El Heraldo
Miguel Medina Díaz en su finca en el municipio de Santa Lucía, con las cabezas de ganado que le dio la Gobernación.
Barranquilla

De las inundaciones a la sequedad: la época de ‘vacas flacas’ no deja al sur

Algunos de los beneficiarios del repoblamiento bovino dudan de la calidad de las reses entregadas por la Gobernación.

En el Sur del Atlántico el mal tiempo no cesa. De aquellos angustiosos días en los que el invierno lo arrasó todo y dejó a unas doce mil familias sumidas en la pobreza, ahora afrontan un nuevo azote por la intensa sequía que se vive en toda la región Caribe, y que -según la Gobernación- en Atlántico afecta a 1.600 hectáreas y ha hecho que se reduzca la producción lechera del departamento.

A este panorama se suma el malestar de los damnificados con el programa de repoblamiento bovino y de cultivos silvopastoriles (siembra de pastos y leguminosas), implementado por la Gobernación del Atlántico entre 1.080 beneficiarios, con el fin de reactivar la economía de esa parte del Departamento. Esto, a juicio de algunos labriegos, no se ha logrado “por falta de planificación”.

Según Gustavo De la Rosa, líder de los campesinos de Suan, aunque el programa (que costó  $4.700 millones) ofrecía la sostenibilidad alimentaria del ganado, en realidad esto no sucedió así “porque al silvopastoril le faltó el componente primordial: el agua, y eso no lo previeron”, dice, refiriéndose a la necesidad de optimizar los distritos de riego de Suan y Santa Lucía para garantizar la sostenibilidad del programa.

Miguel Medina Díaz, uno de los beneficiarios, coincide con De la Rosa. “Con esta sequía, en el sur del Atlántico no va a funcionar ningún proyecto”, asegura.

Medina, que tiene su finca en Santa Lucía, relata que en noviembre del año pasado la administración departamental dio cinco cabezas de ganado pero que por las condiciones climáticas actuales los animales no producen lo que deberían.

“Estamos en la época de las vacas flacas, porque el litro de leche lo vendemos a $800, pero el gasto en totumo, cepa de plátano y melaza para que coma el ganado es de casi $30 mil por día”, explica.

El labriego pidió a la Gobernación que le ayude a solucionar este tema haciéndoles unos distritos de riego de agua más cerca.

Sobre el proyecto, aseguró que las reses que le entregaron estaban “en regular estado”, pero que con los cuidados que les ha dado consiguió mejorarlas. “Esas novillas no venían muy bien, estaban medio flacas. Aunque sí venían preñadas”, agregó.

El campesino dice que de las reses recibidas ya parieron dos, una en diciembre y la otra hace 15 días, y que pese a la sequía que dificulta el pastoreo de los animales, una res le está dando 6 litros de leche por día, la otra empieza el ordeño en esta semana y las tres restantes aún no han parido.

Dewis Polo, beneficiario de Santa Lucía, afirmó que una novilla ya parió y que no ha tenido inconveniente alguno con las reses, pero que la falta de agua en el campo sí le afecta la producción del ganado.

El programa, que contempló la entrega de cinco novillas o vacas para cada campesino, fue presentado por la Gobernación del Atlántico y fue apoyado por el Ministerio de Agricultura, Corpoica, Fondo Adaptación, Asoganorte y Prodesarrollo Ltda (interventor).

De acuerdo a la tabla de valores que la Gobernación presentó a la Nación para la aprobación de recursos por $12.828 millones, que permitieron la ejecución del proyecto, cada cabeza de ganado fue comprada a razón de $1.750.000 a Asoganorte. Sin embargo, el beneficiario Miguel Medina estima que el precio de las novillas no supera los $900.000 cada una

OTROS BENEFICIARIOS. Por otra parte, Abel Ortiz Peñalosa, de Suan, favorecido con el programa, sostuvo que de las cinco novillas que recibió en noviembre ya parieron dos. Coincidió en que la temporada seca ha influido para que una res sólo le de dos litros de leche al mes.

Sin embargo, argumentó que la calidad de las semovientes también interviene en la producción. “La otra vaca que parió tiene un supuesto cruce de pardo con un cebú, de ser así tendría que dar cinco litros de leche, teniendo en cuenta el tiempo seco que hay, pero nunca dio nada”, apuntó.

Rafael Barrios Guerrero indicó que tres de las semovientes que recibió ya tuvieron terneros. “Una de ellas me salió mala y no da leche, pero las otras tres sí dan como 4 litros por día”.

Yesenia Mercado, de Suan, expresó que de sus cinco cabezas de ganado, una nunca produjo leche, y las otras le dan un promedio de cuatro litros por día. “El veterinario me ha visitado varias veces, y él mismo me ha dicho que deben cambiar la que no produce”, dijo.

Control de advertencia. A principios de marzo, la Contraloría General de la República ejerció función de advertencia sobre el plan de repoblamiento bovino que se ejecutó con recursos de las regalías.

La función de advertencia fue elevada a nombre del ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde; el director de Corpoica, Juan Lucas Restrepo; el gobernador del Atlántico, José Antonio Segebre; la gerente del Fondo Adaptación, Carmen Arévalo; el gerente de Asoganorte, José de Silvestri y el coordinador del convenio Interventoría Prodesarrollo Ltda, Ángel Barreto Hernández, quienes deberían tomar una serie de acciones urgentes para no incurrir en riesgos de detrimento fiscal.

EL PROVEEDOR. José De Silvestri sostuvo que han recibido algunas quejas de producción de leche, pero que debido a la sequía que atraviesa el Departamento no pueden apresurarse a medir ese tema.

Según el gerente de Asoganorte, la producción de leche en Atlántico se ha reducido un 70%, lo que no le permite hacer un análisis cierto de si el animal produce una buena cantidad o no. “No hay condiciones climáticas y alimenticias propicias para hacer esa medición”, agregó. 
Sostuvo que el promedio histórico de producción del Departamento es de 3.5 litros por animal al día. “En este momento de sequía estamos en 2 litros. Tenemos reporte que el ganado del repoblamiento está en 4 litros de leche por día”, aseguró.

Respecto al precio del ganado, afirmó que el costo promedio en la región para el tipo de semovientes que entregaron en el programa es de $1.800.000. “Esas reses se entregaron conforme a lo exigido en la ficha técnica”, agregó.

MEJORAS. El gobernador del Atlántico, José Antonio Segebre, indicó que con este programas que ofrecieron a pequeños ganaderos del sur del Atlántico le preocupan asuntos como el de asistencia técnica a los mismos y la sequía en el Departamento.

“Estamos coordinando con todos los integrantes del proyecto para hacer visitas a los beneficiarios para revisar y mejorar algunos aspectos”, expresó.

En cuanto a la calidad del ganado, dijo que es de “primer nivel”, y que está cumpliendo con lo presupuestado.
Según él, los parámetros productivos del proyecto, el programa comenzaría con “5 hembras preñadas para un total de 5.400 animales manejados bajo un sistema silvopastoril de producción de leche en pastoreo rotacional, con un promedio de 6 litros de leche por animal al día, una vez que todas las reses hayan parido, alcanzando en ese momento 32.400 litros de leche por animal al día”.

“He visitado más de 100 predios y no he escuchado ninguna molestia frente al ganado entregado”, agregó. El gobernador manifestó que el control de advertencia de la Contraloría servirá para mejorar el proceso de repoblamiento bovino y silvopastoril, ejecutado por Corpoica. “Esta entidad y Asoganorte son muy responsables, están pendientes del proceso. Además, existen unas pólizas, si hay un animal que no reúna los requisitos, será cambiado”.

Plantaciones afectadas

La Gobernación del Atlántico reportó que cerca de 1.600 hectáreas de campo en el Departamento se han visto afectadas por incendios forestales, ocasionados por la sequía y las altas temperaturas. Entre Candelaria, Manatí, Campo de la Cruz, Suan y Santa Lucía reportaron que han resultado perjudicadas alrededor de 600 hectáreas de tierras. Según los reportes, las condiciones de pasto seco y la brisa que hace por esta época ocasiona que el fuego se propague y dañe mayores extensiones de zonas donde hay pastizales y algunas siembras agrícolas.

“Todas las plantaciones de calabazo y leucaena se han echado a perder con esta falta de agua en los campos”, dijo Jorge Pacheco Ariza, en Suan, uno de los beneficiarios del programa silvopastoril, de la Gobernación. Antonio Betancur, funcionario de Incoder y coordinador del programa silvopastoril, dijo que es normal que en esta época se vean afectadas las siembras. “A los que siguieron todas las instrucciones de manejo de los campos silvopastoriles, cuando vengan las lluvias van a ver como se recuperan”, expresó. Sostuvo que advirtieron a los beneficiarios del programa que no debían pastorear a los animales en las siembras, hasta que estas no cumplieran un ciclo de crecimiento. “Nosotros hicimos unos talleres para enseñarles a manejar los cultivos”. Según el Ideam, las condiciones climáticas que se registran en el Atlántico actualmente se extenderán hasta la primera semana de abril.

 

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