El Heraldo
Jorge Luis Padilla trabajó por alrededor de tres años en la sastrería Don Remo. Actualmente continúa ejerciendo el oficio en su propio taller, en Barranquilla. Leinad Pájaro De La Hoz
Barranquilla

El liquilique de Gabo, preservado para futuras generaciones

El atuendo que García Márquez lució el día que recibió el Premio Nobel es conservado en el Museo Nacional de Colombia. EL HERALDO dialogó con uno de los sastres que confeccionaron la prenda.

Sobre la carrera 44 con calle 35 de la Barranquilla de García Márquez, justo al lado del café Roma, estaba ubicada la sastrería Don Remo. Fue en esa sastrería, propiedad del italiano Victorio Caputo, donde se confeccionó el traje que vistió Gabo en la ceremonia de entrega del premio Nobel de Literatura, celebrada el 10 de diciembre de 1982 en la ciudad de Estocolmo.

Por lo menos así lo aseguró Jorge Luis Padilla López, de 52 años y sastre de profesión, quien recuerda que hace 32 años, cuando trabajaba en Don Remo, Gabriel García Márquez “llegó contento (a la sastrería) –porque ya a él le habían avisado que era el ganador– a decirle al señor Caputo que necesitaba un traje para semejante evento”.

“García Márquez decía que, según él, se vería como un pájaro de mal agüero vestido de frac, la vestimenta  acostumbrada para la ocasión, que deseaba lucir muy Caribe y por eso iba a ser la excepción y usaría un liquilique”, puntualizó.

Según Padilla, fue él quien elaboró el pantalón del atuendo que engalanó a Gabo durante la velada en la capital sueca. 

Del equipo de trabajo hicieron parte Teófilo Del Toro, José Molina y Víctor Moreno, como cortador, saquero y sastre de apoyo, respectivamente, por supuesto, coordinados por el dueño del local, de acuerdo con lo relatado por Padilla, que además aseguró que en Don Remo también se cosieron varias guayaberas para el Nobel.

“Gabo era muy amigo del señor Caputo. Ellos generalmente llegaban y formaban sus tertulias en el café Roma. Se sentaban a tomarse un tinto, un whisky. En ese entonces apenas le estaban empezando a despuntar las canas”, aseveró.

Padilla López recuerda entre risas que de Gabo tomó la costumbre de no usar medias. “Yo veía que él siempre andaba con abarcas o con sus zapatos bien lustraditos, pero sin medias, entonces yo dije: Si él, todo un periodista y escritor distinguido, no se pone, yo tampoco lo haré”, indicó Padilla señalando sus pies. 

En el Museo Nacional. El atuendo cosido a máquina con el que el hijo del telegrafista rompió los esquemas en Suecia es actualmente propiedad del Museo Nacional de Colombia, en Bogotá.

La pieza fue donada, en 2003, por el mismo García Márquez y su esposa, Mercedes Barcha, y se presentó en una exposición temporal denominada Caribe espléndido. Música, arte y letras de una región, entre noviembre de 2005 y febrero de 2006.

De acuerdo con datos del museo, el liquilique hace parte de la colección de Historia, dentro del área de objetos testimoniales.

“Por ser un textil, el traje no puede ser exhibido de manera permanente porque pierde su calidad, por lo que se encuentra entre las piezas de reserva, que son guardadas bajo estrictas condiciones de temperatura, humedad y luz, para garantizar su conservación”, explicó Martha María Andrea Izquierdo, jefe de Comunicaciones del museo.

“Esa es la gran ventaja de tenerlo (el liquilique) en el museo, porque sabemos que se va a preservar para las futuras generaciones”, agregó Izquierdo, al tiempo que aseguró que “existe la posibilidad de presentarlo en próximas muestras, aunque aún no se tiene fecha definida”.

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