¿Por qué Nepal siempre ha atraído al mundo?

Nepal está anclado en el Himalaya y todos los años es destino de millones de turistas, entre ellos, cientos de colombianos atraídos por su cultura milenaria y por la enseñanza de la meditación que ofrecen varios centros internacionales de budismo.

Este país también es atracción para los deportistas extremos colombianos, que se aventuran a escalar sus cumbres. Su territorio alberga una gran parte del pico más alto del mundo: el Monte Everest, y otras siete montañas.

La meditación, atractivo turístico
La religión oficial de Nepal es el hinduismo, pero a los turistas de occidente les llama la atención la ciudad de Lumbini, un pequeño pueblo considerado la cuna del budismo. En esta ciudad, según historiadores, nació Buda.

Lumbini es la ciudad escogida para meditar y tomar un curso de Vipassana (técnicas de meditación) y para ello están los monasterios. Precisamente eso era lo que estaba haciendo Miguel Mejía, el docente de artes dramáticas de Barranquilla, que ha trabajado para las universidades de Atlántico y Autónoma.

“En el momento del temblor no tuve pánico. No sé si en parte gracias a los días de meditación, esto nos fortaleció de alguna manera; no hubo pánico entre nosotros", comentó este domingo el docente que cursa una maestría en cooperación internacional en ese país.

El sitio más promocionado entre los colombianos es el  Lumbini Vipassana Centre, cerca de la ciudad de Bhairahawa. Realiza cursos de 10 días cada mes del año.

En muchas ocasiones, muchos centros como este no cobran por asistir a los cursos sino que se invita al participante a donar para que en un próximo curso más personas se beneficien.
Los colombianos que quieren vivir esa experiencia consiguen los tiquetes más baratos, se alojan en sitios cómodos y limpios y viajan en autobús a los lugares de meditación. Tal vez, dicen los que han ido, la satisfacción espiritual recompensa la inversión.

El Everest

Los deportistas que quieren escalar las montañas de Nepal tienen que tener un presupuesto mucho mayor.

Este año el Consejo de Turismo de Nepal anunció que para la primera temporada de ascenso al monte Everest estaban registrados 31 grupos.

Se estima que cada escalador, en promedio, invierte unos 11 mil dólares para ascender a la montaña, que cobró la vida de 16 sherpas (pobladores del Himalaya) en el 2014, luego de una avalancha en la Cascada de hielo de Khumbu, entre el campamento base y el campamento uno.

Esta cifra de 16 muertos en abril de 2014 fue superada por el terremoto del sábado en Nepal. La cifra por la avalancha que generó el temblor de 7,8 grados, está en 22 muertos y 217 desaparecidos en el Everest.

Después que sucede una tragedia, el gobierno nepalí toma medidas para garantizar que una de sus fuentes de ingresos, el montañismo de altura, siga sin contratiempos. Este año, antes del terremoto, por ejemplo, se habilitó una ruta más segura, con más médicos en el campamento base.

Los colombianos no han estado lejos de los más altos picos. En mayo de 2001, sin contratiempos, la expedición colombiana al Everest tocó la cima. Una bandera tricolor ondeó el pico más alto del mundo con el barranquillero Fernando González Rubio y el tolimense Manolo Barrios.

Una gran cantidad de escaladores colombianos han desafiado con éxito los picos del Himalaya.  Uno de ellos fue el boyacense Lenin Granados, quien falleció en el monte Manaslú en 1998. Esta montaña es la octava más alta de la tierra. Su cumbre está a 8.163 metros sobre el nivel del mar y está situada en el macizo Mansiri Himal, en Nepal
Construcciones milenarias

El terremoto en Nepal destruyó la torre Dharhara, de nueve plantas, y varias personas quedaron atrapadas entre sus ruinas. Este lugar estaba en la Plaza Durbar de Katmandú y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
“Tal vez estas construcciones milenarias y calles coloridas estarán destruidas, sin embargo la esencia del pueblo nepalí y su alegría son más fuertes que el terremoto", escribió en su Facebook Miguel Vidales Parra, uno de los integrantes del equipo colombiano que en 2001 conquistó el monte Everest.
Una ciudad tan visitada y congestionada, según sismólogos e investigadores sociales, no estaba preparada para la tragedia que vive desde el sábado.

No es el primer terremoto en Nepal
Katmandú ya había recibido una advertencia, primero por la Tierra misma: el del sábado fue el quinto terremoto de consideración de los últimos 205 años, incluido uno de gran potencia de 1934.
Ese año, la magnitud fue de 8,2. Ocurrió el 15 de enero y causó daños en el norte de Bihar (zona este de la India) y en Nepal.

El epicentro de este evento fue en el este de Nepal, a unos 10 kilómetros al sur del Monte Everest.
El terremoto fue tan grave que según los registros de prensa de la época, en Calcuta (India), a unos 650 kilómetros del epicentro, muchos edificios se derrumbaron y hasta la torre de la catedral de St. Paul se cayó.

Los reportes de prensa local aseguran que ese año las afectaciones más graves se presentaron en la ciudades de Katmandú, Bhaktapur y Patán, donde casi todos los edificios se derrumbaron. Varias carreteras se destruyeron tras las grandes grietas que aparecieron por el terremoto.

Por lo anterior, los expertos aseguran que desde hace mucho tiempo se temía que ocurriera un sismo en Katmandú, no sólo porque la ciudad se encuentra en una falla sísmica, sino porque sus secuelas serían más graves debido a la poca prevención y reacción de los organismos locales.

El devastador terremoto en Nepal fue un desastre que los expertos sabían que ocurriría. Hace apenas una semana, unos 50 sismólogos e investigadores sociales de todo el mundo llegaron a Katmandú, la capital de Nepal, a fin de dilucidar cómo preparar a esta ciudad pobre, congestionada, excesivamente urbanizada y con construcciones de mala calidad para que hiciera frente a un gran sismo como el que la arrasó en 1934.
Los expertos sabían que estaban en una carrera contra el tiempo, pero desconocían que sus temores se materializarían tan pronto.

"Era una especie de pesadilla que iba a ocurrir", dijo el sismólogo James Jackson, jefe del departamento de ciencias de la Tierra en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra. "Lo ocurrido física y geológicamente fue exactamente lo que habíamos pensado que sucedería".

Sin embargo, Jackson no creyó que el temblor de gran escala del sábado sucedería tan pronto. El terremoto de magnitud 7,8 dejó cuando menos 3.000 muertos y amplia destrucción en muchas partes.
"Cuando recorrí a pie la misma zona a la que había afectado aquel sismo pensé de inmediato que habría problemas", dijo Jackson, científico en jefe de Terremotos Sin Fronteras, un grupo que intenta reforzar la capacidad de Asia para recuperarse de este tipo de desastres.