La droga estaba escondida en una caleta subterránea de concreto en una finca ubicada en la vereda conocida como Palmario. El general Pérez anticipó que la droga sería propiedad de la organización delictiva Los Rastrojos. El hecho registró 3 personas capturadas y un arma decomisada.
El decomiso fue trasladado a las instalaciones de la Sijín bajo fuertes medidas de seguridad. El general Óscar Pérez concedió una rueda de prensa, una vez terminó el pesaje del cargamento.
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