El Heraldo
Colombia

“La apuesta de Santos de negociar con las Farc es arriesgada”: presidente de Fedegán

José TorresJosé Félix Lafaurie, durante la entrevista que concedió a EL HERALDO.s

El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, considera que la negociación que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos quiere hacer con la guerrilla de las Farc es una apuesta extremadamente arriesgada.

Así lo manifestó durante visita que hizo a EL HERALDO, en compañía del presidente de Asoganorte, José de Silvestri, señalando que las Farc ya no es un grupo de insurgentes, sino de criminales que trafican con droga.

¿Cómo ve usted la posibilidad de que efectivamente se esté llevando a cabo una negociación entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc?

En el fondo la coyuntura no se presta para que realmente el gobierno pueda avanzar con las Farc o con el Ejército de Liberación Nacional en un acuerdo de paz por múltiples razones. Primero, porque creo que el mandato que le dieron al gobierno no era para hacer lo que hizo Pastrana en su momento. Aquí hay una parte muy importante de la sociedad que no entendería como un gobierno puede sentarse con un grupo de terroristas, es que el tema de la guerra en Colombia está muy atada al narcotráfico y en consecuencia todo este grupo que fueron insurgentes en su momento, terminaron siendo criminales, que están es traficando con droga.

¿Qué ha cambiado?

Creo que las circunstancias de tiempo y de modo han cambiado de manera radical de hace 10 años a la fecha. Primero, correlación de fuerzas. Una cosa era el Estado colombiano para reprimir el crimen antes de 2002 o incluso en el propio gobierno del Presidente Pastrana no había ni helicópteros, ni soldados entrenados, había dificultades por parte del Estado colombiano para poder confrontar. Y los 8 años de la política de seguridad democrática, no cabe la menor duda, que la capacidad de enfrentar la criminalidad por múltiples factores fue de tal naturaleza que prácticamente por lo menos permitió soñar con la paz, porque era evidente que el colombiano del común se sintió tranquilo. Segundo punto que me parece importante es el tema de reconocimiento internacional. Antes, estos grupos se veían como grupos insurgentes, el mismo Pastrana con Víctor G. Ricardo los paseo por Europa y había cierto reconocimiento, usted cree que hoy que prácticamente todos estos países han dicho que son grupos terroristas, recibirían a estas personas que están vinculados a un negocio de narcotráfico. No lo veo fácil. El tercer elemento es la misma sociedad colombiana, y el cuarto elemento es mucho más complejo, es que entonces no estaba en vigencia el Tratado de Roma, hoy está vigente.

¿Y qué contempla ese Tratado?

Hoy, cualquier actor que incurre en crímenes de guerra, que violente los principios básicos de lo que es el Derecho Internacional Humanitario no tiene ninguna posibilidad de sentarse a negociar con un Estado, porque aquellos delitos que eventualmente se cometieron violatorios del Tratado de Roma, sin crímenes de guerra, hoy no pueden ser amnistiados ni indultados.

¿Por qué cree que Santos se va a embarcar en esta historia de negociación nuevamente con las Farc?

Creo que el presidente Santos es una persona que tiene un largo recorrido y debe tener una cantidad de percepciones o de elementos que le permitan llegar a las rutas de esta naturaleza, pero a mí como ciudadano del común que leo la prensa y que tengo un nivel de información base, no veo realmente como las cosas puedan salir bien. La apuesta del Presidente me parece una apuesta extremadamente arriesgada. Ahora, como colombiano es una apuesta que si le sale bien seré el primero que lo aplauda, siendo como soy un dirigente del sector rural, que es el que finalmente más termina siendo golpeado por los problemas de la seguridad. Desde la perspectiva del sector rural, toda aquella cosa que eventualmente pueda ser útil al país en materia de seguridad, bienvenida, lo que no veo es como remontar una serie de factores que claramente dan cuenta que el escenario es demasiado arriesgado y que tiene muchas incógnitas o paréntesis.

¿Se podría considerar que negociar hoy con grupos guerrilleros es negociar con narcotraficantes?

Claro, todas las conversaciones que se dieron antes del gobierno de Uribe eran conversaciones que partían de un presupuesto que esa insurgencia estaba reclamándole al establecimiento un Estado más legítimo, porque no lo reconocían como tal, no lo reconoció Betancur, sucedió en el gobierno de Gaviria con el M-19, sucedió con El Caguán. Esos diálogos lo que intentaban era que la gente se pusiera de acuerdo en un nuevo país. Se hablaba de desarrollo minero, de los recursos naturales, de la política rural, de la política económica y trajeron a los tipos de la Bolsa de Nueva York, estaban repensando el país, un ‘estado fallido’, ‘ilegítimo’ según la insurgencia, y había que establecer unas condiciones diferentes. La seguridad democrática que es lo que a veces no se percibe claro, no es solamente la capacidad de respuesta militar del Estado, el presupuesto fundamental de la seguridad democrática arranca en que el gobierno hace respetar a un Estado legítimo y las instituciones que representan al Estado son legítimas y por consiguiente las políticas de Estado son legítimas. Si eso es así, la pregunta que habrá que hacerse es ¿el Gobierno Santos en estos diálogos de paz va a poner en juicio la legitimidad del Estado y sus instituciones y va a tratar de hablar de política pública o simplemente va a encontrar un punto de convergencia para que este grupo se someta a la Ley?

¿Todas esas inquietudes se las ha planteado al presidente Santos?

Yo recuerdo que tuve una conversación con el presidente Santos cuando el tema Ley de Tierras y he estado un par de veces en el despacho de él, y a veces cuando la gente se atreve a decir aquellas cosas con honestidad, se siente como si estuviera en oposición y he dicho muchas veces que los gremios no están para hacer oposición, sino para poder hacer valer unos intereses, que aunque minoritarios, son unos intereses legítimos. Los ganaderos somos minoría en la sociedad, pero tenemos derecho a expresar nuestro punto de vista, y un gobierno demócrata lo que tiene que hacer es mirar a esa minoría, para saber si lo que está planteando tiene o no razón.

Por Leonor De la Cruz

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