para los fabricantes de telefonía celular es abrirle caminos a la información personal de los usuarios, pues así ha evolucionado la infraestructura en los dispositivos.

Apple, en su afán por mantenerse como la elección favorita en el mercado a la hora de comprar un teléfono, lanzó el pasado viernes 20 de septiembre la continuación del exitoso iPhone: una versión llamada 5S, que reevalúa el concepto de comunicación telefónica, con nuevas especificaciones técnicas, entre la que se destaca un sistema de sensor biométrico para la autenticación de identidad.

El éxito en este nuevo teléfono fue inmediato. La semana posterior a su lanzamiento, la compañía de la manzana anunció cifra récord en ventas: nueve millones de teléfonos vendidos en todo el mundo en tan solo tres días (esta cifra abarca también el iPhone 5C). Podría decirse que un número importante de personas ya tienen en su poder un dispositivo que es capaz de hacer un escaneo de sus huellas dactilares, hecho que trae a la luz pública el tema de qué tan segura está la información personal y quién puede tener acceso a ella.

Los actuales mecanismos de seguridad que tienen los teléfonos más populares para bloquear su uso a otras personas consisten en claves de seguridad de cuatro dígitos, configuración de un patrón a seguir, registro facial y de voz, o incluso una palabra clave. Con la llegada de la huella a la pantalla del teléfono, el escepticismo crece y se desborda en un mar de cuestionamientos, dadas las posibles implementaciones que se le asignarían al sistema biométrico en un futuro no muy lejano: compras por internet, acceso a cuentas bancarias, realización de transacciones, entre otras. También resulta inquietante el hecho de pensar en que la huella de cada usuario pudiese estar alojada en servidores externos, a disposición de terceros.

Una semana antes del lanzamiento del iPhone 5S, Johannes Caspar, alemán experto en seguridad informática, advirtió del peligro que representaba para la privacidad el uso de un sistema biométrico en el dispositivo telefónico. Según Caspar, todo lo que se digitaliza se vuelve imborrable, y el desconocimiento del usuario común en cómo funciona el sistema, le permite a las compañías disponer como mejor le parezca de la información.

Solo tuvieron que pasar unos cuantos días para que un grupo de hackers alemanes lograran vulnerar la seguridad del sistema biométrico de Apple. Al menos así lo indicó Charlie Miller, uno de los integrantes de Chaos Computer Club, que publicó en su sitio web la forma en la que vulneraron el sistema Touch ID. (Ver Infografía)

Aunque las formas para proteger la información evolucionan a diario, un sistema jamás será 100% seguro. Jaime Andrés Restrepo, ingeniero de sistemas, experto en seguridad informática con más de 10 años de experiencia, y fundador de Dragonjar, una de las comunidades de seguridad informática más importantes de Latinoamérica, asegura que la tendencia apunta a sistemas en los que no se debe saber ni tener algo, sino utilizar alguna parte del cuerpo para identificación, lo que soluciona problemas de recordación de clave, pero que expone en gran medida la intimidad del usuario cuando en dichos sistemas no se han hecho pruebas y auditorías de seguridad necesarias.

“Si cualquier sistema de autenticación falla, no solo se pone en riesgo la privacidad y confidencialidad del sistema, sino también la integridad del mismo, ya que estaríamos dando acceso a usuarios no autorizados”, explica Restrepo.

Parecería increíble que una empresa como Apple, con tanta trayectoria en el mercado, hubiese descartado las maniobras que realizan los amantes de la informática para resquebrajar los muros de seguridad de los sistemas, al lanzar un servicio con serias fallas, expuestas a los pocos días de lanzamiento. A esta inquietud, según señala Restrepo, se le suman los rumores de que Apple estaría facilitando las huellas dactilares de los usuarios a gobiernos y agencias de control.

“Es preocupante la facilidad con la que se engañan los sistemas, pues existe mucha documentación en la red al respecto. El rumor de que Apple comparte información confidencial con el gobierno de EE.UU. ya corre por la red. De ser cierto, atentaría directamente contra la privacidad de los usuarios”.

Por Luis Iglesias Monsalve
Twitter: @LuisIglesiasM
 

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