El Heraldo
Los crímenes fueron perpetrados por pistoleros que se movilizaban en motocicletas Los hechos se registraron en Siete de Agosto, Los Ángeles, Las Malvinas y Villa Carolina. Luis Felipe de La Hoz
Judicial

Cuatro personas fueron asesinadas entre Jueves y Viernes Santo

Los crímenes fueron perpetrados por pistoleros que se movilizaban en motocicletas Los hechos se registraron en Siete de Agosto, Los Ángeles, Las Malvinas y Villa Carolina.

Los pistoleros no le dieron respiro a la ciudad en Semana Santa. La ley del ‘fierro’  y la bala no respetó ni el Jueves  ni el Viernes Santo, a  4 personas les segaron la vida en menos de 16 horas en distintos barrios,  mientras miles de católicos se entregaban a las celebraciones religiosas.

La última cena de  Eduardo Rojano Rincón, de 26 años, la había disfrutado  hacía cerca de una hora. A las 8 de la noche se sentó junto a su hermano Miguel en la entrada de su modesta vivienda en el barrio Siete de Agosto.

Eduardo no se percató  de que por el angosto callejón empedrado desembocó una motocicleta, al acercarse, el parrillero desenfundó un arma y  le descargó a quemarropa y  sin bajar del vehículo, 5 tiros mortales.
“Mi hermano vendía dulces en los buses. Estábamos hablando cuando llegaron esos manes en la moto y con las caras tapadas con  los cascos le dispararon. Dejó dos hijos pequeños que tuvo con diferentes mujeres”,  contó su hermano Miguel.

Mario Osorio Meza y Eduardo Rojano.

Barrio Los Ángeles.  A las 10 de la noche, del jueves, Wilfredo Miranda  Marañón, de 29 años, fue ultimado a tiros en la terraza de su lugar de residencia  ubicada en la calle 111C con carrera 15. A Miranda lo sorprendieron dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta de color negro y a sangre fría le propinaron varios  impactos de bala en la cabeza y en el cuerpo.
Miranda era padre de 4 hijos y el último de tres hermanos. “Él era electricista, pero no tenía trabajo, vivía conmigo, con mi mamá y con la mujer, pero no la mamá de sus hijos. No sabemos qué  pasó porque esa gente lo mató en toda la puerta de la casa”, indicó el familiar de la víctima.

De acuerdo con la Policía, Miranda Marañón había salido hace tres meses de un centro penitenciario, además tenía tres anotaciones judiciales, una por hurto a personas con arma de fuego, otra por hurto a motocicleta y la última por hurto simple.

Barrio Las Malvinas. A la 1:30 de la madrugada del Viernes Santo, cuando el mundo cristiano conmemora  la muerte de Jesús, Mario Osorio Meza estaba sentado a pocos metros de su lugar de residencia en el barrio Las Malvinas reposando los efectos del licor que había estado consumiendo a lo largo de la noche.

A un lado de la cancha de Las Malvinas, en la carrera 7B con calle 97,  tal como contó su hermano, Ricardo Osorio, Mario se sentó un rato allí a terminar una cerveza.

“Aparecieron los tipos en la moto, el parrillero sacó un revólver y le dio 5 tiros”, dijo el hermano de la víctima.

Agregó que la víctima  no dejó hijos, tampoco estaba casado, ni comprometido; era el quinto de siete hermanos  y se ganaba la vida laborando en el área de construcción.

La patrulla del cuadrante que se encontraba cerca al lugar del atentando reaccionó al escuchar los disparos, e inició la persecución de los agresores, el parrillero cayó de la motocicleta y fue capturado, mientras que el conductor logró fugarse.

Dimar Quintero Guerrero, de 26 años,  es el nombre del capturado al cual se le incautó un revólver  marca Llama Cassidy calibre 38, con los cartuchos percutidos. El capturado fue dejado a disposición de  la Fiscalía y tendrá que responder por el delito de tráfico y porte ilegal de armas de fuego y municiones y quedó vinculado a la investigación por el homicidio de Mario Osorio Meza.

Villa Carolina.  Después de haber asistido al último de sus  viacrucis, en el que participó junto a su bebé de unos 9 meses, su compañera sentimental y su tío,  Juan Esteban Correa Gallego, de 33 años,  natural de Armenia y con escasas tres semanas en la ciudad, lo asaltó la muerte a las 10:45 de la mañana del ayer, en la entrada del edificio V- Sophia,  ubicado en la calle 91 con carrera 75A, en el barrio Villa Carolina.

“Bajó sin camisa, como que recibió una llamada, cuando  estaba en toda la entrada del edificio, le hicieron ese montón de disparos”, contó una testigo.

Aldemar Gallego, tío de la víctima, contó que su sobrino lo llamó hace más de tres semanas solicitando su ayuda porque estaba sin trabajo. “Estaba manejando taxi en Armenia, pero se quedó sin trabajo y la idea era que empezara a trabajar un taxi que yo tengo acá. Bajó a buscar una mayonesa porque íbamos hacer el almuerzo, cuando se sintieron fue los disparos”, relató.

12 vainillas fueron encontradas por los investigadores que analizaban ayer la escena del crimen. 6 de las balas percutidas dieron en la humanidad de la víctima que fue trasladada de urgencias hasta la clínica La Misericordia a donde llegó sin signos vitales.

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