Como un sector plagado de asaltantes y de decenas de expendios de droga, describen al barrio Los Pinos la mayoría de sus habitantes.

Dicen que salir a la calle se ha convertido en todo un inconveniente, pues la delincuencia ataca por igual a cualquier hora.

Cada vez son más comunes —sostienen los vecinos— los comentarios acerca de los atracos y raponazos cometidos por asaltantes, entre los 15 y 18 años de edad.

Con algo de temor indican que se trata de delincuentes que viven en sectores aledaños debido a que actúan a pie y, después de cometida su fechoría, corren hábilmente entre las calles menos concurridas con el fin de evadir los cercos policiales o alguna eventual reacción de la comunidad.

Pero el ‘juego’ de estos jóvenes forajidos ha llegado a situaciones extremas. Se conoció que entre los pasados 7 y 13 de este mes se registraron dos atracos que dejaron como víctimas a un bachiller y a una modista, ambos residentes en una misma cuadra del barrio.
El 7 de diciembre a las 9 de la noche, Jonathan David Pugliese Durán, un joven bachiller de 18 años, recibió un balazo a la altura del rostro tras oponerse a un robo cerca a su casa, ubicada en la calle 56 con carrera 27.

Su mamá, Consuelo Durán, relató ayer cómo se registró este episodio en el que su hijo casi pierde la vida.

“Él recibió grado de bachiller ese día y en horas de la noche se había ido para la casa de un amigo a festejar. Estando en la fiesta dijo que regresaba a la casa a buscar un Mp3 y fue en el camino cuando lo atacaron dos muchachos. Le metieron un tiro en la boca porque no se dejó quitar nada”, indicó la madre de Jonathan.

El joven aún permanece internado en la Clínica La Misericordia, en el norte de Barranquilla, en donde está a la espera de una intervención quirúrgica reconstructiva.

Al caso del bachiller se le suma el de Yoneida Urrutia Estrada, una modista de 43 años que resultó herida de gravedad la noche del martes, cuando llegaba a su domicilio en compañía de su esposo.
Luis Campo, hijo de Yoneida, comentó que su madre fue herida en el cuello por un ladrón que llegó a pie a quitarle el bolso. “En medio del forcejeo, el muchacho le disparó”, dijo el joven.

Yoneida permanece recluida en la Clínica La Merced y, según los médicos, su pronóstico es reservado.

Las caletas. Los moradores también advierten que es frecuente ver en Los Pinos, ubicado entre los populosos Andes y San Isidro, a gente de todas las edades vendiendo o consumiendo droga por los puntos más cercanos al Cementerio Central Calancala. Es este, según ellos, un viejo expendio de alucinógenos del sector que muy poco es asediado por las autoridades.

Por Redacción Judicial
 

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