El hombre encontrado muerto en arroyo el Salao era un líder comunal
Patricio Fernando Mejía Ursola fue identificado por Medicina Legal.
Tristeza, conmoción y frustración fueron las emociones que despertó entre los habitantes del barrio El Pueblo la confirmación de que el hombre asesinado la madrugada del sábado y que fue encontrado en la canalización del arroyo El Salao, en el barrio Los Ángeles III, era el vicepresidente de la liga de usuarios de su barrio.
El cadáver de Patricio Fernando Mejía Ursola, de 46 años, ingresó a Medicina Legal en condición de no identificado.
Luego de una serie de labores de investigación, los funcionarios del instituto lograron identificar el cadáver, cotejando las huellas con el banco de datos de la Registraduría Nacional.
Se logró establecer que Mejía Ursola había salido de su casa ubicada en la carrera 10D número 115 - 44, del barrio El Pueblo, luego de recibir una llamada en su celular que le efectuó un supuesto usuario del puesto de salud del barrio, informándole que necesitaba su ayuda porque tenía problemas con el Sisbén.
“Apenas recibió la llamada salió de la casa a encontrarse con el señor en el paso de El Pueblo. De allí no supe más de él ”, cuenta la esposa de la víctima.
Pese a que Mejía pasó la noche fuera de su casa, esto no se les hizo raro a sus familiares, ya que en ocasiones amanecía compartiendo entre charlas y unos tragos con algunos amigos.
“A las 8 de la noche del viernes lo llamamos al celular, pero no contestó. El sábado por la tarde el teléfono ya estaba apagado”, dijo Reina Mejía, hermana de la víctima.
El cadáver de Mejía Ursola fue hallado cubierto con una sola prenda, un interior blanco.
La ropa con la que salió de su casa y el maletín donde llevaba los documentos de sus labores como líder comunal no fueron encontrados en la escena del crimen.
Los familiares presumen que el homicidio del líder, que también se dedicaba a oficios varios, obedece a un hurto, sin embargo las autoridades no descartan otras hipótesis.
Reina Mejía es la secretaria de la Liga de Usuarios del barrio El Pueblo. La mujer cuenta que hace aproximadamente un mes su madre recibió una llamada telefónica en la que los amenazaban por las labores sociales y denuncias que permanecían haciendo por el sistema de salud.
“Llamaron a decir que dejáramos de estar reclamando cosas de la salud, que éramos unos sapos”, relató. Sus conocidos no se explican por qué le hicieron daño a una persona tan colaborativa que siempre se preocupó por el bienestar de la comunidad.
