El Heraldo
El Hospital ESE Cari de alta complejidad atiende hoy a pacientes de toda la Región Caribe.
Barranquilla

Pugna entre Radiólogos UT y director del Cari por servicios hospitalarios

La denuncia que hizo el padre de la niña Carolina Rúa Algarín, muerta el miércoles pasado por complicaciones de salud, derivó en un enfrentamiento entre las dos entidades.

La muerte de la niña Carolina Rúa Algarín, ocurrida el miércoles pasado y que, según sus padres, se debió a una presunta negligencia médica tanto del Hospital ESE Cari de Alta Complejidad como de la IPS Comparta, destapó una vieja pugna entre el centro asistencial y Radiólogos Unión Temporal, empresa que presta el servicio de radiología en este recinto.

La situación se complicó entre la dirección del Cari y el representante de la firma prestadora del servicio de radiología cuando el padre de la niña Rúa Algarín denunció que, por falta de unas radiografías, la pequeña se complicó y, posteriormente, falleció en otro centro asistencial donde fue remitida.
Este señalamiento, hecho por el hombre horas después del deceso de la menor, hizo reaccionar, inicialmente, al médico y director del Cari, Ramón Quintero, quien responsabilizó de la falta de servicio de radiología a la empresa Radiólogos UT y añadió que “están ahí, pero no trabajan y quieren mantenerse de lo que el Cari les paga”.

Sin embargo, ayer salió en defensa de Radiólogos UT su representante, Elder Carriazo. El ejecutivo desmintió las acusaciones de Quintero al decir que desde la firma del contrato en 2007, ganado en una licitación, no ha hecho el aporte a capital a la sociedad y esto se ve reflejado en los equipos con los que cuentan.

Agregó que sí han invertido en la compra de equipos para prestar un mejor servicio en el centro asistencial e incluso detalló los nombres y los costos de estos. “Cualquiera se puede acercar al Cari y darse cuenta que los equipos sí están ahí: hay un resonador que nos costó 2.200 millones de pesos; un equipo de digitalización, que hace que las tomas de rayos x puedan mandarse por internet”.

Frente al supuesto cese de actividades de los radiólogos, Carriazo reconoció que sí habían parado pero por daños en los equipos y no, como se dijo, por no desear trabajar.

“El digitalizador, el que manda las imágenes por vía mail, se nos dañó hace 10 días y el tomógrafo hace más de tres meses, lo manifesté por escrito a las autoridades y al ministerio público”.

Al tiempo, el representante de la Unión Temporal precisó que si bien no había puesto a trabajar las máquinas era porque “en el Cari no me pagan lo suficiente, solo una poca parte. No nos alcanza y nos deben alrededor de 4.500 millones de pesos en facturas desde 2011. Yo no puedo seguir, ya no puedo más”.

Reacción. Tras las declaraciones de Carriazo, Ramón Quintero salió a defender su gestión dentro del centro asistencial y, de paso volvió a poner en tela de juicio las funciones de Radiólogos UT.

El funcionario indicó que como los equipos de la empresa prestadora del servicio de radiología son con el sistema de leasing que, al atrasarse en los pagos, la entidad financiera no los deja usar hasta que no se pongan al día.

“Esta es una situación a la final termina perjudicando a los pacientes”, aseguró Quintero.

El gerente del Cari  luego manifestó que ha tenido que recurrir a otras empresas de radiología para solicitarles el servicio. “Yo no puedo dejar así a los pacientes, esto es algo que ellos tienen que hacer porque es su obligación como parte de un plan de contingencia”.

Al terminar, remató con la frase: “el Cari se ahorra más plata con un servicio de rayos x en la calle que cuando lo compro acá dentro. Afuera puede costar entre 100 y 120 mil pesos y adentro 300 mil”.

Según él, esa fue la tarifa que pone la empresa y que quedó consignada en la licitación. Acuerdo que, de acuerdo con Quintero, tiene un serio blindaje jurídico.

Madre denuncia nuevo caso de negligencia médica

Vanesa Torregrosa, la joven de 20 años que el pasado miércoles solicitó a través de este medio ayuda de las autoridades locales para que estudiaran el caso de su hija confirmó ayer la muerte de esta.

Vanesa señaló que Julieth, de solo tres años, falleció al mediodía del miércoles, solo horas después del deceso de Carolina Rúa, la niña que tenía síndrome nefrótico.

Al igual que los padres de la menor Rúa Algarín, Vanesa Torregrosa denunció que la muerte de su hija fue producto de una supuesta negligencia médica de la IPS Caprecom y, de igual forma del Hospital ESE Cari.

La joven explicó que desde el 10 de septiembre esperaba una remisión y solo hasta ayer, un día después de su muerte, le llamaron para dársela.

Frente a las declaraciones de Torregrosa, el médico Ramón Quintero precisó que la muerte de su hija no obedeció a falta de atención o de negligencia de la IPS. Según Quintero, la pequeña tenía serios problemas de salud, incluso aún más agudos que los de la niña Carolina Rúa.
 

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