“A nadie más que a Gette le beneficiaba la muerte de Cepeda”: De la Espriella

El jurista monteriano Abelardo De la Espriella, defensor de la esposa y la hija del asesinado Fernando Cepeda, explica el porqué de los procesos contra la rectora de la Universidad Autónoma del Caribe, Silvia Gette, que esta semana se movieron más en la capital de lo que se habían movido en 10 años en Barranquilla.

De la Espriella habla con EL HERALDO de la presunta responsabilidad de la argentina, con casa por cárcel desde el miércoles, en el homicidio de Cepeda, en los asesinatos de cinco de los supuestos testigos del crimen y de posibles compras de jueces y en el aparente soborno a alias Don Antonio para que este se retractara de los señalamientos contra la rectora, a través de las sospechosas gestiones del detenido abogado Arcadio Martínez.

¿Por qué Silvia Gette habría cometido el crimen de Fernando Cepeda?
Fernando Cepeda se convirtió en un obstáculo para Gette. Era la piedra en el zapato para que la argentina se hiciera al poder en la Universidad Autónoma. La única forma que ella tenía de coronarse en la rectoría de la Universidad Autónoma era asesinando a Cepeda, como efectivamente lo hizo.

¿Qué pasó con el proceso por este homicidio en Barranquilla y por qué pidió su traslado a Bogotá?
Durante diez años, el proceso de Cepeda durmió el sueño de los justos. Hace un año asumí la causa y les juré a María Paulina Ceballos, su esposa, y a María Fernanda Cepeda, su hija, que iba, a cualquier precio y costo, a encontrar la verdad y a buscar que las autoridades condenaran a los autores del asesinato. Hoy hemos avanzado mucho: Gette tiene una medida de aseguramiento y sus cómplices están a buen recaudo de las autoridades. La doctora Viviane Morales (exfiscal General) trasladó el proceso a Bogotá, pues era evidente que en Barranquilla no había garantía de verdad, justicia y reparación para las víctimas.

¿Cuáles son las muertes relacionadas con este asesinato?
Jhon Jairo Ramírez Vásquez (abogado de Gette que denunció que su apoderada compraría jueces con dinero de la Uniautónoma), Mario Ceballos Araújo (se investiga si fue envenenado), Jaime Marbello (agente de la Sijín que recaudó las falsas pruebas contra Ceballos y Cepeda), David Mattos (abogado que presenció reunión del pago por el crimen de Cepeda) y Felipe Martínez (funcionario de la Universidad). Todas estas muertes las perpetró Silvia Gette, con el único propósito de borrar las evidencias sobre sus actuaciones delictuales. Todos estos procesos han sido trasladados a la ciudad de Bogotá, por orden del Fiscal General de la Nación.

Usted dijo que Barranquilla calló todo lo relacionado con este caso…
Durante muchos años la sociedad barranquillera, en pleno, prohijó a Gette. A pesar de conocer su oscuro pasado, nadie la rechazó. Era un secreto a voces que la muerte de Fernando Cepeda había sido ordenada por Gette y todo el mundo calló. Es un buen momento para que Barranquilla haga un acto de contrición: a los delincuentes no se les puede proteger, hay que rechazarlos con vehemencia.

¿Cuáles son los exparamilitares que han señalado a Gette y qué es lo que han dicho?, ¿por qué hay que creerles?
Alias Don Antonio, alias Chiqui y alias El Costeño han señalado las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que se dio la muerte de Cepeda. Han sido enfáticos en señalar que Gette fue la autora intelectual de la muerte. Hay que creerles porque han vertido esas declaraciones en el marco de Justicia y Paz. Ellos saben que si mienten, perderán los beneficios y tendrán que ser juzgados por la justicia ordinaria. A nadie más que a Gette le beneficiaba la muerte de Cepeda. Para determinar la participación de una persona en la muerte de otra, solo hay que auscultar a quien le beneficia y le conviene la desaparición de la víctima.

Usted ha dicho que Arcadio Martínez es del cartel de testigos de Barranquilla…
Martínez es un delincuente consumado que ha pasado por todos los carteles y bandolas. Desde hace más de un año, señalé a través de los medios de comunicación y de denuncias al respecto que se trataba de un individuo altamente peligroso. Hoy, el tiempo me ha dado la razón: Martínez no solamente es un truhán de lo peor, también es una vergüenza para el gremio de abogados. Martínez pagará con creces el haber creído que un abogado es un individuo que puede hacer cualquier cosa y pasar por encima de la ley.

La defensa de Gette niega una relación entre ella y Martínez…
Tengo información de primera mano, según la cual, a Martínez le están ofreciendo 2 mil millones de pesos para exculpar a Gette. Ya Martínez ha demostrado de sobra ser un imbécil, de acuerdo a sus actuaciones. Sería un exabrupto caer en semejante trampa. Martínez debe testificar sobre la realidad de los hechos y buscar los beneficios de ley que puedan mejorar su situación jurídica. Me parece muy torpe, por parte de la defensa de Gette, señalar que la rectora no conoce a Martínez. Tal situación no debe tener muy contento al abogado capturado.

¿Este proceso contra Gette por soborno aportaría pruebas para que la indagación por el homicidio de Cepeda pase a un siguiente nivel más formal de investigación?
Los dos procesos están íntimamente ligados. Hay una conexidad material innegable. Paradójicamente, la suerte de Gette frente al homicidio de Cepeda está ligada al soborno que ella misma ha determinado para desviar la investigación y obstruir a la justicia. Tiene más reversa un avión.

¿Cómo ha sido toda esta década para la familia Ceballos?
Han sido años terribles, llenos de olvido y desolación. La viuda y la hija de Cepeda creían que en Colombia no era posible aplicar justicia. Afortunadamente, la justicia tarda y cojea, pero un día llega y hoy Gette está sentada en el banquillo de los acusados.

¿Hay amenazas contra ellos?
Las amenazas han sido el pan de cada día durante los últimos diez años. Lo que no mata, fortalece. Hoy María Paulina y María Fernanda están confiadas en que la justicia triunfará.

‘Semana’ reveló un supuesto complot de Gette y Martínez, usando a Don Antonio, para desacreditarlo a usted…
No solamente querían montarme un proceso judicial, también querían asesinarme. Hace falta mucho más que montajes y tentativas de asesinato para distraerme de mi objetivo. Tengo la firme concepción de hacer lo que corresponde aún cuando eso implique un riesgo para mi vida. Como dijo Douglas MacArthur: no se ha hecho la bala que lleve mi nombre. Pero Gette y sus cómplices tienen perfectamente claro que, de no ser por mí, este proceso no estaría donde está.

¿Por qué asumió el caso Gette?
La búsqueda de la verdad, la complacencia de una sociedad que se dejó obnubilar por el poder de Gette. Una causa perdida. El riesgo, el peligro que implica enfrentarse a una mujer tan siniestra como Gette.

¿Se hará justicia en este proceso?
No le quepa la menor duda. No descansaré hasta que Gette sea condenada a 40 años de prisión por el crimen de Cepeda. Para una mujer de 62 años, una condena de 40 años, es técnicamente una cadena perpetua.

Por Tomás Betín del Río