El Heraldo
Fachada de la casa en la que son citadas las personas que hacen parte del “proceso”.
Barranquilla

Abogada capta dinero con la promesa de millonarias “donaciones” para vivienda

Documentos a los que tuvo acceso EL HERALDO señalan que la mujer entregará “indemnizaciones” que ganó a la Alcaldía. Oficina Jurídica distrital niega la versión.

Una fundación promete un millonario regalo: la entrega, en calidad de donación, de $180 millones a cambio de un “aporte” de  $820 mil.

La celebración del acuerdo es realizada mediante actas en las que figura la abogada Jisella Fernanda Escobar Henao, con nombre pero sin firma, como responsable de un presunto “proceso de indemnización de vivienda”.

EL HERALDO tuvo acceso a un “contrato de donación” celebrado entre Escobar y un “beneficiario” con fecha del 17 de diciembre, en el que fue pactada una donación por $90 millones y es explicado el proceso en mayor detalle.
 
Este señala que el dinero a entregar fue adquirido a través de una demanda que Escobar instauró contra la Alcaldía de Barranquilla y  ganó. Indica que a partir de tal indemnización obtuvo los recursos que promete dar.

Pero Alfredo Del Toro, jefe de la Oficina Jurídica del Distrito, afirmó que no hay ningún proceso a nombre de Jisella Escobar en los registros de la Alcaldía. “No aparece ninguna sentencia que vincule el pago de una indemnización a nombre de la mujer”, reiteró el funcionario.

De acuerdo con lo que está firmado en el contrato, el “donatario” podrá adquirir un bien inmueble, enseres, pagar deudas o desarrollar un proyecto empresarial con el dinero que recibirá por concepto de una “donación real, efectiva y gratuita”.

El donante, es decir, Escobar, se compromete en tal contrato a que la suma pactada ($90 millones) será consignada a los 15 días hábiles posteriores a la firma de este, es decir, hacia la segunda semana de enero. 

Un periodista de esta casa editorial ingresó al sitio en donde son convocadas las reuniones con los potenciales beneficiarios de la indemnización y en el que, según información suministrada por personas inscritas, es llevada a cabo la etapa de firmas de los citados contratos de donación.

EL LUGAR DEL ENCUENTRO. Una casa pintada de blanco,  en el barrio Olaya, al suroccidente de Barranquilla, reunía ayer a más de 40 personas en su patio. El pequeño espacio, decorado con bombas, era transitado por hombres y mujeres que tenían en sus manos documentos.

Todos hacían lo mismo: esperaban en una fila. Unas eran para mostrar su cédula y confirmar su presencia en un listado, otras para entregar documentos a mujeres que estaban sentadas frente a unas mesas y una última indicaba en un cartel que era para la firma de un contrato.

En el patio había dos policías sentados. Estos mantenían una amena conversación con quienes parecían estar a cargo de recibir a la gente.

Precisamente, en las afueras de la casa había parqueada, hacia las 10:30 de la mañana, una moto con logotipos de la Policía Nacional.

Pero una vez adentro, al  entrar en contacto con las personas que parecían estar a cargo, la comunicación no resultaba tan jocosa como la que mantenían los agentes. Allí todo era hermetismo ante cualquier pregunta.

El requisito. “Si no estás en lista así no se puede… No tenemos permisos para hablar o contar las cosas”, dijo una mujer que tenía en sus manos  hojas con un listado que relacionaba en el título que aquel correspondía a un registro para apertura de cuentas en el Banco Agrario.

“Tú debes tener un líder”, agrega la mujer de unos 50 años dejando en claro que sin este no hay posibilidad de vincularse a la donación. Un hombre que está haciendo la fila asegura que aún se puede ingresar al programa. “Pagas un título con unos $400 mil y listo”, comentó este en un susurro.

Un hombre moreno de contextura gruesa y estatura cercana a los 1.80 centímetros que parece estar al frente de la seguridad se acercó con gesto de interrogación. “¿No pertenece a ningún líder? Entonces no puede estar acá”, espetó y alargó su brazo izquierdo para indicar la puerta del callejón por el que está la salida.

De repente el bullicio de la gente que camina a un sitio a otro desapareció. Una mujer levantó su voz para pedir atención y se identificó como Jisella Escobar. Afirmó que es quien está a cargo del proceso “al cual ustedes están afiliados”. Precisó, en tono molesto, que ella no está afiliando a nadie y que tampoco está regalando casas.

“Tienen que recordar que ustedes están en un proceso de indemnización… y ustedes van a recibir una donación sea de una empresa o de una fundación… yo no estoy vendiendo títulos ni estoy ingresando a nadie”, dijo Escobar.

Junto a ella había personas que portaban carnés con el eslogan de una fundación llamada Ciudad Sostenible. La mujer se retiró del patio y las personas continuaron sus actividades de registro.

Dudas. Un hombre que aseguró ser familiar de una persona inscrita en el programa, y que ya firmó el contrato de donación, cuenta que desde hace un año se vinculó al proceso y que entregó alrededor de $800 mil para obtener el título que les piden inicialmente.

Aunque su familiar le insiste en que es confiable el proceso, este dice desconfiar del mismo pues a la fecha no ha visto una copia que ratifique la sentencia que presuntamente ganó la mujer a la Alcaldía de Barranquilla.

EL HERALDO buscó a Jisella Escobar para pedirle su versión, pero esta no se encontraba en la casa donde había atendido horas antes a los “beneficiarios”. 

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