El Heraldo
Edward Cobos Téllez y Úber Bánquez, en audiencia de Justicia y Paz.
Colombia

Matanza tras crimen del alcalde de El Roble: 18 asesinatos en 11 años

Un nuevo giro tomó la investigación por la muerte del mandatario sucreño que anunció en 2003 ante el presidente Álvaro Uribe que lo iban a asesinar.

Presidente, (...) ya hubo la suspensión, ahora llega la destitución y después viene mi muerte. Ahora viene el otro paso, repito y es que a mi me van a matar…”. Las fatídicas palabras de Eudaldo ‘Tito’ Díaz, alcalde de El Roble, expresadas ante Álvaro Uribe el 1 de febrero de 2003 en el consejo comunal que se celebraba en Corozal, Sucre, terminaron siendo una realidad: dos meses después, el 10 de abril, el mandatario municipal apareció torturado y asesinado en la vía Sincelejo-Sampués, luego de haber sido secuestrado por paramilitares.

Once años después de su homicidio y a pesar de que han sido condenados los principales autores, entre ellos el exgobernador Salvador Arana, siguen asesinando a los testigos y a sus familiares: ya van 18. Al último lo mataron hace dos semanas en Sincelejo. El turno fue para el paramilitar desmovilizado Jairo Alberto Verbel Villadiego, alias Monoloco, baleado en el barrio Los Laureles de Sincelejo, cuando conducía su vehículo y estaba acompañado por su mujer e hija. Verbel había sido enviado a la cárcel en junio de 2013 por homicidio.

Esta semana se conoció que, luego de denuncias de Juan David Díaz, hijo del asesinado alcalde, la Fiscalía General decidió investigar los homicidios de cinco testigos, casos sobre los que hay algún grado de certeza de que tienen que ver con el crimen del burgomaestre de El Roble: Diógenes Meza, Isaías Viloria, David Romero, Munir Cadavid y Daniel Cuesta.
En el giro que ha tomado esta investigación, la hipótesis del ente acusador apunta a la responsabilidad de los exjefes paramilitares del frente Héroes de los Montes de María, Edward Cobos Téllez, alias Diego Vecino, y Úber Bánquez, alias Juancho Dique.
Para el hijo de Tito Díaz, “debe haber alguien más arriba de los jefes paramilitares interesado en que la verdad no se sepa, porque ellos están en su programa de Justicia y Paz y no les importa, porque igual van a obtener los beneficios”.

TESTIMONIO CLAVE. Con los dedos tapándose el orificio de bala que le habían dejado en el cuello, Diógenes Meza Villacob logró sobrevivir tirado a las afueras de Sincelejo toda la tarde del 23 de septiembre de 2004, hasta que lo encontró la Policía.

Meza era, de día, el mesero y, de noche, el vigilante del restaurante ‘La Becerra’, entre Sincelejo y Sampués, cuyos propietarios, como la mayoría de comerciantes de esa zona, eran extorsionados por los paramilitares, quienes, además, iban a comer gratis allí. ‘La Becerra’ quedaba cerca de la finca de Tierra Grata, propiedad de Said Isaac Tatis, cuñado de Arana, donde tuvieron secuestrado y bajo tortura al alcalde del 5 al 10 de abril de 2003.

En la sentencia de la Corte Suprema del 3 de diciembre de 2009, en que fue condenado Arana a 40 años de cárcel, citan lo que alcanzó a declarar Meza ante la Fiscalía sobre lo ocurrido el 9 de abril de 2003, un día antes de la muerte de Díaz: “este día llegaron casi como de costumbre a comer regalado los señores José Manuel, alias Fabio o Manoquemá; Álex, alias Tigrillo; el Monoloco (…), y otros que no conozco (…). Ellos tenían rato de estar ahí riéndose de todo lo que hacían a don Tito, que lo tenían en la finca de Said Isaac. Arana les dio la orden de matarlo porque había hablado mucho, lo mismo me había dicho el Cocha. Entonces dijo Said: ya Arana dio la orden de matarlo y todo está pago, ¿qué estamos esperando?”.

Según lo alcanzó a contar el propio Meza, Ángel Berrocal Doria, alias El Cocha, excomandante urbano de las AUC en Sincelejo, tras el crimen y cuando ya habían iniciado la matanza de testigos, comenzó a llamarlo para pedirle que se vieran lo antes posible. Pero Meza sabía que era para asesinarlo. La última llamada terminó con una zancadilla en la calle Las Vacas de la capital sucreña. Entonces, varios hombres lo montaron en un taxi, condujeron media hora y le dieron un tiro en la cabeza, lo bajaron, le pegaron patadas y el final fue otro tiro en el cuello. Pasó cinco horas tirado en el camino, hasta que lo vio la Policía y lo llevó al Hospital Regional de Sincelejo. Una vez los paramilitares se enteraron, fueron a buscarlo, pero su esposa los vio dentro del centro médico y le avisó a la Policía. El coronel Carlos Arturo Millán llevó a Meza a un hospital en Cartagena.

Cuatro meses después, el 13 de enero de 2005, sospechando que la muerte lo rondaba, le escribió, con ayuda de su mujer, una carta a la fiscal del caso, María Victoria de Micán. Allí le contaba todo lo que sabía sobre el asesinato del alcalde de El Roble. Esa misiva se convirtió en la declaración más importante contra Arana. Meza murió, parapléjico, el 19 de marzo de ese mismo año.

“ARANA ENTREGÓ LA PLATA”. A Sadys Ríos, quien era el conductor del ex jefe paramilitar Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena, le mataron a su padre, Jorge Eliécer Lozano. Y a él tras un atentado lo mandaron a cuidados intensivos, porque declaró en cinco oportunidades sobre el crimen del alcalde.

En la condena a Arana, por ejemplo, se lee lo que contó: “lo dio (el dinero) el señor Salvador Arana. Antes del secuestro de Tito estuvo el señor Salvador Arana en una reunión con Peluffo. Yo estuve presente en esa reunión. Esa reunión fue en la finca ‘El Caucho’, fue como dos semanas antes, más o menos, de que secuestraran a Tito. (…) Yo sé que Arana entregó el dinero para  la muerte de Tito. Arana se lo envía a Cadena por intermedio de Eduard Cobos (alias Diego Vecino). (…) Él llevó el dinero un fin de semana antes de la muerte de Tito, lo llevó al Caucho, eran unas pacas de plata”.

Sobre este testigo, el hijo del alcalde, Juan David Díaz, le dijo a este diario: “a Sadys Ríos le asesinaron a su padre luego de eso, porque empezó a declarar y estaba en el programa de protección de testigos, e incluso a él mismo le hicieron un atentado en la cárcel y lo mandaron para cuidados intensivos”.

Un documento de la Unidad de Derechos Humanos y DIH de la Fiscalía, conocido por EL HERALDO, señala que a Ríos “el 19 de enero de 2007, durante su declaración ante la Fiscalía, el abogado Luis Ignacio Lyons Espeña (sic), defensor de Salvador Arana, exhibió un rosario blanco, tomándose esto como intimidación al declarante”.

SE SALVÓ DE MILAGRO. A Juan Pablo Viloria, escolta de Tito Díaz, le mataron a su hermano, Isaías, al parecer para que se retractara de sus declaraciones. Pero este huyó, y los paramilitares le hicieron un presunto montaje judicial para que lo capturaran. En efecto lo metieron preso y en la cárcel Modelo de Barranquilla intentaron matarlo.

Según la Corte Suprema, Viloria “manifestó que Salvador Arana había entregado 120 millones de pesos por la muerte de Eudaldo León, de los cuales 60 millones de pesos los había dado El Roble (sitio de concentración paramilitar) y los otros 60 los aportó el exgobernador Arana”. Y agregó que “Viloria, siendo el conductor de Daniel Cuesta (otro escolta de Díaz), escuchó que al alcalde lo tenían amarrado en una finca llamada ‘El Caucho’, sitio al que iba Salvador Arana”.

El tribunal concluyó que el “interés que tendría Arana en la muerte del alcalde”, se suscitó “por las denuncias que hizo el mandatario municipal en el consejo comunal a Arana”, el 1 de febrero de 2003, en Corozal, Sucre, ante el expresidente Álvaro Uribe.

De acuerdo con lo que narra el hijo del alcalde del Polo Democrático asesinado, “cuando dijo todo lo que escuchó, le secuestran al hermano, y le toca ir a Santa fe de Ralito para que lo liberaran (…), y Cadena le dijo que necesitaba que se retractara, y el abogado Osvaldo Ochoa García, el abogado de los ‘paras’, le da un documento con lo que tiene que decir en la retractación: que él mintió porque nosotros, los familiares de Tito Díaz, le ofrecimos dinero”.

Entonces Viloria se retracta, continúa su relato Díaz, “pero le matan a su hermano (el 8 de septiembre de 2005, ocho días después de que fue liberado por Cadena) y vuelve a decir la verdad en la Fiscalía y entrega los papeles que le dio el abogado. Luego lo empiezan a buscar para matarlo. Se pierde. Le hicieron un montaje, lo acusaron de haber cometido unos asesinatos, para que la justicia lo encontrara por ellos. Y así fue: lo metieron preso, le dieron siete puñaladas. Todavía está vivo pero no se sabe dónde anda”.

CUATROS ESCOLTAS MUERTOS O DESAPARECIDOS. La desaparición de testigos por el caso de Tito Díaz comenzó con sus escoltas, porque al parecer todos ellos sabían qué había pasado. Ellos también se enteraron de lo que escuchó el guardaespaldas Viloria. Al primero que mataron fue a David Romero Posso, el 15 de julio de 2003, cuatro meses después del crimen de Díaz. Luego, el 12 de agosto de 2004, fue asesinado Daniel Cuesta Báder, vigilante de la joyería Myriam, de Sincelejo, y hermano del también escolta Ómar Cuesta, a quien secuestraron junto con el alcalde.

Juan David Díaz cuenta que “Juan Pablo Viloria venía con Daniel Cuesta, de Cartagena entrando a Sincelejo, cuando ven que llevan a mi padre en una camioneta junto con Ómar Cuesta, liberado posteriormente. Y cuando iban llegando a Sincelejo, alguien de las AUC que lo conocía llamó a Daniel y le dijo: mira, en la finca tienen al alcalde amarrado con tu hermano. Así ambos se enteraron de todo”.

A Álvaro Bautista Pérez, que acompañó al alcalde a la reunión a la que lo habían citado para secuestrarlo, lo desaparecieron el 11 de abril de 2003. Édgar Guerra, también escolta del alcalde, fue asesinado hace un par de años en Sincelejo.

PARAMILITARES ASESINADOS. El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Cajar, dice que luego de asesinar a los escoltas de alcalde, el turno fue para los paramilitares que participaron en la desaparición y posterior ejecución del mandatario de El Roble.
Así, el 20 de julio de 2005 fue asesinado Juan Carlos Jiménez, alias Caliche; el 21 de agosto de 2005, Eliécer Alfonso Villegas Mercado, o El Diablo, y el 25 de septiembre de 2005 fueron ejecutados Ignacio Romero, El Nacho, y Éder Sotelo, alias El Mortal.

Greis Tirado Mercado, esposa de Edelmiro Anaya González, alias El Chino, paramilitar que infiltró el esquema de seguridad del alcalde, fue muerta el 2 de febrero de 2009.

El hijo del alcalde comenta que “a ellos los mataron porque habían comenzado a hablar, algunos, y a otros simplemente porque sabían cosas; igual a la esposa del Chino Anaya, porque había empezado a colaborar con información”.

Said Jibrán Isaac Tatis, cuñado de Arana y dueño de la finca donde estuvo secuestrado Tito Díaz, fue víctima de un atentado en Sincelejo el 4 de septiembre de 2008, tras el que quedó parapléjico como consecuencia de nueve tiros que lo impactaron y en el que resultó muerto su conductor, Luis Carlos Montaño.

Al abogado de los ‘paras’ Osvaldo Ochoa García, quien le dio el libreto de retractación a Viloria, lo mataron en la localidad de Teusaquillo, en Bogotá, el 25 de noviembre de 2010, cuando iba a su casa en el taxi de un amigo que tomó en el aeropuerto El Dorado.

“A El Rolo y El Niño, quienes según Diego Vecino fueron los encargados de disparar a mi padre, también los mataron. Vecino no dice sus nombres sino solo los alias. Y también a Edward Anaya González, alias Machete, desmovilizado a quien asesinaron en Sincelejo, era hermano de El Chino”, recuerda Díaz.

EL ‘AMIGO DE INFANCIA’ DEL ALCALDE. El 23 de diciembre de 2008, en Chinú, Córdoba, fue ultimado Munir Cadavid Haller, conocido por Tito Díaz desde la infancia.

Tras el tristemente célebre consejo comunal en que el burgomaestre firmó su sentencia de muerte, los paramilitares buscaron a Cadavid para que intercediera ante Díaz para “reunirse” con Arana y “hacer las paces”.
“Mi padre fue a esa reunión porque pensó que el presidente Uribe le había jalado las orejas a Arana y compañía, y eso me lo hace saber mi papá en una carta que me deja, en la que me dice que va para esa reunión. Cadavid le dice que se encuentran allá y lo mismo el coronel de la Policía (Norman Arango). Pero no alcanza a entrar el restaurante, pues apenas se baja del carro lo cogen y se lo llevan con su escolta, Ómar Cuesta”, narra el hijo de la víctima.

Luego del asesinato, Cadavid pasó a ser influyente en las AUC en Sampués. Según Díaz, Cadavid habría sido“premiado, pero cuando se iniciaron las investigaciones ellos comenzaron a matar a todos los que sabían, y él no fue la excepción”.

9 personas han sido condenadas por el crimen del alcalde de El Roble: Salvador Arana; la exdirectora de la cárcel La Vega de Sincelejo, Diana Martínez (prófuga), que dejó salir a paramilitares para que participaran, condenada el pasado 3 de abril, y los paramilitares Edelmiro Anaya González; Ángel Miguel Berrocal Doria; Wilson Anderson Herrera; Carlos Alberto Verbel Vitola; John Ospina (prófugo); Emiro Correa Vivero y José Tomás Torres.

“Uribe sabía todo”

Juan David Díaz afirma que en la investigación por el homicidio de su padre “faltan por ser vinculados el procurador Guillermo Merlano Martínez, la persona que suspendió a mi papá y tuvo relación con el asesinato; el coronel Norman León Arango Franco, que era el comandante de la Policía de Sucre, quien dijo que iba a ir como garante a la reunión”. Advierte el hijo del alcalde torturado y asesinado que “Álvaro Uribe tiene una responsabilidad, porque lo que hizo, en vez de proteger a mi papá, fue quitarle el armamento a la escolta. Es decir, prepararon todo después del consejo comunal”.

Al respecto, el dirigente del Movice Sucre revela: “una cosa que nunca se ha dicho es que en noviembre o diciembre de 2002 hubo un consejo de seguridad privado, del presidente con la Fuerza Pública, los alcaldes y el gobernador. Ahí fue cuando mi padre le dijo a Uribe que Arana tenía vínculos con los paramilitares y que estaba presionándolo para que le entregara las arcas del municipio para el proyecto paramilitar. Por eso fue que luego, en el consejo comunal de febrero de 2003, le dijo a Uribe: por haberme atrevido a denunciar en el consejo de seguridad que tuvimos…”. Y sentencia: “esa fue la razón por la que pasó todo, y Uribe sabía todo”.

Arana dice que todo es calumnia

El ex gobernador de Sucre Salvador Arana, condenado a 40 años por el asesinato de Eudaldo ‘Tito’ Díaz, ha denunciado ahora al hijo de este, Juan David Díaz, por calumnia e injuria, y los paramilitares también condenados por el crimen lo denunciaron porque, según ellos, es paramilitar.

Al respecto, Yessika Hoyos, abogada de Cajar, que lleva el caso, le dijo a EL HERALDO que “todos estos criminales intentan revictimizar a la familia Díaz, y le hacen una persecución muy fuerte, sobre todo porque no se quedaron callados”.
El proceso que va más avanzado contra el hijo del alcalde es el de las denuncias por paramilitarismo y otros supuestos delitos relacionados con esta actividad: “ya estamos en práctica de pruebas, pero en este caso creo que la Fiscalía debería entender que todo es una retaliación, y además ellos han dicho que necesitan que él esté preso para poder asesinarlo, así que va a ser responsable también la Fiscalía”.

En el otro caso, el de Arana por calumnia, asegura la jurista que el exgobernador no podría revertir su condena y quedar libre: “si llega a prosperar este proceso, lo que sería una locura, lo que puede pasar es que condenen a la familia pero en nada afectaría la condena de la Corte”.

En este proceso, Díaz, junto con dos familiares, ha sido citado para presentarse a finales de noviembre ante el fiscal delegado ante los Jueces Especializados del Grupo de Trabajo para la Investigación de Falsos Testigos.

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