Barranquilla

El rescatista del arroyo almorzó con su rescatado

EL HERALDO propició ayer el encuentro entre Guillermo Moncada y el ‘rescatista’, Jaime Atencia, a una semana de la emergencia • En un almuerzo recordaron el difícil momento.

Guillermo Moncada estrechó la mano de Jaime Atencia y volvió a sentir la fuerza que lo arrancó de la muerte, el pasado miércoles 30 de septiembre. El hombre de 51 años llegó ayer a un restaurante en el barrio Boston acompañado de su esposa para verse con el rescatista, en un encuentro propiciado por EL HERALDO, luego de que Moncada asegurara que estaba buscando a sus “salvadores” para invitarlos a una comida de agradecimiento.

Desde la emergencia de hace una semana los hombres no habían tenido contacto. Moncada contó que todo “estaba muy borroso y pasaba tan rápido” que solo recuerda, con nitidez, cuando se aferró al muro de contención del parque Karl C. Parrish, se encontró con la cara de Atencia y escuchó las palabras con las que comenzó su nueva vida: “mi llave, ya te tengo”.

A su lado, el rostro de Atencia se iba poniendo rojo. A pesar de ser el ‘héroe del momento’ en la ciudad, mantuvo una posición tranquila, cabizbajo y con algo de timidez. “Solo hice lo que tenía qué hacer. No me detuve a pensar en lo que estaba haciendo, lo único que sabía es que debía salvarlo”, afirmó el hombre de 33 años.

Los dos tomaron asiento. Ordenaron un almuerzo sencillo compuesto por arroz blanco, ensalada de papa cocida, tajadas maduras y pechugas de pollo asada. Para Moncada “cada bocado ha adquirido un nuevo sabor” y “cada momento de la vida tiene un nuevo significado”. Saboreó los alimentos como si fueran la última cena, “porque uno nunca sabe cuándo le toca” pero afronta cada día “como una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor”.

La emergencia se presentó durante un fuerte aguacero que duró dos horas, aproximadamente. Moncada terminó arrastrado por la corriente del arroyo del Country al intentar amarrar un Jeep Cherokee, propiedad de la empresa donde trabaja. “Lo primero que se me vino a la mente fue la niña que murió en julio, en el arroyo de la carrera 21 – expresó – entonces me giré y empecé a dar saltos para alejarme de la corriente. No sé cómo terminé enganchado en el muro”.

Risas después del susto
Moncada soltó los cubiertos y se limpió los labios. “En mi trabajo me han apoyado, a pesar del daño del carro”, contó mientras cortaba trozos de pechuga, “tanto ha sido que ahora me maman gallo cada vez que pueden”.

Afirmó que dos días después del incidente le preguntaron “si estaba buscando a Nemo en la corriente”. Atencia, nacido en Sabanalarga, se llevó la mano derecha a la boca para impedir que la comida se le saliera, al tiempo que intentaba contener la risa. “Incluso una señora me llama hierba mala, porque sigo aquí contando la historia”, prosiguió Moncada. Atencia terminó de tragar como pudo y soltó una carcajada, que recordaba al sonido del arroyo.

Para el joven la situación no ha sido diferente. Narró Atencia que en el barrio Muvdi, donde vive con su madre, una hermana, un hermano y dos sobrinos, ahora lo conocen como Aquaman. “Gente con la que nunca he hablado me saluda (levanta una mano empuñada con el pulgar erguido) y me dice Aquaman, todo bien”. Señaló que no le para bolas a eso, sino que “es un motivo de orgullo”.

Enfrentarse a la fuerza del agua no es algo nuevo para ‘el rescatista’. Afirmó que vivió durante 18 años en Puerto Colombia y se enfrentó varias veces “a la furia del mar”. Incluso dijo que salvó a tres personas “de morir ahogadas” en las playas de Pradomar. “Lo importante es respetar al agua, saber que tiene fuerza pero nunca hay que tenerle miedo”, aseguró antes de llevarse una cucharada de arroz a la boca.

Exposición mediática
Moncada toma un vaso de guarapo y refresca la garganta. Expresó que desde el miércoles pasado le ha tocado “echar el cuento varias veces”. Relató que una vez estuvo fuera del agua, agradeció “a Jaime” y evitó “cualquier contacto con los medios”.

Se tomó su tiempo, respiró como si le costara contar esa parte de la historia. “Cuando llegué a casa mi mujer me preguntó porque estaba empapado y sin zapatos. Caminé al cuarto y le conté que había pasado. Fue un momento muy emotivo”, sin embargo explicó que lo más difícil fue contarle a su padre, de 80 años. “Le pedí que se sentara y le dije lo que había sucedido”, se puso las manos en la cabeza y exclamó “!ñerda, me metió tronco de regaño¡”, y se echó a reir.

Ambos aseguraron que lo último que esperaban era que la situación por la que pasaron “se convirtiera en un ‘show’ mediático”. Atencia, oriundo de Sabanalarga, relató que una vez subieron los videos del rescate, “no pasaron ni 15 minutos” cuando su mamá lo llamó. “¿Tú estás loco?, fue lo primero que me dijo, pero luego me felicitó: bien, lo sacaste, me habría dolido mucho si lo hubieras perdido”, indicó el ruborizado rescatista.

En un teléfono inteligente miraron uno de los tantos videos que fueron subidos a internet. Como si se tratara de una escena de cine, Atencia corrió hasta un muro de contención del arroyo del Country y se aferró a las manos de Moncada que se sostenía precariamente, mientras el agua embestía en oleadas, amenazando con arrebatárselo.

Moncada estaba sobrecogido al verse nuevamente guindando, luchando por mantenerse. Recordó que “le pedía a Jaime” que lo soltara, “le decía que ya no tenía fuerzas para seguir”.

Atencia rememoró ese momento y se volteó a mirar al rescatado. “Si lo hubiera dejado ir, cada mañana me levantaría triste porque tuve la vida de un hombre en mis manos y lo abandoné”.

Moncada volvió a estrechar emocionado la mano que lo salvó de la fuerza del ‘río urbano’. Salieron del restaurante y cada uno tomó un camino diferente, a continuar con una nueva oportunidad de vida.

El arroyo del Country
El pasado 30 de septiembre, tras un fuerte aguacero que duró cerca de dos horas, el arroyo que baja por la calle 76 arrastró desde la carrera 52 un Jeep Cherokee azul y lo estrujó contra un puente, sobre la canalización. Guillermo Moncada, el conductor del carro, cuenta que quedó varado en el sector y un hombre le ayudó a poner el vehículo a resguardo en un andén. La fuerte corriente arrastró la camioneta y a Moncada, que infructuosamente intentaba amarrarla. Asegura que daba saltas con un pie y así llegó hasta un muro de contención, en el que fue sujetado por Jaime Atencia, quien estaba en una parada de bus. Según la página ‘www.arroyosdebarranquilla.com’, seis personas han muertos en el arroyo del Country. El último fallecimiento fue el 6 de febrero de 2010.

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