Es interesante el crecimiento exponencial que ha tenido la medicina en los últimos años, y lo es más la tecnología que ha hecho que esto sea posible. Uno de los pilares de la medicina moderna son las imágenes que usan el espectro electromagnético para poder diagnosticar a los pacientes.

No es difícil imaginarse que con todo este desarrollo, muchas dudas, mitos y falsas creencias empiecen a circular por los pasillos de la desinformación.

Algunas de las preguntas más frecuentes que se le realizan a los profesionales de las imágenes diagnósticas son: ¿qué eso de los rayos X?,¿es cierto que si me realizo una radiografía puedo contraer cáncer?, o ¿al hacerme una mamografía corro riesgo de desarrollar cáncer de tiroides?

“Los rayos x son parte del espectro electromagnético, de los mismos que hacen parte los rayos ultravioletas y la luz visible, solo que estos, por su naturaleza, pueden atravesar el cuerpo humano y dejar en una especie de foto información valiosísima para los médicos y así realizar diagnósticos que son percibidos a simple vista, explica el doctor Juan Salcedo, coordinador del servicio de Radiología del Hospital Universidad del Norte.

Pero por tener esa naturaleza diferente este tipo de rayos tienen un efecto nocivo para las células del cuerpo humano si no se usan de una manera adecuada. Es por esto que hay una cantidad considerable de aspectos técnicos para la protección de los pacientes, de los técnicos y de los radiólogos.

Estas medidas técnicas de por sí, son suficientes para que un paciente esté adecuadamente protegido al momento de realizarse una radiografía.

“La cantidad de radiación recibida es tan baja que no presenta un riesgo inminente para la salud de la persona. De hecho, es peor recibir los rayos del sol en un día de playa sin protección solar que una radiografía”, dice el especialista.

Esta técnica está sometida a rigurosos controles, tanto de los equipos médicos, como de las técnicas de realización, que buscan reducir el tiempo de exposición, la cantidad de radiación y la utilización del tipo de radiación de menor riesgo.

Sin embargo, la exposición a los rayos X tiene riesgos, por lo que sólo deben hacerse las radiografías cuando es necesario, y evitar su repetición no justificada. Este riesgo es mayor para el embrión y el feto, por lo que una mujer embarazada no debe realizarse radiografías.

Según el doctor Salcedo, una medida práctica muy extendida para evitar la realización de una radiografía a una mujer en edad fértil, que pueda estar embarazada y no lo sabe (que mantiene relaciones sexuales y no utiliza métodos anticonceptivos), es la realización de la radiografía en los días posteriores a la última regla, cuando todavía no ha tenido lugar la ovulación.

En definitiva, los rayos X han llegado para quedarse entre nosotros, porque su utilidad para el diagnóstico clínico es de vital importancia, y se consideran seguros si se siguen todas las medidas de bioprotección que todo centro radiológico debe tener para su funcionamiento.

“Sigan las instrucciones de los médicos y de los técnicos para disminuir el riesgo de algún posible efecto nocivo”, recomienda el doctor Salcedo.

Funcionamiento y cuidados

Es importante entender cómo funcionan los rayos X, alrededor y en el cuerpo, especialmente si se trabaja con una máquina o si se está recibiendo o si recibe radiación con regularidad.

Un técnico radiólogo siempre debe usar equipo de protección, tales como delantales de plomo o guantes y la manera más eficaz de evitar los efectos nocivos de los rayos X es ponerse de pie detrás de una pantalla de plomo para absorber los rayos.

Un paciente sólo debe someterse a una radiografía si es vital para obtener más información sobre su estado de salud que un examen físico puede proporcionar.

Los efectos nocivos de la radiación de rayos X pueden aparecer en el cuerpo y la piel inmediatamente después del tratamiento o de la exposición, pero para averiguar si se han producido efectos nocivos en el interior del cuerpo, el embarazo o un sistema de la sangre, es más difícil de descubrir.

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