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Judicial

El Caribe, en riesgo por expansión de bacrim: Defensoría

Informe advierte que estructuras criminales tienen presencia en 27 de los 32 departamentos del país. Policía dice que en Barranquilla y área metropolitana lo que hay son bandas delincuenciales “locales”.

El defensor del pueblo, Jorge Armando Otálora Gómez, alertó a las autoridades nacionales de la “delicada situación de riesgo” en 168 municipios del país, localizados en 27 departamentos, por el accionar violento de las estructuras armadas ilegales que emergieron con posterioridad a la desmovilización de las Autodefensas.

Entre las zonas en inminente riesgo están el Atlántico y toda la Región Caribe, en las que, según la Defensoría,  delinquen los Rastrojos, las Águilas Negras, los Paisas, los Giraldo, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, el grupo Mate Sur  y el Clan Úsuga (antes Urabeños).

El informe fue emitido el pasado 4 de noviembre a través del Sistema de Alertas Tempranas, en el que Otálora solicita adoptar urgentes medidas de seguridad y protección en los territorios afectados, para “garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos fundamentales de la población”.

Pese a esto, la Policía Metropolitana de Barranquilla informó que en la ciudad y el área metropolitana “no operan” las bandas criminales de los Rastrojos y el Clan Úsuga, como lo señala el informe.

Según la institución, las bandas delincuenciales que actúan en esta zona del país son “netamente locales” y ninguna tiene injerencia o está influenciada por estas estructuras criminales.

En concepto de las autoridades policivas, ninguno de los integrantes de las bandas criminales “locales” son desmovilizados, por tanto no pertenecen a los Rastrojos ni al Clan Úsuga.

“Entre 2012 y 2013 los Rastrojos quisieron tomar el control de la ciudad con la base de acá, como son las bandas delincuenciales comunes y las pandillas, pero logramos cortar ese vínculo”, manifestó un importante vocero de la Sijín.

Sin embargo, el pasado viernes la Policía Metropolitana informó en rueda de prensa la desarticulación de una banda delincuencial al servicio de los Rastrojos, cuyo accionar delictivo era realizado en Barranquilla, Soledad, Malambo, Galapa y Sabanalarga.

Asimismo el pasado 30 de mayo fueron capturadas en Barranquilla y el Atlántico 41 personas señaladas por las autoridades de ser integrantes de los Rastrojos.

La única persona que reconoce la Policía que sí es desmovilizado de las Autodefensas es Javier Insignares Toro, alias JJ, presunto cabecilla de los Rastrojos, capturado el pasado 4 de julio en Barranquilla, pero que, según la entidad, “lo que tenía era individual, no una estructura”.

De acuerdo con los investigadores de la Sijín, en Barranquilla y el área metropolitana hay organizaciones delincuenciales dedicadas al hurto en todas sus modalidades e incluso el sicariato, pero insisten en que la afectación solo es local.

“Aquí las bandas van rotándose, heredándose los unos a los otros. Se han visto familias que han sido capturadas hasta la cuarta generación”, añadió la fuente.

Para ver este mapa en su tamaño original dé clic aquí

Pandillas para sicariato. Como “preocupante” consideró la Defensoría Nacional del Pueblo la situación de los derechos humanos en los 27 de los 32 departamentos del país, donde, de acuerdo con lo que ha analizado, se han expandido las bandas criminales.

La entidad denunció que estos grupos centran su accionar delictivo en homicidios selectivos, extorsión, reclutamiento ilícito de niños y adolescentes, amenazas, boleteo, microtráfico, entre otras actividades.

Contrario a lo señalado por la Policía, la Defensoría indicó que en Barranquilla y el Atlántico sí delinquen los Rastrojos y el Clan Úsuga, bandas criminales que están utilizando una estrategia para “invisibilizar” sus acciones.

Para ello estarían vinculando combos de pandillas para que ejecuten los sicariatos, extorsiones, amenazas, entre otros delitos. “Utilizan a niños y adolescentes como instrumentos para diluir la responsabilidad de sus acciones; pero eso en el fondo es un poder de intimidación y de influencia, con intereses de carácter político y económico que tienen en estas regiones”, señaló la Defensoría del Pueblo Nacional.

Las bandas criminales e incluso la guerrilla de las Farc –ha determinado la entidad–, no andan en cuadrillas, uniformados y mucho menos con armas de largo alcance en las ciudades o en las zonas urbanas. Ahora actúan a través de redes y milicias urbanas que son difíciles de detectar por las autoridades.

“Las autoridades, tanto policivas como civiles de Barranquilla, siempre niegan ese escenario, como si la ciudad estuviera blindada. Hay bandas criminales en La Guajira, Cartagena, Santa Marta, pero antes de llegar a Barranquilla parece que se desviaran por el aire, según la Policía”, dijo el funcionario consultado con base en el informe elaborado por la entidad.

Para identificar la presencia de bandas criminales, la Defensoría del Pueblo realiza trabajos permanentes de monitoreo con las comunidades  de los sectores que son afectados por las acciones violentas de los grupos armados ilegales, y a partir de allí se establecen los presuntos responsables.

Con base en la información recolectada, la entidad estableció, a través de un informe  de riesgo, que en Barranquilla y el Atlántico hubo una división de los Rastrojos y que varios grupos están actuando bajo la influencia del Clan Úsuga.

En ese sentido, informó el organismo, los factores de riesgo tienen que ver con amenazas contra líderes sociales y comunitarios; sindicalistas, dirigentes sociales, representantes de víctimas, reclamantes de tierras así como líderes de población desplazada.

En lo que va del año en el Atlántico han sido amenazadas 152 personas registradas por el Ministerio Público.

¿Preparándose para tomar terrenos de Farc?. La senadora Claudia López celebró la “investigación rigurosa” que hizo la Defensoría del Pueblo Nacional sobre las bandas criminales y los grupos delincuenciales que se están expandiendo por todo el país.

Al mismo tiempo mostró su preocupación porque dice que en la Región Caribe “existe una reorganización con un nombre distinto de los antiguos paramilitares”.

En concepto de la congresista, quien también ha investigado fenómenos como el paramilitarismo, es probable que las bacrim “estén preparándose para tomar los terrenos que dejen las Farc”. En ese sentido, a ella también le preocupa que el Gobierno Nacional “no se esté preparando para el posconflicto”.

“Si el Estado no llega, otros criminales hacen presencia y retoman las actividades de la organización que se desmoviliza. Ese es el error que no podemos volver a cometer”, advierte López ante la realidad del país.

Ser eficientes

Una de las soluciones para acabar con las bandas criminales, en opinión de la senadora Claudia López, está en depurar la Policía. De acuerdo con López, en sitios como la Costa Caribe el tema clave “no es más Ejército, sino más y mejor Policía”, lo que requiere, según la congresista, “una depuración seria de casos de corrupción muy estructurales con bandas criminales, con tráfico de gasolina y de narcotráfico, en los que está involucrada la Policía. Mientras la sal esté corrompida es muy difícil que el Estado funcione”. Otra solución, según la senadora Claudia López, es mejorar la acción de la justicia para que sea más eficiente contra la criminalidad. “Hay que mejorar la extinción del dominio, identificar por dónde es que lavan dinero y dejarlos en la calle”, señaló.

Haga clic aquí para ver el panfleto de ‘los Rastrojos’ lanzado el pasado viernes en Riohacha contra dirigentes indígenas.
 

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