El Heraldo
La finca ‘Carrizal’, donde nació Diomedes Díaz.
Barranquilla

La Junta llora con el alma a su Cacique

Diomedes es recordado en su tierra como el cantor alegre.

“Ay el 26 del mes de mayo, nació un niñito en el año 57 y allá en La Junta fue bautizado y hoy se conoce con el nombre de Diomedes”. Este estribillo del disco 26 de mayo, narra el nacimiento del hombre que revolucionó la música vallenata.

Al cantor alegre, como es conocido en el corregimiento de La Junta, jurisdicción del municipio de San Juan del Cesar (La Guajira), le tocó nacer en una especie de pesebre, rodeado de animales y de cultivos como maíz y arroz. Su tío David Maestre, dueño de la finca Carrizal, llegó hasta el lugar exacto donde su hermana Elvira daría luz al mayor de sus nueve hijos. Con los ojos aguados, este hombre del campo, quien compartió casi toda la vida con el artista, recordó el día que nació el Cacique de La Junta. “Eran las 8 p.m. cuando a mi hermana Elvira le dieron los dolores, ellos vivían aquí y yo traje a la comadrona para que atendiera el parto, cuando vimos que era un varón, todos nos alegramos y el viejo Rafa tenía una sonrisa de oreja a oreja. Su primer sueño fue en el piso y vivió sus primeros dos años de vida aquí”, explicó Maestre.

Entre La Junta y Patillal, sobre lomas sin sabanas, comenzó a crecer el máximo exponente del folclor vallenato. Con una guacharaca en mano y con su potente voz, se paseaba las polvorientas calles de su pueblo, alegrándole la vida a sus coterráneos. “Él paraba cantando a toda hora con su tío Martín Maestre, quien tocaba el acordeón, ese fue su primer compañero de fórmula.  Diomedes era muy inteligente para el canto y a todo le sacaba son, ellos ensayaban aquí en Carrizal y luego decidieron comenzar a visitar varios pueblos como La Peña, Patillal y comenzó a volverse popular”, explicó su tío David Maestre, quien agregó que a Diomedes hay que recordarlo con alegría.

Pese a esta advertencia, luego de que los galenos en Valledupar confirmaran el deceso de Diomedes Díaz, los cerca de 5.000 habitantes de La Junta, no han dejado de llorarlo. La tristeza se refleja al ver las calles solitarias y al no escuchar ni uno solo de sus discos en los equipos de sonido. “Nos ha dado duro esta muerte, la tristeza nos consume, porque Diomedes era el alma de este pueblo y nos quedamos sin nuestro Cacique. Este pueblo se conoce en el mundo es gracias a su música, así que estamos de luto”, dijo Miguel Hinojosa, habitante de esta localidad.

LA VENTANA MARRONCITA. En el barrio La Riviera, ubicado en pleno corazón de La Junta, queda la casa de Patricia Acosta Solano, uno de sus grandes amores, a quien enamoró valiéndose de sus canciones y con quien tuvo cuatro hijos: Rafael Santos, Martín Elías, Diomedes de Jesús y Luis Ángel. A la vivienda de los Acosta Solano, llegaba Diomedes Díaz a ofrecerle serenata a su morenita, quien apenas escuchaba su voz, se asomaba a la ventana marroncita para ver a su pretendiente. “Diomedes venía a serenatear a Patricia a las tres de la madrugada, recuerdo que lo hizo 12 veces, él le cantaba y ella se quedaba pegada en la ventana contemplándolo. Tenía unos 22 años cuando empezó a enamorarla y el Negro Acosta, padre de Patricia, se disgustaba, porque siempre llegaba aquel muchacho escandaloso a trasnocharnos a todos”, recordó Freddy Arias González, vecino de Patricia Acosta.

Sobre los romances de Diomedes, aspecto sobre el cual su tío David indica que hay muchos inéditos, solo en La Junta son reconocidas de manera oficial tres de sus novias: Bertha, Martina y Patricia. “Esos fueron sus amores de juventud en La Junta, tres mujeres que comenzaron a inspirarlo y a crear música de la buena con la que hoy todo el mundo goza”, explicó Gerardo Gutiérrez Martínez, otro vecinos.

Uno de sus amigos más cercanos y quien le administró una finca, Faustino Gutiérrez Martínez, con lágrimas, lo recordó como una persona muy querida. “Siempre me ayudaba, nunca me quedó debiendo y estaba dispuesto a darle mucho trabajo a personas de esta región. Ningún muerto es malo, pero Diomedes fue muy especial con todos en La Junta y como patrón era muy noble”.

LO ERA TODO PARA LA FAMILIA. Sus primas Emma Rosa y Dina Luz Maestre, quienes eran las encargadas de atenderlo cada vez que llegaba al pueblo, se mostraron inconsolables. “No lo recuerdo como un artista, sino como la base fundamental de nuestra familia, siempre nos ayudaba económicamente y nos sentimos huérfanos ahora porque se fue papá-mamá. Mi primo fue muy buena gente y nos ayudó a salir adelante a muchos”, dijo desconsolada Emma Rosa. Por su parte, Dina Luz explicó que siempre le cocinaba chivo y chicharrón con yuca, para aliviarle sus guayabos. “Diomedes era muy alegre, siempre estaba bromeando y le sacaba una sonrisa a cualquiera. Yo le servía la comida con cubiertos y él decía venga prima llévese eso que vamos a comer como los pobres, con las manos”.

La última presentación que realizó Diomedes Díaz en su tierra natal fue en el mes de julio de 2011, esa vez se montó a la tarima ‘Martín Maestre’, para recibir un homenaje que le hicieron a la familia Díaz. “Cantó acompañado de Martín Elías y estuvo muy sentimental ese día, todos sus coterráneos coreamos sus canciones y ese día quedó inmortalizado aquí”, dijo Gerardo Gutiérrez.

Twitter: @jonathandicarde

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