El Heraldo
El cantante vallenato Jorge Oñate fue escuchado el viernes en la Fiscalía, en Bogotá. Johnny Hoyos
Colombia

Llamadas enredan a Jorge Oñate en muerte de Ovalle

En las llamadas se habla de la familia de la víctima, de los fiscales, procuradores y jueces del proceso, así como de compra de votos para el senador José Alfredo Gnecco.

Bogotá. Un ciudadano anónimo que le proporcionó a la Policía varios números de teléfono de miembros de la banda de alias Marquitos Figueroa, le permitió a las autoridades interceptar unas 15 mil llamadas que enredarían al cantante Jorge Oñate en el proceso que se sigue por el asesinato de Efraín Ovalle Oñate.

En las llamadas, reveladas por El Espectador y producidas la mayoría a finales de 2013, se revela el porqué de la citación a interrogatorio del Ruiseñor del Cesar por el crimen perpetrado en febrero de 2012.

Los hallazgos de la Fiscalía y la Dijín los condujeron a la captura de Armando Gnecco Vega, conocido como Mandarino, y del exconcejal de La Paz, Orlando Mendoza, llamado también Guanábano.

En una llamada entre Guanábano y Oñate hablan de la familia de la víctima. Y en una interceptación a Guanábano, a este se les escucharía decir: “esa gente, Hp, esos Ovalles, eso los pelan porque los pelan. La muerte de ellos va a venir”.

En las llamadas se nota que Mandarino, propietario de varias estaciones de venta de combustible, estaba preocupado por saber si estaba siendo investigado o si tenía algún requerimiento de Estados Unidos.

Según los investigadores, a Oñate se le menciona en muchas conversaciones entre Mandarino y Guanábano. Así mismo, los agentes caen en cuenta de que Guanábano es tío de Éduar Chía, primer capturado por este caso.

La Fiscalía encuentra que las denuncias que venían haciendo los Ovalle, y por las cuales les tocó salir del país, podían ser ciertas: Mandarino estaría interesado en el tema de la compra de armas de fuego y tendría supuestos nexos con la banda de alias Marquitos.

Además, Mandarino y Oñate empezaron a ayudar económicamente para la defensa de Chía. Y Mandarino estaba haciendo, además, gestiones para salir hacia Maracaibo, donde las autoridades creen que se esconde Marquitos.

Hay una llamada, en febrero de 2014, donde le cuentan a Oñate el nombre del fiscal, del procurador y del juez del proceso, y le reportan que han sido mencionados varios de sus familiares. Según los investigadores, Mandarino estaría pagando la información sobre el proceso que se desarrollaba por el crimen. Lo que sorprende es la expedición de la orden de captura contra el cantante el pasado 2 de mayo y la extraña cancelación de esa detención un día después por parte de un fiscal que fue relevado del caso.

Se descubre, así mismo, que Mandarino tendría negocios con combustible de procedencia ilegal y contrabando, y que sería cercano además a congresistas. Por su cercanía con Oñate, los investigadores se percatan de que Oñate también estaría metido en un tema de compra de votos en las elecciones legislativas de 2014, que al parecer habría favorecido al senador José Alfredo Gnecco.

También se señala una llamada en que la hija de Marquitos, Aura Figueroa, invita a Oñate, aparentemente a nombre de su padre, a tocar en su matrimonio una de sus legendarias parrandas.

Este diario ha tratado de comunicarse con el intérprete para conocer su versión, ya que el pasado viernes se declaró inocente tras el interrogatorio en la Fiscalía, pero no ha sido posible.

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