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Cerca de 200 personas alzaron su voz. “No olvidaremos”, clamaban. EFE
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Disturbios por asesinato de otro joven afroamericano

Habitantes de Misuri, en Estados Unidos, reviven protestas raciales. En la investigación se acusa a un agente de Policía fuera de servicio.

Estados Unidos. Dos meses después de las intensas protestas raciales que se registraron en Misuri, el estado volvió a ser escenario de choques entre la Policía y manifestantes por la muerte del afroamericano Vonderrit Myers Jr, de 18 años.

El homicidio ocurrió el miércoles pasado y se acusa  como presunto responsable a un agente de Policía fuera de servicio.

Este caso recuerda la muerte de otro joven de 18 años, Michael Brown, por parte de un agente blanco cuando iba desarmado en la localidad de Ferguson y que causó una ola de disturbios.

Durante la última protesta, cerca de 200 personas clamaron con las consignas “No olvidaremos” y “Manos arriba, no disparen”.

El jefe de Policía, Sam Dotson, informó que el agente fuera de servicio persiguió al desconocido y, tras un altercado, el sospechoso sacó un arma y disparó tres veces hasta que se le encasquilló la pistola.

El policía entonces abrió fuego e hizo 17 disparos que hirieron mortalmente al Myers, quien “no fue ajeno a la aplicación de la ley”, aseveró Dotson.

Antecedentes

El joven afroamericano, según documentos del tribunal de Misuri, había sido convocado a presentarse a una audiencia en noviembre próximo, por cargos presuntamente relacionados con el “uso de armas y resistirse a un arresto”.

Al parecer, el joven fue imputado por “una persecución por parte de la Policía por exceder los límites de velocidad permitidos y una colisión posterior”.

Según las fuentes judiciales, tras el accidente de coche, Myers, que iba como pasajero, salió corriendo con una pistola y la arrojó en las alcantarillas, de donde fue recogida por la Policía.

Los familiares del joven realizaron una vigilia en su memoria, y su madre, Syreeta Myers, aseguró a los medios de comunicación que “su hijo no iba armado” y que “llevaba un sándwich en la mano cuando le dispararon, y no una pistola”.

Asimismo, cerca a veinte líderes afroamericanos también se congregaron el pasado jueves, frente a la sede de la Policía de Ferguson, para expresar su indignación por el hecho de que el oficial se acercara a Myers sin motivo y anunciaron que en este fin de semana harán nuevas protestas y concentraciones.

El país tampoco olvida el caso de Trayvon Martin, un adolescente afroamericano que murió a manos de un vigilante voluntario que le disparó en Florida en 2012.

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