Una ‘Rosa’ que no puede bailar en Carnaval

Cada vez que Rosa Romero Padilla baila en algún desfile del Carnaval, se siente la mujer más feliz del mundo. A sus 87 años, la fiesta, más que una celebración, es un momento de revalidación con su espíritu joven y caribeño. Sin embargo, este año no podrá bailar por una lesión en la pierna izquierda. 

Rosa jamás se ha tropezado o caído al suelo por un mal paso durante los 25 años que lleva recorriendo la Vía 40, al son de cumbia o papayera.

Pero en febrero de 2014, mientras dormía, cayó de la orilla de su cama y se lesionó.

“No dije nada y al mes mis hijos me vieron cojeando. Fuimos al médico y supe que no podría bailar”, señala la veterana en la sala de su casa, en el barrio Cevillar, mientras intenta bailar una cumbia como demostración. Se mueve sonriente y coqueta, pero su pierna izquierda no le permite hacer una vuelta completa y su paso cumbiambero duda por instantes. Rosa sabe que ya no puede bailar como antes.

Hace parte del grupo folclórico Impacto Social Tercera Edad de Cevillar. El 16 de enero, en la Intendencia Fluvial, durante la izada de bandera que da inicio al Carnaval, la comparsa fue homenajeada por el Distrito por sus 25 años de participación ininterrumpida en las fiestas. Estas serían las primeras en que Rosa no danzaría.

Hilda Simanca, directora del grupo, explica que este año cinco de sus integrantes no podrán participar de los eventos por dolores en las articulaciones. Aunque en algún momento llegaron a pensar que se trataba de chikunguña , advierte que no es la popular enfermedad.

“Somos 40, pero bailaremos solo 30. Solo hay cinco hombres porque les da pena al resto de viejitos”,  comenta Hilda en la terraza de su hogar, decorada con figuras de icopor y guirnaldas carnavaleras.

17 grupos este año

Rosa muestra su pierna izquierda, donde tiene un desgaste de rodilla. Es la razón por la que no podrá bailar.

Para estas fiestas hay registrados 17 grupos de adultos mayores, uno más que en 2014 y 2013. Estos van en los bloques iniciales de los desfiles, junto con los infantiles y juveniles, para que tengan menor tiempo de espera en la salida. Según Carnaval S.A., en el tema logístico y de seguridad, estos bloques tienen un mayor acompañamiento de organismos de socorro y se les recomienda a sus directores la hidratación permanente.

Curiosamente, según la estadística del PMU (Puesto de Mando Unificado) de Carnaval, los grupos de la tercera edad son los que menos emergencias y eventualidades presentan durante los eventos.

Hasta la fecha, cinco integrantes de Impacto Social han fallecido. El último, hace cuatro años, fue la fundadora del grupo, Hilda Stand de Simanca, madre de la directora.

“Ella inculcó su amor por el Carnaval a esta familia. Solía desfilar con sus nietos, así como hizo conmigo desde los 10 años”, evoca Hilda mientras muestra una foto de su madre, vestida de garabato.

Las comparsas de adultos mayores tienen libertad para inscribir el número de integrantes que deseen. Carla Celia, directora de Carnaval S.A., explica que su evaluación se realiza de acuerdo a su modalidad en eventos, como la Gran Parada de Tradición, las Comparsas en la Gran Parada de Comparsas o las Danzas Especiales y de Relación.

“Los grupos de la tercera edad nutren nuestra fiesta con toda su experiencia y sabiduría. A ellos debemos nuestro patrimonio”, agrega la directora.

El aporte o auxilio que se le otorga a cada agrupación para el Carnaval, se determina teniendo en cuenta la antigüedad, calidad y conformación de acuerdo al reglamento. Impacto Social suele recibir cada año dos millones en bonos, ya sea para vestido, transporte o música.

Sentada en un mueble, Rosa confiesa estar triste, aunque sonría con cada evocación de sus bailes. “Quien me ve bailando dirá que estoy tomada, pero no me tomo ni uno. Me entusiasmo tanto que me vuelvo una gelatina”, dice entre risas. Cuando baila, afirma cerrando sus ojos, siente tantas emociones que no las puede describir. Rosa confía poder bailar en 2016.