El Heraldo
Aspecto de la audiencia.
Judicial

Falsificadores compraban medicinas afuera de las EPS

Cambiaban fechas de vencimiento, adulteraban las drogas y las vendían en la Costa.

Por lo menos cuatro métodos delictivos descubrieron los investigadores de la Dijín con la reciente desarticulación de una banda de falsificadores de medicamentos: adulteración de fármacos con harina, ralladura de yuca o vitamina c, alteración de fechas de vencimientos y registros Invima, compra de drogas en las afueras de las EPS y la importación irregular de productos de Venezuela y Ecuador. Ya adulterados, de acuerdo con la Policía, los productos eran comercializados entre farmacias de barrio populares de Barranquilla y otras ciudades de la Costa Caribe.

Esta peligrosa práctica quedó expuesta durante las diligencias realizadas esta semana por investigadores de la Fiscalía en audiencias ante un juez de control de garantías.

La banda, con 10 integrantes, fue detenida por los cargos de concierto para delinquir, enajenamiento ilegal de medicamentos, usurpación de derechos de propiedad industrial y corrupción de alimentos, productos médicos y materiales profilácticos. Como víctimas fueron aceptadas las farmacéuticas de reconocida trayectoria internacional.

En audiencia, los fiscales encargados del caso explicaron detalles ante el despacho del juez sobre la forma cómo Marlon Delamar Pacheco, señalado líder; Carlos Ochoa Oyola, David Pacheco Delgado, Jaime Salgado Caballero, José Menace Arrieta, Fernando Terán Jaramillo, Ramiro Díaz Serpa, Carlos Ochoa Garcés y el ex futbolista Alfredo Steffanel Barraza y su esposa Mónica Mendoza, realizaban el fraude.

Génesis

La Dijín recibió el 28 de febrero de 2014 en Barranquilla información de una persona que entregó pormenores sobre un “grupo” dedicado a la comercialización, distribución y venta de medicamentos alterados en componentes y en presentación.

En distintos encuentros, el delator suministró detalles de la organización, que, según el hombre, se reunía en una bodega en el norte de Barranquilla. Allí, supuestamente, ocultaban los productos.

Tras los señalamientos, el siguiente paso de las autoridades fue la confirmación de los datos entregados por la fuente y se inició el rastreo de llamadas a celulares.

La diligencia sirvió para identificar a un grupo de 10 personas, los roles de cada uno en la organización, su ubicación y, más allá, cómo elaboraban o adulteraban drogas tan esenciales como antibióticos. A estas, según la Fiscalía, les cambiaban los empaques, stickers, sellos, fechas, entre otras especificaciones.

Un investigador de la Policía precisó que, aparte de adulterar los componentes o la mezcla de las pastillas, para los falsificadores eran más “importantes” coincidir con los sellos de los laboratorios fabricantes, las fechas de vencimiento, las cajas de los medicamentos y los números de lote eran alterados en los empaques agregando el registro de salubridad del Invima.

Uno de los fármacos que adulteraban en composición para su venta —evidenció la Fiscalía— era el Meronem, un potente antibiótico para destruir infecciones que afectan los pulmones (neumonía) y otros tipos de infecciones corporales. En las pruebas realizadas por el laboratorio que fabrica el medicamento encontraron con que la mayoría de las muestras analizadas contenían fécula de maíz, leche en polvo o alguna vitamina.

Roles

Luego de identificar a los miembros de la banda, la Fiscalía trató de establecer cada uno de sus roles. Fue así como dieron con Marlon Delamar Pacheco, a quien señalan como líder del grupo.

De Carlos Custodio Ochoa Oyola se estableció que se trataba de un “visitador médico” que permanentemente se comunicaba con Delamar Pacheco y hablaban sobre intercambio de medicamentos. El día de la captura, según informaron los detectives, fueron hallados en su domicilio gran cantidad de medicamentos ocultos en el clóset del cuarto de un allegado.

De David Enrique Pacheco Delgado, supuesto dueño de una farmacia ubicada en el garaje de una vivienda, se conoció que usaba la razón social del establecimiento como canal de distribución de medicamentos falsificados, aunque se escuchó en las interceptaciones que también manejaba medicamentos legales u originales porque esta sería la fachada para ejercer la actividad ilícita.

Del exjugador del Junior Alfredo Samuel Steffanel Barraza y su esposa Mónica Patricia Mendoza Samudio, manifestó la autoridad que tenían como misión ubicarse en las salidas de las EPS a comprarles los medicamentos a los pacientes que los acababan de reclamar. Además, intercambiaban medicamentos con Delamar. Esto se estableció a través de labores de interceptación, señalaron los fiscales en audiencia.

Jaime Rafael Salgado Caballero, de acuerdo a las evidencias, se encargaba de elaborar en su residencia los productos con elementos llevados por otro de los capturados identificado como Fernando José Terán. Un caso es el del medicamento Meronem.

A José Ángel Menace Arrieta, apodado ‘el Polaco’, le comprobaron que intercambiaba medicamentos con Marlon Delamar y tenía un punto de distribución. En el momento de su captura le fue hallada gran cantidad de medicamentos en su hogar, que no tenía registros del Invima e, incluso, uno de la marca Bayer sin histórico de importación a Colombia.

De Ramiro Antonio Díaz Serpa, las autoridades informaron que almacenaba medicamentos en su residencia. En la vigilancia y seguimiento a Díaz se observó que constantemente ingresaban personas a su casa en el barrio Zaragocilla de Cartagena, llevando y sacando drogas.

Y de Carlos Andrés Ochoa Garcés, de acuerdo a las autoridades, adquiría medicamentos traídos de Ecuador y Venezuela, y una vez que ingresaban a Colombia por Barranquilla se encargaba de cambiarle las cajas. Además, como en el caso de Fernando José Terán y Jaime Salgado, este modificaba los empaques, actualizando fechas de vencimiento e, incluso, cambiando el contenido.

Aunque los delitos endilgados atentaban contra la vida de las personas, tal y como lo señaló un investigador del caso, todos los capturados fueron cobijados con detención domiciliaria y un permiso especial para trabajar. 

Ocho de los diez procesados aceptaron haber cometido las conductas de las que son señalados.

Números de la Dijín

Entre el 2010 y el año anterior, la Dijín incautó alrededor de cuatro millones de medicamentos falsificados y adulterados, avaluados en 12 mil millones de pesos. La Policía Nacional insiste en que la ciudadanía, especialmente  los pacientes, debe evitar la adquisición de medicamentos a bajo costo en sitios de dudosa procedencia, ya que carecen de las condiciones de seguridad exigidas por los organismos de salud y su consumo podría ocasionar graves daños en el organismo. En 2015, según la Policía, lo que más se ha decomisado por falsificación es el acetaminofén, debido a las alertas por chikunguña. 

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.