El Heraldo
Momento del reencuentro entre los hermanos Martínez Mejía, en el hospital Cari. Cristian Mercado Duque
Barranquilla

Después de 35 años, ‘Ñeñé’ encuentra a sus hermanos

El antioqueño Rafael Martínez se alejó de su familia en los años 80 para hacer su vida en Barranquilla. Luego de perderles el rastro, Facebook y el Cari los unieron.

Rafael Ángel Martínez Mejía, de 57 años, oriundo de Yolombó (Antioquia) y a quien llaman cariñosamente Ñeñé, volvió a reencontrarse este jueves con su familia después de 35 años de no saber de ellos.

El feliz encuentro tuvo lugar en el Hospital Cari ESE de Alta Complejidad, en la localidad suroccidente de Barranquilla.

Martínez Mejía permanecía en el centro asistencial desde el 14 de junio del año pasado, fecha en que llegó por una fractura en el hombro izquierdo, producto de una caída. Además del trauma, el hombre padece de diabetes y depende diariamente de una dosis de insulina.

El antioqueño vive hace 35 años en la capital del Atlántico, según él, deambulando por las calles y ganándose la vida cuidando carros en la puerta de la tradicional Panadería 20 de Julio, en la carrera 43 entre calles 68 y 70.

A la ciudad llegó en 1980, luego de decidir junto con su amigo de juventud, Rafael Villada, buscar “nuevos horizontes” en la Costa.

“Nos vinimos en bus

Recuerdo que me acomodé en una casa de familia en el barrio La Ceiba y dejé de ver a Villada. Vendí productos plásticos por las calles y luego, por caer en el alcohol, quedé cuidando carros en la puerta de la panadería”. Así resumió su vida el yolombino, quien aclaró que sí tuvo “muchas” mujeres, pero nada de hijos.

La ubicación

Martínez reconoció que al llegar a Barranquilla fue dejando paulatinamente de establecer contacto con su familia hasta el punto en que nunca supo más de sus padres y sus 11 hermanos. Incluso, el tiempo pasó y ni siquiera se enteró de la muerte de su madre y de tres de sus hermanos.

Después de siete meses ‘hospedado’ en el hospital Cari y de fallidos intentos por conseguir una casa de reposo (Martínez perdió la movilidad casi por completo del brazo izquierdo), funcionarios del lugar fueron quienes lograron a través de redes sociales ubicar a los familiares del hombre en la ciudad de Medellín.

Juan Pablo Martínez, jefe de auditoría del Hospital Cari, fue quien abanderó la búsqueda de los familiares de ‘Ñeñé’ -así llamaron cariñosamente a Martínez las enfermeras del centro asistencial, al compararlo con un niño- hasta que los convenció de que este no estaba muerto, tal como ellos lo creían.

“Llamamos primero a la Alcaldía de Yolombó, pero ahí no encontramos respuestas. Después montamos sus fotos en Facebook a través de un perfil creado y, agregando habitantes de allá, una mujer nos escribió que creía conocer a un familiar suyo. Así fue como encontramos a la familia de Ñeñé”, explicó el funcionario.

Este jueves, Fernando y Dorita, hermanos menores de Rafael Ángel, vinieron desde la capital antioqueña en busca de su hermano mayor.

En el momento del reencuentro, Rafael estalló en emoción y recordó que, en el caso de Fernando, lo dejó de tres años de nacido y a Dorita de siete meses. .

El momento más emocionante en la habitación 411 del centro asistencial ocurrió cuando los miembros de la familia Martínez Mejía volvieron a estrechar se en un abrazo.

Quienes se mostraron más conmovidas fueron las tres enfermeras que a lo largo de siete meses ‘lidiaron’ con su estancia en el hospital, debido a los cuidados que requería al perder la movilidad en su brazo. Turnándose, las tres le daban de comer, lo bañaban, cambiaban y cortaban uñas y cabello.

“Ay, se va nuestro Neñé”, repetían una y otra vez Elena, Mayerlis y Janet, las tres ‘novias’ del yolombino. Eso fueron para él mientras estuvo internado. 

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