"Cualquier tipo de abuso de poder de parte de un miembro de la familia sobre otro de manera repetitiva es considerado violencia. Ello incluye maltrato físico, psicológico o de otro tipo.

En los últimos años se ha observado cómo, en Colombia, se han incrementado los casos de maltrato infantil. Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en el año 2012 fueron admitidos 16.457 niños y niñas maltratados, el 51,5% corresponde a niños y el 48,5% a niñas, siendo las edades comprendidas entre los 6 y 18 años las más afectadas.

Constituye un grave problema de salud pública, estando ligada en nuestro país a la dramática situación social actual, el desempleo, la necesidad de desplazamiento forzado, los grupos armados, la corrupción, la pérdida de valores, el bajo nivel socioeconómico y educativo y las condiciones de hacinamiento.

Para empezar, es importante que definamos una serie de términos que escuchamos o leemos en los diferentes medios de comunicación, pero que en ocasiones no conocemos realmente su significado:

Buen trato. Son las diferentes manifestaciones de afecto, cuidado, crianza y apoyo que reciben los niños, niñas y adolescentes, no sólo de su familia, sino de los diferentes grupos sociales y el estado, que les garantizan contar con las condiciones necesarias para un adecuado desarrollo desde el punto de vista afectivo, psicológico, físico, sexual, intelectual y social.

Violencia (Organización Mundial de la Salud). “El uso de la fuerza física y el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, contra otra persona, un grupo o comunidad que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, trastornos psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones y muerte.” Por lo general, la persona violenta se siente con más poder y más derechos de controlar e intimidar a las personas que lo rodean.

Violencia intrafamiliar. Cuando cualquier miembro de la familia es víctima de una relación abusiva, sin importar el sexo, la edad o el espacio físico, siendo las mujeres, los niñas y niños, y los adultos mayores los más afectados. Dentro de esta se incluye, la violencia en la pareja o violencia doméstica, el maltrato a las personas mayores, y el Maltrato y Abuso Sexual contra Niñas, Niños y Adolescentes.

Maltrato Infantil. Actos de violencia física, sexual o emocional que ocurran en aquellos niños, niñas y adolescentes de hasta 18 años en el grupo familiar o en las instituciones sociales.

En ocasiones, nos hacen mucho énfasis en cómo detectar el maltrato, e incluso en forma errónea pensamos que las únicas formas que existen son el maltrato físico y el abuso sexual, y dejamos a un lado el maltrato emocional y la negligencia, los cuales se presentan al insultar, criticar, ridiculizar o ignorar; y al no brindar una adecuada protección o al incumplir sus necesidades básicas (alimentación, ropa, hábitos de higiene, asistencia médica, entre otros), respectivamente. En ocasiones es más perjudicial el dejar de hacer que el hacer.

Conocemos de sus consecuencias no sólo a nivel personal y familiar sino también en la comunidad y sociedad en general. Recordemos que estas consecuencias son variables y dependen de las circunstancias del abuso, las características personales del niño, en especial su edad, y del entorno que lo rodea; que pueden desaparecer al poco tiempo, o durar toda una vida; que las víctimas no sólo presentan cambios a nivel físico, es decir, moretones, huesos rotos, sangrados e incluso la muerte, sino también pueden presentar alteración en el desarrollo del cerebro y su estado emocional.

Ellos se aíslan, sienten miedo frecuente y una gran desconfianza; sienten poco amor propio (autoestima baja), sufren de depresión y tienen dificultades para relacionarse con las personas que los rodean; se detectan problemas en el aprendizaje y en el lenguaje llevando a un bajo rendimiento escolar que incluso puede llegar hasta el abandono de la escuela; su comportamiento se torna violento y puede existir alteración en su personalidad.

Y que en caso de perpetuarse estos cambios, y, en especial al llegar a la edad de la adolescencia, estos niños tienen un riesgo mayor de involucrarse en problemas de delincuencia, drogas, alcohol y conductas sexuales inadecuadas.

Pero, no hemos aprendido a reconocer cuándo nuestros niños están en riesgo de presentarlo, incluso cuando aún están en el vientre materno.

Si no se desea al bebé, si la mamá es agredida por su familia o conocidos, si hay abuso de drogas o alcohol; si nació antes de tiempo (prematuro) o con alguna enfermedad o malformación física, si no recibe lactancia materna, si la madre se deprime o se tiene que separar de su hijo; al crecer, si es hiperactivo, si presenta enfermedades crónicas o deficiencias físicas o si tiene un bajo rendimiento escolar; y ya en la adolescencia, si no estudian, si se fugan del hogar, si hay consumo de alcohol y farmacodependencia, o si hay embarazo.

Ante esta situación, se crea la necesidad de abordar esta problemática de forma integral, siendo las estrategias de promoción y prevención, un pilar fundamental. Nuestra misión, la defensa del buen trato, y la manera de cumplirla es sencilla.

Debemos promover la salud y los estilos de vida saludables, conocer y vigilar el cumplimiento de los derechos de las niñas y los niños, fortalecer la autoestima (amor propio), y brindar acompañamiento a los padres y cuidadores en su labor de crianza, brindando educación permanente sobre la resolución pacífica de conflictos.

Para recordar

La ONU adoptó, el 20 de noviembre de 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño. Y la Constitución Política de Colombia, expedida en 1991, adoptó los lineamientos de la Convención. El Artículo 44 dice que: “Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia”.

Por Laura R. Mendoza.MD
Pediatra de la UniNorte
ALIANZA EL HERALDO - HOSPITAL UNIVERSIDAD DEL NORTE

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