La Avianca busca al santo que le desaparecieron los paramilitares
La imagen de San Marín encabeza el listado de desaparecidos de este corregimiento en el que murieron 21 personas tras la incursión del frente Pivijay, de las AUC, en 1998.
En La Avianca, un recóndito corregimiento de Pivijay, Magdalena, cuyos habitantes retornaron en 2007 tras un desplazamiento forzado a raíz del devastador paso paramilitar entre 1998 y 2005, piden a sus victimarios que les digan dónde están los desaparecidos del pueblo. El silencio los desvela.
De cara ante los desmovilizados del Frente Pivijay del paramilitarismo, la comunidad exigió información sobre Kelly Ortiz, conocida cariñosamente como La Negra; Camarguito de La Hoz; Miromel Arévalo; Antonio María Camargo; Tomás de la Hoz; Leovigildo, Albeiro y quien para ellos tiene un especial significado: San Martín de Loba, el patrono de la población, cuya figura tallada en madera habría corrido la misma suerte que sus fieles devotos.
El reclamo por la escultura que llegó al pueblo en 1965 fue unánime; lo hicieron quienes aún lloran a sus 21 muertos y quienes todavía buscan a sus familiares desaparecido.
EL ALMA DEL PUEBLO
Y es que el santo no era para los habitantes solo un objeto material: era el alma del pueblo. Por eso lo incluyeron en la cabeza de la lista de ‘víctimas’ de la brutal acción armada.
El reclamo es general y todos –sin excepción– tienen fe en que San Martín de Loba aparezca ‘vivo’, quizás escondido en alguna de las veredas cercanas o en casa de algún terrateniente de la región.
“¿Dónde está nuestro santo… lo botaron o quemaron; lo escondieron, lo regalaron o lo enterraron?… ¡Dígannos dónde está!”, fue lo que Edison De la Hoz –en representación de la muchedumbre– les preguntó a los paramilitares durante la audiencia de Justicia y Paz realizada en octubre de 2014 en Santa Marta.
Cuando hizo la solicitud los paramilitares rieron. Miguel Posada, alias ‘Rafa’; Sócrates Cruz, apodado ‘Pastrana’, y Álvaro Escorcia, o el ‘Caballo’, se cruzaron las miradas y, tras unos segundos de silencio, soltaron la risa.
Molesto por la actitud, De la Hoz les dijo que “respetaran el dolor de la comunidad”, que su pregunta no era ningún chiste. Entonces ‘Pastrana’ lo interpeló: “Yo te voy a averiguar”, prometió en la audiencia.
Seis meses después, en abril de 2015, en la audiencia de formulación y aceptación de cargos a los desmovilizados del Frente Pivijay, en el Centro Cívico de Barranquilla, Edison De la Hoz obtuvo una respuesta a medias.
PISTAS
‘Pastrana’ –quizás el más interesado en resolver las dudas– le comentó que quien podía tener información sobre San Martín de Loba es alias ‘Lucho Pipón’, para la época de la incursión mano derecha de alias ‘Esteban’, líder del grupo ilegal en esa zona.
El paramilitar fue más allá y le manifestó que también Darío Londoño, apodado ‘Cinco Siete’, podría tener conocimiento sobre el tema y que, incluso, el comandante paramilitar Salvatore Mancuso –quien se enteró de la petición– habría comprometido su palabra para darles una respuesta.
LO BUSCAN
Ángel De la Hoz, más conocido en la comunidad como ‘Guaracha’, recuerda que el pueblo huyó despavorido el 5 de junio de 1998, luego de que los paramilitares llegaran provistos con pasamontañas, fusiles, pistolas y granadas, y con sus cinturones cargados de balas.
Él regresó poco tiempo después. “Quería buscar a San Martín de Loba. Me monté en mi caballo y me trasladé a La Bodega, El Bongo, Bella Ena y Cañaveral, pero nadie me dio razón”, comenta.
Curiosamente, hoy ‘Guaracha’ es quien en su casa, contigua a la recién inaugurada iglesia, guarda la nueva figura de yeso del santo que en 2007 fue donada por Edwin Polo Vizcaíno, un contador público nativo que trabaja en un colegio de Barranquilla.
“La imagen no permanece en la iglesia porque esta carece de ventanas y no hay seguridad”, explicó De la Hoz sobre por qué es el depositario del santo.
Sobre el misterioso paradero del San Martín de madera, Ramón De La Hoz, patriarca de La Avianca, dice haber escuchado que en la cancha de fútbol encontraron una de las bases donde posaba. “Todo parece indicar que ese fue un comentario de esquinas”, lamenta.
LA HISTORIA
La imagen de San Martín de Loba en madera llegó a La Avianca hace medio siglo. De eso da cuenta Elvira Elena Ariza, quien tenía 16 años cuando la fue a recibir al puente en la entrada del pueblo.
En procesión lo pasearon por las calles. Quien encabezaba el grupo era Martín De la Hoz Muñoz, la persona que contrató a los ebanistas Israel y José Hilario Vizcaíno para que lo elaboraran en Cantagallar, corregimiento del municipio de El Piñón.
Como no había iglesia la escultura tuvo que quedarse en la casa de Martín. Allí llegaban las personas a pedirle milagros, especialmente que les trajera la lluvia para bienestar del ganado y de los cultivos. Por eso solían llevarle ofrendas en oro y plata (medallitas, aretes, anillos, etc.) porque el “milagro era efectivo”.
Luego de que los estadounidenses del Cuerpo de Paz llegaran a La Avianca y construyeran la escuela, el santo fue sacado de la casa de Martín De La Hoz y llevado al centro educativo. Allí permaneció por años.
En 1982 Elvira Ariza, con apoyo de la comunidad, logró construir la iglesia y entonces San Martín de Loba llegó por fin a su parroquia. Fue de allí de donde desapareció en 1998, en manos de los paramilitares.
Diecisiete años después de la incursión, hay quienes manifiestan que “fue tan violenta la arremetida paramilitar que hasta San Martín de Loba huyó del pueblo”. Todos están a la espera de que aparezcan sus familiares desaparecidos y su patrono.
