Tres de los quemados en la Modelo permanecen en UCI
Wiston Lambis, uno de los lesionados en el incendio de la cárcel, podría pasar hoy a una habitación. Otros dos reos delicados están en el Hospital General.
“Algo más tranquila”, así dice estar Miriam Cacua, madre de Wiston Lambis, uno de los internos que resultó con quemaduras en su cuerpo tras el incendio que consumió el pabellón B de la cárcel Modelo de Barranquilla la noche del pasado lunes 27 de enero. Por este hecho ya han muerto 17 personas.
Miriam permanece atenta a los partes médicos del hospital Cari de alta complejidad, donde continúa interno su hijo desde que ocurrió la conflagración. Precisamente, el reporte de ayer domingo fue el que le produjo mayor tranquilidad, pues existe la posibilidad de Wiston pase hoy de la unidad de cuidados intensivos a una habitación. El recluso tiene el 30% de la superficie corporal con quemaduras, casi todas concentradas en sus brazos.
En el hospital Cari también permanecen internados con heridas entre el 12 y 8% de su superficie corporal, Manuel Puentes, de 32 años; César Augusto Jaramillo, de 24; Janer Polo, de 25; Luis Alberto Pacheco, de 27; Carlos Antonio Ramírez, de 48 y Manuel Orozco de 46 años.
Ramón Quintero, director del centro asistencial, sostiene que estas personas continúan bajo estricta vigilancia médica para evitar que sus vidas corran riesgos por infección.
Por otro lado, voceros de la IPS Universitaria informaron ayer que en las instalaciones del Hospital General de Barranquilla continúan hospitalizados seis internos de la cárcel Modelo, dos de estos en la unidad de cuidados intensivos y otros cuatro en el pabellón de quemados.
En cuanto a los de UCI, Alain Fuentes y Jorge Contreras, expresan que tienen el 70% de su superficie corporal comprometida con quemaduras, y que su estado de salud es delicado.
Por su parte, Richard Cano, José Ríos, Danny Martínez y Darío Santander, los presos que permanecen en el pabellón de quemados, continúan recuperándose y sus condiciones son favorables.
En su reciente visita a la capital del Atlántico, el coronel Alejandro Murillo, director de custodia y vigilancia del Inpec, reportó en los medios de comunicación que, por decisión del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec, internos que resultaron heridos en la conflagración de la Modelo y que habían sido dados de alta en distintos centros asistenciales de la ciudad , recientemente, volvieron a ser hospitalizados por decisión del Instituto.
“Puede hablar”. Miriam Lambis sostiene que los médicos le dijeron que su hijo estaba recuperándose, y que sus órganos vitales no estaban comprometidos. “Tiene quemaduras en los brazos porque ayudó la noche del incendio a sacar a sus compañeros de patio y el vapor lo quemó”, señala.
La madre expresa que su hijo está consciente y que cada vez que ella puede ingresar a la unidad él le recuerda lo dramático que fue ver su lugar de reclusión envuelto en llamas y con tanta gente atrapada. De acuerdo con ella, su hijo siempre tiene presente que el incendio fue producto de una pelea que tuvieron dos bandos en el interior del patio donde permanecía.
Hasta el momento en que ardió el pabellón B, Wiston Lambis Cacua tenía 18 meses y 12 días de estar preso. En el tiempo que permaneció en la cárcel aprendió ebanistería.
Según su mamá, su salida del centro carcelario debió suceder dos meses antes, pues el tiempo que le impuso la justicia fue de 16 meses.
Al igual que la historia de muchas otras de las víctimas, tenía el tiempo vencido, “pero por una dificultad con el juzgado no había salido”.
