“Gabo soñó con una Colombia en paz”: Santos
El presidente hizo alusiones constantes al proceso de paz al elogiar la figura del Nobel en el homenaje celebrado en la Catedral Primada de Bogotá.
Durante el homenaje póstumo oficial que se le hizo al Nobel Gabriel García Márquez en la Catedral Primada, el presidente Juan Manuel Santos expresó que el Nobel “buscó la paz, trabajó por la paz, siempre quiso una Colombia en paz”.
El mandatario de los colombianos volvió a airear el tema de la paz, que es la prioridad de su cuatrienio, al expresar “Gabo siempre quiso una Colombia en paz y –en su memoria– no vamos a claudicar en esta tarea, la más grande que tenemos como nación”.
También invitó a los colombianos “a que le rindamos el mejor homenaje a Gabo, que es volver a acercarnos a sus libros, para leerlos o releerlos, porque en ellos habita nuestra esencia nacional”.
Hoy –continuó– recordamos y rendimos tributo al Gabo literato, al Gabo periodista, al Gabo formador de nuevas generaciones, al Gabo militante de las causas justas, al Gabo vallenato, al Gabo humanitario, al Gabo promotor del cine y, más que nada, al Gabo que más quiso ser y por el que más quisiera ser recordado: el Gabo cálido y amigo, el mejor amigo de sus amigos.
“Todo nuestro reconocimiento, todo el afecto, a este hombre gigante que escribió con letras de oro el nombre de Colombia en el panorama mundial”, puntualizó.
“Damos gracias a Dios por su obra”
Luego de la música fúnebre de Wolfgang Amadeus Mozart, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, el arzobispo de Bogotá, monseñor Rubén Salazar, aclaró que “la Iglesia no puede faltar en el homenaje a Gabo”.
“Damos gracias a Dios por su existencia, por su obra, por su legado, porque Gabo ha sido sal de la tierra y luz del mundo, enseñándonos como maestro los valores supremos sobre los cuales construir nuestra humanidad y nuestra sociedad, y en ello ha reflejado la verdad, la bondad y la belleza de Dios”, expresó.
Posteriormente vino la interpretación del Réquiem de Mozart, en el que participaron la Sociedad Coral Santa Cecilia, y los solistas Pablo Martínez, Ana C. Mora, Julieth Lozano y Valeriano Lanchas. La despedida fue con la famosa melodía de Rafael Escalona La casa en el aire.
“Después del Nobel, Gabo pidió cumbia”
Al final de la ceremonia en la catedral, afuera, en una tarima dispuesta en la plaza, el conjunto de Nadín López, en el que toca la caja el maestro Pablo López –quien hizo parte de la comitiva de García Márquez al recibir el Nobel en Estocolmo– entonó La diosa coronada, de Leandro Díaz, una de cuyas frases, “en adelanto van estos lugares: ya tienen su diosa coronada”, constituye el epígrafe de El amor en los tiempos del cólera, para algunos la obra que le disputa el trono a Cien años de soledad en el olimpo garciamarquiano.
Al bajar de la tarima, el maestro Pablo López les contó a los periodistas que en Suecia, “después de que le dieron su Nobel a Gabo, lo primero que pidió fue una cumbia, La cumbia cienaguera”, rematando: “y la bailó con una sueca”.
López, amigo cercano de Gabo, narró además sobre la forma de ser en privado del escritor: “llegaba mucha gente con fórmulas médicas y él les daba plata, pero jocoso les decía después: ¡pero me traen la cuenta!”, y tras una pausa para rememorar, volvió: “¿cuántas becas no consiguió Gabo en Cuba para que la gente estudiara?”.
