A partir de hoy ni una barcaza más con carbón en la Drummond
La Asociación Nacional de Licencias Ambientales, Anla, le dio un día más de prórroga para que evacuara el mineral listo para embarcar. Ayer se cumplió un año de la tragedia ambiental.
A partir de las cero horas de este martes, ni una barcaza con carbón podrá estar en el puerto de la Drummond. Así lo dispuso el Gobierno Nacional luego de que favoreciera a la multinacional con una prorroga de 24 horas para evacuar el mineral.
La determinación fue tomada por el ministerio de Ambiente y la Asociación Nacional de Licencias Ambientales, Anla, argumentando “seguridad marítima con dos buques que estaban listos para recibir la carga”.
El ministro de minas, Amylkar Acosta Medina, aclaró que “las razones para ampliar el plazo del cierre de las operaciones fueron técnicas”.
Se supo que dos buques que habían descargado el lastre habían quedado fondeadas esperando carga, justamente cuando la medida de suspensión fue emitida. Los barcos fueron cargados hasta la mitad de su capacidad.
Este hecho no fue de buen recibo por algunas personas que consideran que “siguen las contemplaciones con la Drummond”.
“No han debido aceptar ni un segundo más, porque tuvieron 7 años para hacerlo”, dijo Alfredo Lenois, un ambientalista de paso por Santa Marta.
De acuerdo con un reporte de Anla, uno de los buques más grandes, a espera de cargue, fue cancelado desde el viernes pasado y entró a Puerto Nuevo por orden del armador. Las demás embarcaciones programados cambiaron sus rutas.
Justo hace un año. Esta decisión final del Gobierno Nacional coincidió con el primer aniversario del accidente que dio pie a toda esta historia ambiental que aún no termina.
La madrugada del 13 de enero del 2013, en la zona de amarre de barcazas de Puerto Drummond, se presentó una contingencia con la Barcaza TS-115, debido a las condiciones meteomarinas reinantes en la zona, que generó un conato de hundimiento de la misma, por la entrada de agua de mar debido al oleaje, La Drummond explicó en ese momento que debido a las condiciones del momento y al rápido empeoramiento de la estabilidad de la barcaza, se vio la necesidad de aligerarla extrayendo el agua de mar, que se mezcló con carbón, y disponiéndola en el mar.
“Finalmente se evitó el hundimiento, lo que hubiera resultado en mayores implicaciones negativas, tanto para la navegación marítima (por los riesgos que genera un artefacto hundido), como para el lecho marino”, dijo el presidente de la compañía.
La empresa informó que la cantidad de carbón que cayó al mar fue de aproximadamente 500 toneladas.
