Judicial

En video: ‘Los School’, la banda que vendía drogas en colegios

La banda operaba desde el barrio Centro de Barranquilla, donde se camuflaban como comerciantes. Un total de 10 personas fueron capturadas en el operativo policial, entre ellas una vendedora de chance.

Aunque todos los días participe en operativos de la Policía, al mayor Leonardo Patiño le siguen temblando las manos antes de entrar en acción. Es la adrenalina que produce estar a cinco minutos de la captura a la banda delincuencial de ‘Los School’, que tiene atemorizados a los colegios de Barranquilla con la venta y distribución de estupefacientes a estudiantes.

“Prepárense para correr”, advierte Patiño, quien controla la situación desde un puesto donde venden pescado, a dos cuadras de su objetivo, custodiado por uniformados, patrullas de la Policía y miembros del Escuadrón Antidisturbios.

A esa hora, el Centro de la ciudad se acalora más con la gran cantidad de transeúntes. A plena luz del mediodía del pasado viernes, y en medio de los olores de los ‘corrientazos’ que cocinan en el Mercado, Patiño esperaba la señal. Un dron que sobrevolaba la  calle 30 con carrera 42 atrapaba la mirada de los curiosos.

“¡Ese aparato se está yendo lejos!”, dijo impresionado un niño, mientras trataba de ver, por el monitor del dron, hacia dónde se dirigía.

Tres de los capturados se mantienen en el piso, dos más se quedan sentados.

En ese momento, la Policía lanzó el golpe. En una de las esquinas, agentes infiltrados, junto con otros uniformados, cumplieron las capturas emanadas por el juzgado promiscuo de Galapa.

Los 10 detenidos asumieron una actitud de pasividad, ante el silencio de cientos de espectadores. En pocos minutos, 9 de ellos quedaron acostados en el piso, bajo el inclemente sol y arropados por su derecho de “guardar silencio”. “¿Ahora no puedo hablar o qué?”, cuestionó uno.

A menos de cinco casetas, una vendedora de chance se camuflaba entre la venta de ‘bolita’. Era Carmen Díaz Beleño, de 57 años, quien se desempeñaba, de acuerdo con las labores de inteligencia de la Policía Judicial como almacenadora de las drogas.

¿Cómo operaban?

De acuerdo con el coronel Juan Carlos Nieto, subcomandante de la Policía, tras una investigación de casi un año, lograron establecer la manera de operar de ‘Los School’,  que actuaban desde el barrio Centro, donde se camuflaban como comerciantes en puntos de ventas de frutas, chorizos y chance.

“También se ubicaban en la salida de los colegios para ofrecer estupefacientes y unos medicamentos especiales (sedatril y clonazepam) con el propósito de hacer a los niños adictos a las drogas desde su más temprana edad, y así garantizar un mercado”, explicó el coronel Nieto.

Entre los detenidos, según el informe policial, están Victoriano Pacheco Niebles, de 56 años, quien se desempeñaba como cabecilla de la banda; Luis Alberto Frías Guerrero, de 62 años, subcabecilla; los vendedores de droga Andrés Mercado Bolaño, de 53; René Arias Medina, de 51 años; Isidro Vargas Ortiz, de 71 y Pablo Berthel Ospino, de 53.

La función de almacenadores era cumplida, además de Díaz Beleño, por Luis Márquez Sarmiento, de 64 años, y Julio Martínez Baldovido, de 52. José Armando Pacheco, de 67, dijo la Policía, efectuaba tareas como transportador y campanero.

Intoxicaciones en colegios

 Las investigaciones  policiales comenzaron a partir de los frecuentes casos de “particulares intoxicaciones”, dijo Nieto, en los colegios del Distrito, situación revelada en el ‘Plan Padrino’, que cobija a 41 planteles educativos del Distrito, en los que se efectúan constantes controles.

“Los rectores y profesores de los colegios nos reportaban que los alumnos estaban desanimados y presentaban patologías extrañas, incluyendo convulsiones”, contó el Subcomandante.

Menores en el negocio

 En videos conocidos en exclusiva por EL HERALDO se aprecia cómo estudiantes participan en la comercialización de estupefacientes. 

En las imágenes se observan a dos alumnos de un colegio de la ciudad caminar por un parque, a las afueras de la institución para, discretamente, intercambiar droga y dinero.

La Policía dijo que bandas delincuenciales como la de ‘Los School’ han ideado estrategias para vincular a menores de edad a su negocio. Una de ellas, según advertencias de la Policía, es facilitar las primeras dosis gratuitas, o por canjes. Es decir, “les piden que les traigan a otro consumidor para que crezca esa cadena”, cuenta el mayor Patiño.

“Luego, cuando ellos ya son adictos, se ven obligados a buscar por cualquier medio el dinero para comprar las drogas”, explica.

Según estadísticas de la Policía Metropolitana de Barranquilla, 78 menores de edad fueron conducidos a la URI de la Fiscalía por venta de estupefacientes en colegios de Barranquilla y su área metropolitana, en el primer semestre de 2015. Un total de 43 menores fueron detenidos por la misma razón en el mismo período del presente año, lo que representa una disminución de 35 jóvenes.

Momento en que se ve la entrega del estuperfaciente entre los menores de un colegio. 

“Hay que trabajar juntos”: Lamus

 La defensora regional del Pueblo, Gloria Lamus, insistió en que estas prácticas necesitan de una reacción inmediata y articulada de la sociedad, las autoridades, las instituciones y el Estado.
“Hay que estar muy alertas del comportamiento de nuestros adolescentes. Se necesita mucha más mano dura. Los padres tienen el deber de saber en qué andan sus hijos”, manifestó Lamus.

Efectos del sedatril y el clonazepam

‘Los School’ vendían y comercializaban sedatril, un fármaco que por cada tablilla contiene 2 miligramos de clonazepam, medicamento utilizado principalmente para tratar ataques de pánico y de ansiedad, especialmente en enfermedades como la epilepsia.

El toxicólogo Agustín Guerrero explica que se trata de una benzodiacepina que “actúa sobre el sistema nervioso central como neurotrasmisor y provoca una inhibición de la actividad del cerebro”.

Inicialmente, este tipo de droga provocan una sensación de tranquilidad, y relajación. Sin embargo, advierte Guerrero, el abuso de su consumo, más la ausencia de prescripción médica, hace que resulte “sumamente riesgoso” para los adolescentes, quienes terminan “creando una dependencia o adicción”.

“Los jóvenes comienzan a caminar de forma descoordinada, presentan dificultades para hablar, están muy somnolientos e incluso pueden llegar a sufrir alteraciones en la presión arterial”, alerta el especialista. Una práctica que aumenta el riesgo del consumo de estas drogas es la combinación con diferentes estimulantes, algo que suelen hacer los jóvenes para mitigar los efectos de sustancias como la cocaína y las anfetaminas.

“Con esto potencializan el peligro de las drogas. El componente adictivo aumenta también”, indica.

¿Cómo identificarlos?

Guerrero señala algunas características propias de un joven consumidor de droga: aspecto somnoliento, déficit de atención, caminado descoordinado, intranquilidad e irritabilidad.

Capturados y drogas decomisadas

 

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