El Heraldo
Débora Barros Fince, líder wayuu de Bahía Portete en la Alta Guajira, habla sobre lo acordado con las Farc. Cortesía
Colombia

Víctimas tienen opiniones divididas sobre acuerdo de justicia con las Farc

EL HERALDO les preguntó a varias víctimas de las Farc y de la guerra en general cómo ven el pacto sobre justicia en Cuba entre el Gobierno y la guerrilla.

Opiniones divididas hay entre las víctimas de las Farc y del conflicto armado en general frente al acuerdo de justicia transicional anunciado el miércoles desde la mesa de paz de La Habana por parte del Gobierno y el grupo guerrillero.

Desde la isla caribeña se informó de la creación de una jurisdicción especial para la paz que, a grandes rasgos, contempla para los actores del conflicto penas privativas de la libertad en condiciones especiales, de cinco a ocho años, para quienes asuman su responsabilidad; cárcel de este mismo monto para quienes la asuman de manera tardía y 20 años de cárcel para quienes no la asuman.

Así mismo, se centró el mecanismo en la satisfacción de los derechos de las víctimas a la verdad, la no repetición, la reparación y la no impunidad.

EL HERALDO habló con varias víctimas de las Farc y de la guerra en general de más de 50 años en el país, para conocer cómo ven lo pactado hasta ahora en Cuba en materia de justicia.

Mauricio Lizcano

Para el senador Mauricio Lizcano, hijo del exsecuestrado y exparlamentario  Óscar Tulio Lizcano, secuestrado ocho años por las Farc y quien se les fugó en el Chocó, calificó el acuerdo como "un hecho histórico, no solamente porque da un paso hacia la paz sino porque crea un sistema de justicia novedoso, en el que las víctimas son el centro, donde van a haber tribunales, juzgamiento, donde se reconoce que hay victimarios, que son las Farc, y que hay víctimas, que somos todos los colombianos".

El joven congresista subraya que las víctimas estarán en el centro del mecanismo porque quien quiera tener penas de cinco a ocho años y no de 20, tendrá que contar toda la verdad y, dice, "lo más importante para una víctima es la verdad: saber qué pasó con sus familiares, dónde están sus restos, quién lo secuestró. Es el elemento más reparador para una víctima".

Considera el parlamentario del Partido de la U que las víctimas campesinas "serán las más beneficiadas, porque con la guerra han seguido sometidas a los mismos contextos de violencia, y con este acuerdo van a dejar de ser víctimas y van a tener una mejor calidad de vida".

Fernando Araújo

El hijo del excanciller Fernando Araújo, secuestrado seis años por las Farc hasta que se escapó, asegura que "como víctima no guardo rencor", pero advierte que "una de las funciones de las penas punitivas es efectivamente la ejemplarizante, y vemos que este acuerdo menciona la privación de la libertad pero lo deja en un sentido muy amplio y no menciona la cárcel".

El senador cartagenero del Centro Democrático alerta además acerca de que el pacto "amplía a toda la sociedad como actores del conflicto, y eso abre una ventana a que todos los colombianos puedan ser juzgados por hechos de manera directa e indirecta, con lo cual pensaría uno puede darse el caso de ganaderos, empresarios, tenderos, que en alguna oportunidad le pagaron una extorsión a la guerrilla o a paramilitares, y eso le genere un proceso en el que le obliguen a aceptar el hecho para someterse a los beneficios de los guerrilleros habiendo proporciones completamente asimétricas".

Finalmente, cree el congresista que para el guerrillero raso debe haber penas alternativas sin privación de la libertad y para los máximos responsables de los crímenes de guerra y de lesa humanidad debe haber privación de la libertad con cárcel; que debe haber una reparación con los bienes incautados o extinguidos a la guerrilla y debe haber garantías de no repetición, entrega absoluta de armas y arrepentimiento.

Clara Rojas

La exsecuestrada seis años por las Farc y representante liberal a la Cámara, Clara Rojas, ve el asunto como "un anuncio muy importante" que "nos muestra la madurez del proceso y el compromiso de las partes", porque "venía más de un año sin darse anuncios en este punto y no habían podido encontrar luz verde, y ahora me parece que esto superó las expectativas y aunque habrá que hacerle ajustes, lo más importantes es la cuenta regresiva" para el fin de la guerra.

Para la mamá de Emmanuel, símbolo del conflicto para el país y quien nació mientras su madre estaba  plagiada, las víctimas se sentirán reparadas "si ellos se comprometen, firman los acuerdos, entregan las armas, se reincorporan a la vida civil y se comprometan a no repetir".

Finalmente, opina la parlamentaria que las víctimas más pobres de las Farc deben beneficiarse "del tema de reparación integral, y ojalá se cree un fondo de estabilización para la paz y que todos esos dineros que las Farc han recibido del narcotráfico lo entreguen y se les  ayude a esas víctimas".

Nohora Tovar

La exsecuestrada por las Farc y senadora del Centro Democrático, Nohora Tovar, reconoce que "como mujer y madre, todos los colombianos soñamos con una paz verdadera", no obstante se declara "preocupada" porque "por medio de un plebiscito dictatorial se tomen decisiones ignorando al pueblo, en contra de la Constitución, hay que aceptar que cabecillas que hayan cometido delitos de lesa humanidad queden impunes es un mal ejemplo, porque los grupos ilegales que se están conformando van a decir sigamos matando, sigamos secuestrando, que en cuatro años nos perdonan todo".

Considera la congresista que ha debido aplicarse también para esta ocasión "la Ley de Justicia y Paz, que fue un ejemplo en el gobierno de Álvaro Uribe, porque todos pagaron, así sean ocho o 10 años, pero no se puede dar impunidad a estos delitos de lesa humanidad".

Señala además Tovar que "es bueno que nos vayamos a un referendo para que el pueblo ahí se pronuncie, porque todos van reclamar paz sin impunidad, que haya justicia, reparación, perdón".

Débora Barros

Como un gran avance para las víctimas del conflicto armado y para el proceso de paz, calificó el acuerdo Débora Barros Fince, líder wayuu de Bahía Portete en la Alta Guajira, quien fue una de las primeras doce víctimas escogidas para viajar a La Habana.

"Valió la pena luchar y arriesgar todo por lograr la paz, haber sido gestora de construir paz desde el sentir de nosotras las víctimas y que quede en la historia que se puede lograr un sueño de todos", manifestó Débora, quien perdió varios familiares suyos en la masacre de Bahía Portete ocurrida en abril de 2004 a manos de paramilitares.

Agregó que se siente muy contenta y que ahora el reto es seguir construyendo y aportando desde las regiones con una participación activa en todo lo relacionado con el postconflicto.

Cuando fue a Cuba para ser escuchada por los negociadores de las Farc, se declaró sorprendida: "fue una gran responsabilidad porque estos escenarios no son fáciles y sobre todo cuando es un tema tan álgido como el de las víctimas y la paz de Colombia".

Esta abogada afirma que fue escogida porque la organización wayuu Munsurat Mujeres Tejiendo Paz ha hecho un trabajo importante y ha aportado mucho a todo el proceso de búsqueda de la verdad y la justicia en la masacre de Portete: "nuestro compromiso como víctimas es seguir aportando al proceso y lo haremos".

En la masacre de Bahía Portete murieron cuatro personas y dos aún están desaparecidas. Por el hecho ya hay varios condenados como alias Pablo, Chema Bala y Jorge 40, aunque nunca han dicho dónde están los cuerpos de las dos mujeres que nunca aparecieron, ni toda la verdad de lo que sucedió ese día. 

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