Vladimir Hernández se une a campaña por Valerie Díaz
El volante de Junior publicó en su cuenta de Twitter una fotografía junto a la menor e invitó a sus seguidores a ayudar con una donación.
El volante de Junior Vladimir Hernández se unió a la campaña por Valerie Díaz, la pequeña que padece el síndrome de Kearns-Sayre, una enfermedad degenerativa para la cual no existe cura y que reduce drásticamente las expectativas de vida de quien la padece. (leer La lucha de Valerie contra el mal de Kearns-Sayre)
El jugador publicó en su cuenta de Twitter una fotografía junto a la menor e invitó a sus seguidores a ayudar con una donación.
Ella es valery diaz es una bendicion de Dios queremos ayudarla sufre una enfermedad llamada REARIUS SAYRE pic.twitter.com/g4w8I8jYjl
— Vladi16 (@VladiH16) octubre 8, 2014
Mis amigos y yo vamos ayudar y tu ??? Tel ... 3002542254 y c.de ahorro 59928793464 pon tu mano en el corazon.
— Vladi16 (@VladiH16) octubre 8, 2014
Valerie es el único caso diagnosticado en Colombia de dicha enfermedad. Pese a su corta edad, es bien consciente del mal al que se enfrenta, pero, en vez de entregarse al abatimiento, intenta sobrellevar su existencia con admirable optimismo, una actitud que, sin duda, está íntimamente relacionado con la dedicación y entrega de sus padres y, también, la de su hermanito de cuatro años, que se ha convertido en uno de sus soportes emocionales. (leer La lucha heroica de Valerie)
El domingo pasado, Valerie y sus padres convocaron, por medio de las redes sociales, un plantón en la Plaza de la Paz para divulgar su caso. Más en concreto, para pedir al Gobierno nacional que les facilite el acceso a dos medicamentos cuya importación y comercialización en Colombia no están autorizadas por el Instituto de Vigilancia de Medicinas y Alimentos (Invima). Dichos productos –CytoQ y Vitamina K– no curan la enfermedad, pero ayudan a sobrellevarla e incluso pueden contribuir a retrasar sus efectos.
En estos momentos, Valerie recibe medicación y tratamiento fisioterapéutico diario por parte de la EPS a la que están afiliados sus padres. Sin embargo, están fuera de su alcance las dos medicinas citadas con anterioridad, que son utilizadas en Estados Unidos en los casos del síndrome de Kearns-Sayre. No solo carecen de autorización por parte del Invima, sino que sus precios son tan elevados que su adquisición supondría una carga muy pesada para los bolsillos del matrimonio Díaz Rodríguez.