El Heraldo
Gabriel García Márquez durante uno de los talleres de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en la ciudad de Barranquilla, desarrollado en el edificio de la Aduana en 1996. Al fondo (izquierda), Jaime Abello Banfi. ARCHIVO EL HERALDO
Barranquilla

“Gabo siempre mostró preocupación por los periodistas”, Jaime Abello Banfi

El director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, narró, en diálogo con EL HERALDO, cómo nació la intención del Nobel de crear un espacio de formación para quienes ejercen el oficio del periodismo.

“Cuánto más se fundan escuelas académicas de periodismo, más evidente se hace que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Y casi nada de las dos materias más importantes: la práctica y la ética”.

El fragmento forma parte del discurso inaugural de Gabriel García Márquez al poner en marcha la primera actividad de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- (hoy Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano), el 18 de marzo de 1995, en la ciudad de Cartagena. En él se evidencia la inquietud del Nobel colombiano por la realidad del periodismo.

En palabras de Jaime Abello Banfi, director de la FNPI, “García Márquez siempre mostró su preocupación por los periodistas, la manera como hacían las entrevistas, como usaban la grabadora...”.

En diálogo con EL HERALDO, Abello Banfi narró que la idea de la Fundación nació en la capital del Atlántico, cuando en los primeros días de diciembre de 1993, recibió una llamada a su oficina en Telecaribe: “Ajá, Jaime, Soy Gabo. Voy a Barranquilla. ¿Me invitas a comer?”, le preguntó el Nobel, a lo que él respondió: “Claro que sí Gabito, ¿Pero cuándo? Y pactaron la cita.

El 28 de diciembre se reunieron en el club ABC, junto con Mercedes Barcha, Ernesto McCausland y Margarita Abello, una pariente suya. Aunque él había estado varias veces con García Márquez, afirma que esa noche fue que empezó realmente a conocerlo. Poco a poco fue contándoles sus ideas que luego profundizó en una serie de reuniones que sostuvieron a lo largo de 1994.

En la Antología de textos periodísticos de Gabriel García Márquez Gabo Periodista, el director de la FNPI también explica detalles del surgimiento de la fundación. “Ese día (28 de diciembre) hablamos de la ética periodística y de los peligros de hacer depender el éxito de los medios de la chiva o primicia; del papel fundamental del editor; de lo bueno y lo malo de la tecnología, en fin, de muchos temas que un par de años después el compendió en su discurso El mejor oficio del mundo”.

En la misma conversación, Gabo expresó su convicción de que el reportaje es un género literario y que eran necesarios unos talleres prácticos en los que veteranos del periodismo discutieran y trabajaran con jóvenes reporteros sobre la carpintería del oficio. ¿Y qué se podría hacer?, preguntó Abello, a lo que el Nobel respondió: “Piensa en eso”.

Sueño concretado. Dos meses después, García Márquez y Abello Banfi se vieron en el Festival de Cine de Cartagena y Gabo le preguntó: “Ajá, y que has pensado”. Abello respondió: “Me he reunido con colegas y tengo algunas ideas estructuradas”. García Márquez lo citó para dos días después en su apartamento.

Abello le entregó dos hojas con la descripción escueta, inspirada en su visión y en consultas con periodistas, de lo que más tarde, después de las primeras reuniones de estudios y planeación, sería creado con el nombre de Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, FNPI, en compañía de su hermano Jaime García Márquez y del economista Alberto Abello Vives, integrante de la primera junta directiva.

En diferentes jornadas celebradas en Cartagena en 1994 se dedicaron a visualizar la Fundación, planear los detalles de su accionar y tejer la red de apoyos o “complicidades”, como Gabo prefería decir.

El primer encuentro fue el taller preparatorio realizado con un grupo de periodistas que García Márquez encabezó junto a su amigo Tomás Eloy Martínez, veterano narrador y fundador de periódicos, que es uno de los maestros y orientadores más importantes de la Fundación.

También contaron con los aportes de José Salgar, Eligio García Márquez, Juan Gossaín, Ernesto McCausland, Daisy Cañon, Raimundo Alvarado, Ana Lucía Duque, Germán Mendoza y Mirtha Buelvas.

Según Abello, lo novedoso de la iniciativa de la FNPI, para Gabo, consistía en promover, desde una institución imparcial e independiente, un proyecto educativo internacional enfocado a la reflexión, los debates y la experimentación de laboratorio sobre el oficio que tanto quería.

Abello señala que las preocupaciones de Gabo eran no solo las de un amante y profesional del periodismo comprometido con su rescate y avance, sino también las de un ciudadano alarmado que veía en el deterioro de la calidad informativa una amenaza para la democracia.

La fundación hoy. De acuerdo con sus impulsores, la FNPI se distingue por su orientación al trabajo práctico, al intercambio de experiencias y el debate profesional dentro de un ambiente de camaradería, sin requisitos académicos ni pretensiones teóricas. No es una universidad o institución de educación formal, sino un centro de intercambios presenciales y virtuales de periodistas de todos los países Iberoamericanos. “La Fundación no entrega diplomas o certificados a quienes participan en sus talleres. La vida se encargará de decir quién sirve y quién no sirve”, fue el argumento de García Márquez cuando propuso esta medida, inspirada también en que el verdadero motor de la participación debía ser la vocación.

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