“Que mi hija nazca justo en la firma de la paz debe significar bastante”
En el hospital de El Bosque, Celeste nació a las 5 p.m. del lunes 26 de septiembre, hora en la que comenzó el acto que selló el Acuerdo con las Farc.
No diré que ayer, mientras el presidente Juan Manuel Santos estampaba con el balígrafo la firma por el Acuerdo de Paz, nacía un bebé en un quirófano de Barranquilla, ni que a propósito de este día, fue llamado Humberto, Timochenko, María Paz o Paloma. Esta no es esa historia.
Pero sí contaré que, como si se hubiese planeado, una bebita hizo esperar cuatro días a su mamá para nacer un 26 de septiembre, día histórico para Colombia, y que su nacimiento fue justo a las 5:00 p.m., hora en que se dio inicio al evento magistral.
Tal vez hubiese querido nacer después de la firma. Tal vez le hubiese gustado que su madre Marcela*, una ventiañera, le contara antes de dormir que fue concebida en aires de paz. Pero tampoco. Celeste*, de 49 centímetros de estatura, conoció la cara del médico Rafael Rosales y el quirófano del Camino El Bosque 20 minutos antes del esperado sí a la paz.
Mientras 2.500 personas se vestían de blanco en el Patio de Banderas Centro de Convenciones Julio César Turbay de Cartagena, a Polo, una madre primeriza, poco lo importaba lo que ocurría en la Heroica.
“Yo he estado viendo todas las noticias, pero ¿firma de la paz? yo solo estoy pendiente es de cómo nazca mi hija”, dijo Cabrera, antes de que la trasladaran a sala de parto.
La futura madre fue transportada en silla de ruedas hasta un pequeño cuarto para que se alistara y dar vida. Antes de volverla a ver, pensó de nuevo en Isabella.
“Cuando crezca le contaré sobre esta historia. Que vaya a nacer justo en la firma debe significar bastante”, dijo Marcela mientras se acomodaba el catéter.
Luego de que entrara al quirófano no íbamos a poder hablar con ella, sino luego de unas horas, cuando estuviese lista para ver a Celeste.
El ginecólogo Rafael Rosales está tan acostumbrado a sacar bebés de barrigas que muy poco piensa en lo que eso significa.
“Si hubieses llegado antes, hubieses visto tres cesáreas enseguida”, comentó.
Fueron menos de 15 minutos los que tardó la cirugía. A esa hora, el presidente Santos caminaba acompañado de 16 jefes de Estado. Marcela, por su parte, tenía a 6 médicos que la rodeaban y Miguel, un papá desesperado, veía en la sala de espera el acto de los acuerdos. En su mente, sin embargo, dijo que solo estaba un nacimiento. Y no precisamente el de la paz.
Celeste nació perfecta. Lloró un rato hasta que le sacaron fotos. Luego volvió a llorar hasta que le sacaron más fotos y finalmente, más llanto, hasta que estuvo cerca de su mamá.
La vistieron de rosado y luego de que le aspiraran secreciones, le pinzaron el cordón umbilical, la estimularon, y midieron sus reflejos.
“Me estaba muriendo de los nervios. Acá todos viendo la trasmisión de televisión y yo imaginando qué estaría pasando allá adentro”, contó el padre, de 21 años.
Conrado, tecnólogo en logística, sabe que la firma de la paz y el nacimiento de su primera hija es solo una coincidencia. Aunque, cuando lo piensa un tiempo más, se convence así mismo que “debe ser algo más”. Recuerda que el nombre Isabella significa que “todo el mundo quiere estar con ella”.
“Yo nunca me imaginé esto. Pero un día como hoy será importante y recordado para toda la familia. No hay forma de que mi hija no crezca en un mundo mejor, y lo hará con una historia más bonita”, agrega.
Es probable que sí, pensé yo, segura de que el nacimiento de un bebé no es la noticia más importante del día, pero consciente de que una nueva vida cumplió una cita. “A ella como que le dijeron que a las 5:00 p.m. algo pasaría”, se atrevió a decir su madre, Marcela.
*Los nombre fueron cambiados por seguridad.
