El Heraldo
En la Clínica de Maternidad Rafael Calvo se encuentra el bebé que la familia de la víctima cree que era su hijo. Javier García
Judicial

“Kellys se portaba como una niña, por eso les fue más fácil asesinarla”

Familiares de la mujer incinerada dicen que era una persona vulnerable. Parientes esperan acceder a custodia de bebé hospitalizado.

La condición mental de Kellys Zapateiro Guzmán, la mujer de 28 años, a quien con ocho meses de embarazo le fue extraído su bebé y luego fue descuartizada e incinerada, se convirtió en un aspecto clave en su fatídico desenlace.

El tema, que pasó desapercibido cuando se conoció del crimen, fue confirmado por familiares de la víctima: el discernimiento y, en general, el comportamiento de Kellys eran como de una niña. Aunque ellos no lo definieron como tal, expertos presumen que tenía capacidades cognitivas reducidas o diferenciadas.

Bajo ese argumento, concluyeron sus familiares, todo fue mucho más fácil para quienes se propusieron acabar con la vida de la embarazada.

Según Antonio Rentería Martínez, tío de Zapateiro, del comportamiento de la joven dan fe todos aquellos que la conocieron.

“Mi sobrina, por su condición, era una muchacha muy vulnerable. Era tan ingenua que, inclusive, era amiga de jovencitas mucho menores que ella. En el barrio El Libertador, donde vivía, todos los vecinos coinciden en que era una excelente persona y que, su único pecado, fue no sospechar que querían hacerle algo malo. Los que la mataron se aprovecharon de eso”, dijo Rentería.

Por ello, la familia sigue a la espera de los resultados de las investigaciones.

El familiar también que confirmó que dieron inicio a los trámites legales para obtener la custodia del bebé recluido en la Clínica de Maternidad Rafael Calvo, pues a pesar de que faltan los resultados de las pruebas de ADN, los parientes están seguros de se trata del pequeño que le fue extraído a Kellys Zapateiro.

Por el momento el bebé, que se vio forzado a nacer prematuramente continúa en una incubadora bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.

De otro lado, el paradero del policía Andrés Antonio Díaz Zabaleta, que fue vinculado por la Fiscalía como uno de los principales sospechosos del asesinato de la mujer, sigue prófugo de la justicia.

Para el ente investigador, junto a Josefa Cardona Ortega, capturada la semana pasada, Díaz Zabaleta debe responder por el crimen cometido cerca de la estación de Manzanillo del Mar.

Por el momento, de acuerdo con fuentes de la Fiscalía y la Policía Metropolitana de Cartagena, continúan los operativos de búsqueda y se han repartido varios volantes que contienen información de la recompensa de hasta $10 millones a quien suministre información que permita establecer el paradero de Díaz.

Entre tanto, Josefa Cardona, quien permanece detenida en la cárcel de San Diego, tiene custodia especial. Desde su arribo a la prisión, el pasado jueves, le fue reforzada la seguridad debido a que algunas de las reclusas habrían intentado agredirla.

Durante en su estadía en la Clínica de Maternidad Rafael Calvo, donde ingresó tras fingir que había dado a luz, Cardona le dijo a las autoridades que había recibido amenazas de muerte de parte del policía Díaz.

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