El Heraldo
La acumulación del tráfico en la carrera 49C, entre calles 84 y 82, es una imagen que se repite diariamente. Giovanny Escudero y Andrés Rodríguez
Barranquilla

Los ocho embotellamientos que congestionan el norte de Barranquilla

EL HERALDO recorrió distintos puntos de la ciudad y constató los traumatismos vehiculares • Distrito dice que en dos semanas estará listo un estudio de priorización vial. Este viernes espere los embotellamientos en el sur de la ciudad.

Desde el puente vehicular de la 51B se observa la hilera de carros que venía de la calle 100. Dos buses de Sobusa lideran las filas de neumáticos, un campero viene detrás, seguido de decenas de automóviles, la mayoría de alta gama, y varios taxis.

En el interior de los vehículos, la mayoría de los pasajeros son universitarios y escolares rumbo al Corredor Universitario. La impaciencia y el disgusto se evidencian en sus rostros contraídos y en la persistente disonancia de los pitos.

Desde el pasado 12 de enero, el Distrito puso en servicio 300 orientadores de movilidad para mitigar los problemas de los atascos en los flujos vehiculares de Barranquilla, pero la tarea es difícil, diaria y sensible a las imprudencias de los conductores.

Dos equipos periodísticos de EL HERALDO recorrieron el norte de Barranquilla y comprobaron congestiones y embotellamientos vehiculares en varios puntos. Intersecciones vehiculares como la calle 76, entre carreras 53 y 43; o carreras 57 y 58 continúan presentando represamientos viales en diferentes horas del día. El trabajo de los nuevos orientadores se evidencia en las calles, al igual que las ligerezas de algunos conductores.

“Parece que los trancones nunca desaparecen en Barranquilla, solo se transforman o se mueven para otro lado. En el norte uno ya se tira hasta más de diez minutos en uno”, comenta el taxista Enrique Salas, atascado a las siete de la noche en la carrera 53 con calle 100. Una concurrida cadena de vehículos se mueve cada minuto aproximadamente.

Según Víctor Cantillo, experto en movilidad, las edificaciones que se levantan en el norte y en el sur deben contemplar soluciones de movilidad, como verdaderas zonas de parqueo para evitar que los carros estacionados en las vías sigan causando represamientos.

De acuerdo con Camacol Caribe, las cifras registradas en su sistema Georreferenciado - Coordenada Urbana, los barrios de Barranquilla con mayor actividad de términos de unidades de vivienda tipo No VIS (valor superior a 135 SMLV) disponibles son Villa Santos, Villa Campestre, Miramar, Ciudad Jardín, sector  Buenavista, Alto Prado, Altos de Riomar, Betania, Villa Carolina y Paraíso.

La enorme oferta de vivienda equivale a un gran número de vehículos en el sector, que cada vez se hace más evidente en los represamientos viales que se presentan a diario.

Priorización vial

Jaime Pumarejo, gerente de Desarrollo de Ciudad, señala que la Administración distrital está desarrollando un análisis de priorización vial que comprende “varias intervenciones” que buscan mejorar la movilidad en  los sectores que presenten mayores inconvenientes viales. Sobre el particular, sostiene que en dos semanas darán a conocer detalles del estudio.

Uno de los principales objetivos, explicó, consiste en integrar las necesidades actuales del transporte en Barranquilla. “Si bien es una ciudad en la que el número de vehículos está creciendo, también tenemos que propender para que cada vez sea más fácil moverse por medio del transporte público”, dice.

En lo concerniente a su experiencia con represamientos en las vías de la ciudad, Pumarejo manifiesta que le ha tocado vivirlos en zonas como la calle 30, calle 76, carretera de La Cordialidad y, antes de su refacción, avenida Circunvalar.

A pesar de eso, el funcionario considera que en Barranquilla no existen los trancones, sino “represamientos” por vías que requieren ser ampliadas. “Hay problemas de movilidad puntuales y es necesario trabajar en ellos para que no se conviertan en uno mayor en el futuro”, agrega.

Los equipos periodísticos de EL HERALDO transitaron ocho sectores en el norte en los que los trancones o embotellamientos vehiculares aún persisten.

 Hilera de carros en el embotellamiento de la carrera 53, entre calles 99 y  100. Hora: 5:50 p.m.

Carrera 43 con calle 80
En teoría, a las 9:15 de la mañana el tráfico no debe ser motivo de preocupación. Sin embargo, esa premisa se desvanece en la carrera 43 cuando los conductores se avecinan al semáforo ubicado en la intersección de la calle 80. A esa hora, vehículos particulares, buses y taxis se confunden al quedar detenidos justo sobre la línea antibloqueo como consecuencia del tráfico que desborda la propia misión del dispositivo eléctrico.

“Atravesar la carrera 43 es bastante duro y no estamos en hora pico. No es posible que hayan pasado más de diez minutos para poder llegar de la calle 72 a la 80, es algo que cuesta creer”, dice Ricardo Ferreira, conductor de un camión en el que transporta materiales de construcción.

Carrera 44 entre 74 y 76
La carrera 44, entre calles 74 y 76, es uno de los puntos de la ciudad donde mayor movimiento vehicular se presenta diariamente. Por momentos, la situación se agudiza tanto que transitar por el sector se transforma en una verdadera prueba a la paciencia para conductores de vehículos particulares, servicio público y, naturalmente, sus usuarios.

A las 12:20 p.m., el represamiento se traduce en angustia para quienes se movilizan por allí. Rodolfo Jiménez, conductor de un bus urbano, afirma que el traumatismo vehicular del sector es algo que ocurre desde hace muchos años.

“Los pasajeros se desesperan y nos reclaman que salgamos rápido, pero no podemos hacer nada con la cantidad de carros que hay delante de nosotros”, anota.

Los inconvenientes que experimenta cada vez que rueda por la zona a bordo del vehículo de transporte público colectivo que maneja, son los que lo llevan a señalar que es momento de buscar una “solución definitiva” al asunto.

 La carrera 46, a la altura de la calle 90, es otro de los puntos donde el tráfico se complica a mediodía.

Carrera 46 con calle 79
Faltando 10 minutos para la una de la tarde, el sol cae con fiereza sobre la humanidad de los habitantes de Barranquilla y el tráfico vehicular sube a un ritmo trepidante en la carrera 46 con calle 79. A pesar de tener luz verde en la vía por la que se desplaza, el taxista Wilson Miranda no puede avanzar debido al represamiento de automotores que han quedado ‘atrapados’ sobre la línea antibloqueo.

“Hay que hacer algo con este problema porque todos los días es la misma historia y no vemos que las cosas mejoren. En servicios que deberíamos demorar 10 minutos, estamos gastando hasta 25 y así no se puede”, anota.

Carrera 51 entre 84 y 85
La carrera 51 funciona como vía de doble sentido por los trabajos de canalización que se realizan en sus alrededores. En horas valle, no suelen presentarse mayores traumatismos en materia de movilidad. Aunque la circulación de vehículos es constante, no deja de ser fluida.

No obstante, cuando llega el horario de mayor actividad vehicular, la historia cambia de manera palpable. A las seis de la tarde, cuando muchas personas emprenden su regreso a casa desde sus sitios de trabajo o estudio, las complicaciones aparecen. Algunos conductores, quizá impulsados por el deseo de llegar pronto a sus destinos, invaden el carril opuesto, lesionando el flujo vehicular y retrasando aún más la salida del sector.

Natalia Salazar, una estudiante universitaria que se moviliza a bordo de su carro, manifiesta que no toma esa vía con frecuencia, mucho menos ahora que se están realizando obras en el área de influencia. “La uso porque debo atender un compromiso en esta zona y no me queda otra opción”, agrega.

Para ella es “inadmisible” la actitud de aquellos conductores que toman el carril que no les corresponde. Y, en efecto, el equipo periodístico de esta casa editorial que se desplaza por la vía en mención experimentó las dificultades que se originan por ello.

 Intersección de la calle 86 con carrera 51B. Carros que van y vienen sobre la carrera se encuentran con los que vienen y se desplazan hacia Miramar. Hora: 6:45 p.m.

Calle 85 y 86 con 51B
Cuando el reloj marca las 5:00 p.m. la tarde empieza a despedirse paulatinamente mientras la calle 85, entre carreras 51B y 49 se convierte en un río de automóviles y camionetas. Allí, el bullicio de los pitos y los rostros desencantados se vuelve una constante en los conductores.

El escenario es tan complicado que la presencia de orientadores de movilidad, a pesar del esfuerzo que muestra su labor, no es suficiente para agilizar el tráfico. Así mismo, el cierre de la carrera 51B a esa altura, debido a las obras que allí se ejecutan, intensifica las dificultades en un área de amplio flujo vehicular. En la siguiente cuadra, en la intersección de la calle 86, los vehículos que vienen de Miramar, los que van y vienen sobre la carrera y los que se desplazan desde la 52 se encuentran. En hora pico y sin un orientador vial, las movilidad puede llegar a ser crítica. 

Calle 106 con 51B
En las horas pico la intersección de la calle 106 con carrera 51B se atiborra de vehículos hacia el corredor universitario y barrios aledaños, como Villasantos y Miramar. Un orientador de movilidad realiza labores que ayudan a que no se forme ningún tipo de nudo.

Entre las 6:20 y 7:30 de la mañana, en el Corredor Universitario de la carrera 51B se genera uno de los peores trancones que padecen los habitantes de Barranquilla. El embotellamiento vehicular puede ir desde la carrera 51B, a la altura de Makro, hasta el colegio Sagrado Corazón. En las fotos (de izquierda a derecha) se muestra la vía a las 6:30 a.m., a las 12:30 de la tarde y a las 6:50 de la noche. La Alcaldía de Puerto Colombia informó que establecerá convenios con la Policía de Tránsito para tratar el problema.

Corredor universitario
Aunque el Corredor Universitario hace parte de Puerto Colombia, el trancón vehicular que se genera en esta vía en horas pico puede llegar a la altura de Makro o más. El represamiento de vehículos se genera desde las 6:30 de la mañana y desde el puente de la 51B hasta el colegio Sagrado Corazón un conductor puede tardar entre 10 y 20 minutos, dependiendo de la buena disposición de los conductores.

Un accidente en la vía en hora pico, como sucedió ayer, equivale a bajarse de los carros y caminar hasta los sitios de destino para no llegar tarde. El alcalde de Puerto Colombia, Steimer Mantilla, afirma que está analizando la situación con el secretario de Tránsito del municipio, Leonardo Vargas, y dice que se van a firmar unos convenios con la Policía de Tránsito para tratar la congestión en el sector.

Carrera 53 entre 100 y 98
En hora pico, luego de la glorieta de la calle 100 con 53, los vehículos que vienen de la 55 y de la misma 53 se encuentran en una misma vía hacia Buenavista y el tráfico se represa por minutos. Dependiendo de la cantidad de carros, un conductor puede avanzar, en promedio, unos cinco metros cada dos minutos.

Tiempo y velocidad
Los problemas de movilidad siempre han estado en la palestra pública de Barranquilla. Aunque aún no han alcanzado los niveles de urbes como Bogotá, el constante aumento del parque automotor (hoy 167.937 vehículos matriculados), cercano al 7% anual, genera aumento en los niveles de congestión. La disminución en la velocidad de desplazamiento de los habitantes, por ejemplo, repercute en la calidad de vida y la competitividad de la ciudad.

Según el informe de tiempo de viajes de 2015 de la Secretaría de Movilidad, resultado de los recorridos por 32 corredores semaforizados principales, el tiempo de viaje promedio aumentó un 3% (antes 2,29 min/km, hoy 2,36) y la velocidad de desplazamiento promedio disminuyó 3% (antes 26 km/h, hoy 25) en los recorridos diarios de los habitantes de Barranquilla.

El docente Jairo Vives, conductor habitual de la ciudad, cree que la implementación de cambios viales en 2015 no ha sido del todo favorable para la movilidad de Barranquilla.

En total quince cambios viales realizó el Distrito el año pasado por obras de canalización de arroyos y el “mejoramiento de la conectividad de la ciudad”. Los cambios realizados fueron en la calle 55 entre carreras 45 y 44; en la carrera 57 entre calles 77 y 99; en la calle 98 entre las carreras 47 y 49C; la calle 80, 81 y carrera 56; de la calle 80 entre 52 y 53; en la carrera 49C, calle 98, calle 90; carrera 64, carrera 59B, carrera 58, carrera 59, en la calle 77B y en la calle 80 entre carreras 52 y 53. Este último tuvo un restablecimiento vial este año y volvió a ser de único sentido vial, de norte a sur, debido a la finalización de la obra de canalización del arroyo de la calle 79 y a la habilitación de la carrera 53 con calle 84.

Fernando Isaza, secretario de Movilidad de Barranquilla, afirma que con el trabajo de los orientadores busca mejorar los tiempos de desplazamiento y hace un llamado a la ciudadanía para que sea respetuosa de la norma y trabaje en conjunto con el despacho para optimizar el flujo vehicular de la ciudad. Agrega que se está trabajando en el Plan Maestro de Movilidad, el cual debe estar en concordancia con los dictámenes del POT y definir la estrategia de movilidad del Distrito de los próximos cuatro años.

“Además de los orientadores, el pico y placa  para taxis y en la zona norte es una medida para aminorar el tráfico vehicular. Muchas de las situaciones que podemos evidenciar en Barranquilla también son imprudencias de los conductores”, enfatiza Isaza.

Entretanto, el semáforo cambia a verde y la caravana no avanza en el embotellamiento de la carrera 53. Enrique Salas comienza a preguntarse dónde se generarán los nuevos represamientos de Barranquilla en los próximos meses si no se llega a una solución definitiva.

Orientadores viales
A mes y medio de que el nuevo grupo de orientadores viales comenzara a ejercer labores en la ciudad, cuatro de ellos han sido agredidos.

Fernando Isaza, secretario de Movilidad, señaló que los guías fueron atropellados por conductores irresponsables que no atendieron las recomendaciones en la Avenida Olaya Herrera, en la calle Murillo (45), en la carrera 51B y en la calle 85 con la carrera 59, donde se presentó el último caso.

Isaza hizo un llamado para que los conductores respeten a los orientadores y acaten las normas de tránsito.   

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