El Heraldo
Luis Maury, de camiseta rosada, observa al conductor de un bus de Puerto mientras modula el volumen del radio. Jesús Rico
Barranquilla

¿Los buses y los taxis deben llevar música para los usuarios?

Luego de la medida anunciada por la Organización Sayco-Acinpro de cobrar los derechos de autor a vehículos de transporte público por su difusión, distintos sectores de la sociedad opinan sobre esta polémica.

Uno de los elementos comunes al desplazarse a bordo de un bus de servicio público, sea urbano o intermunicipal, o un taxi, es precisamente hacerlo escuchando música. Para gustos se han hecho los colores y, también, los géneros musicales. Por esa razón, para muchas personas resulta increíble imaginar un trayecto sin el sonido emanado de los parlantes del automotor, pero otro tanto lo ve como un tormento.

Hay quienes ven en la música una válvula de escape a la realidad que diariamente los absorbe y para otros representa ese ingrediente que le da un valor agregado a cada episodio de la vida. De la misma manera, distintas teorías y estudios indican que la música puede influenciar los estados de ánimo.

El anuncio realizado por la Organización Sayco-Acinpro (OSA) en cuanto a que empezarán a cobrar en el territorio nacional los derechos de autor a vehículos de servicio público que reproduzcan música, podría llegar a desincentivar su difusión en los medios de transporte. Así lo han expresado algunos conductores y usuarios de buses y taxis.

¿Con o sin música?
Sobre el particular, diferentes sectores de la población han expresado sus opiniones, las cuales muestran distintos matices. De acuerdo con el sociólogo y docente investigador de la Universidad Central de Bogotá, Daniel Aguilar Rodríguez, la música en vehículos de transporte público es algo infaltable.

Desde su punto de vista, parte de la experiencia de andar en el servicio público es la música, aunque esta puede llegar a desagradar a algunos usuarios dependiendo del género escogido por el chofer o el volumen del radio. La música –dice- se convierte en la “compañía perfecta” de muchas personas en sus recorridos.

Para Aguilar, el anuncio hecho por la Organización Sayco-Acinpro es absurdo.

Por su parte, el profesor en Derecho Privado e investigador de la Universidad del Norte, John Tito Añamuro, sostiene que el conductor es el responsable de asumir la decisión de reproducir o no la música. A partir del anuncio del cobro por parte de Sayco-Acinpro, Tito enfatiza que será el conductor quien determine si accede o no a difundir los contenidos bajo las condiciones señaladas por la organización.

Ricardo Restrepo, gerente de Transmetro, sostiene que el sistema de transporte masivo opta por no reproducir música en sus vehículos pensando en la seguridad y en una mayor concentración del operador. “Así como tampoco recoge dinero en efectivo, también hay restricción en el diálogo entre el conductor y el pasajero”, añade.

Al ser interrogado sobre si los buses y taxis deben reproducir música en sus trayectos, Restrepo manifiesta que el asunto es, sobre todo, una “costumbre cultural”. En su opinión, esta puede ser un distractor para el conductor y la responsabilidad que tiene al transportar gran cantidad de personas requiere su absoluta atención.

Víctor Cantillo, profesor de la Universidad del Norte, ingeniero civil con doctorado en ciencias de la ingeniería, en el área industrial y de transporte, indica que, en general, los buses en el mundo no reproducen música y que en Colombia los conductores la ponen para ellos y no para los pasajeros.

“El hecho es que el vehículo es un servicio público y los usuarios no tienen por qué escuchar la música que le guste el conductor. Menos estridente, como uno usualmente escucha”, argumenta Cantillo.

Explica que para los taxis la medida debe ser más flexible porque los conductores están solos en gran parte del recorrido diario.

“Aquí conocemos historias de taxistas que se molestan si el pasajero le pide bajar el volumen a la radio o apagarla, por eso deben tener claro que es un servicio público”, afirma.

 Ricardo Segrera gradúa el volumen del radio incorporado al vehículo que maneja.

Conductores y usuarios
Con base en lo expresado por Encer Sanjuán, conductor de la empresa Transportes Expreso Puerto Colombia, es indispensable rodar con música a bordo para hacer el viaje más ameno. Afirma que la música es una opción de entretenimiento tanto para conductores como usuarios.

“Al escucharla, uno canta y se distrae. Además los pasajeros la piden para distraerse durante el trayecto. Andar sin música sería bastante aburrido”, apunta.

Según su compañero de oficio, Ricardo Segrera, es bastante difícil de comprender la medida anunciada por la Organización Sayco-Acinpro. “En viajes tan largos, de más de una hora, el pasajero necesita distraerse. Prefiero poner música romántica porque nadie se queja de ella”, añade.

Luis Fernando Maury, quien oficia como ayudante en un bus intermunicipal, sostiene que la música le imprime armonía al viaje y, además, hace parte del ambiente costeño. Para él, sería “absurdo” pensar en la posibilidad de realizar un recorrido sin música.

Para Henry Santander, taxista desde hace 16 años, sería un “atropello” para el gremio de transportadores la entrada en vigencia de una disposición como la anunciada por la Organización Sayco-Acinpro en días previos.

A su vez, la docente escolar Jacqueline Santoro, usuaria del servicio de transporte público de la ciudad, también piensa que la música es necesaria para entretener a los pasajeros. Según ella, un viaje extenso sin la posibilidad de armonizar los oídos sería “demasiado aburrido”.

Por lo pronto, el debate sigue ‘rodando’ en la opinión pública: va de los buses y los taxis a los hogares, y de los paraderos a las redes sociales.

 Encer Sanjuán aguarda la llegada de pasajeros.

Lo que cada uno pagaría
De acuerdo a los cobros mínimos establecidos, un solo bus pagaría $18 mil cada mes. Sin embargo, como el cobro es anual anticipado, cada bus tendría que desembolsar $216 mil.

En cuanto a los taxis, la tarifa de pago mínima mensual sería de $6 mil, por lo que la cifra anual ascendería a $72 mil.

Así las cosas, la OSA recaudaría por este concepto más de $44.280 millones anualmente.

Gremios
La Asociación Regional de Transporte Urbano por Buses y Busetas del Atlántico (Analtra), anunció que analizará los detalles del cobro. Además, informó que han sostenido reuniones con la Organización Sayco-Acinpro para trabajar en un “acuerdo de integración”. Con base en el estado financiero de algunas empresas pequeñas, manifestó que es probable que estas decidan retirar los radios para evitar el cobro. El Consejo Nacional de Transporte en Taxis de Barranquilla, también apoya el retiro de equipos y anunció que, de llegarse a cumplir el impuesto, estudiarían la posibilidad de demandar la medida.

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