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Cientos de personas lloran y cantan las canciones de Juan Gabriel al pie de su escultura Efe
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La sorpresiva muerte del cantante Juan Gabriel de un infarto al corazón a los 66 años ha causado una enorme conmoción en su natal México Efe
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Mariachis rinden homenaje en la Plaza Garibaldi, la icónica plaza de los mariachis de Ciudad de México. Efe
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En el paseo de la fama, su estrella fue adornada como homenaje. Efe
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ramos de flores que fueron dejados por cientos de personas que lloran y cantan las canciones de Juan Gabriel a las afueras de su casa. Efe
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A viva voz, fans de Juan Gabriel lloraron su muerte

A pleno pulmón y con la emoción a flor de piel, centenares de mexicanos despedían este lunes al fallecido cantante Juan Gabriel desde la Plaza Garibaldi de la Ciudad de México, cuna de los mariachis y de la cultura popular. En una improvisada fiesta, tan por sorpresa como la muerte este domingo de esta estrella de la canción a sus 66 años de un infarto al corazón, decenas de fanáticos de Juan Gabriel se reunieron en el mítico Salón Tenampa, famoso por su música en directo y por haber sido frecuentado por artistas de la talla de Chavela Vargas o Frida Kahlo. "Se queda en el corazón de todos nosotros, no hay por qué estar tristes, nos deja muchas canciones, mucho entusiasmo y mucha alegría", dijo a Efe el mariachi Miguel Ángel González, para quien "el Divo de Juárez" era capaz de "llenar corazones" y a quien hace cuatro años acompañó tocando en un concierto en el Auditorio Nacional. Su banda era la más afortunada del local, pues acompañaba una mesa de unas diez chicas que, al enterarse de la noticia, corrieron a este mítico establecimiento a rememorar a uno de los artistas más transversales del país, capaz de enamorar a todas las clases sociales. "Juan Gabriel es un icono de la música. Era una leyenda viviente. (...) Estamos en shock. Él representa música y magia", afirmó la administrativa de 24 años Amanda Sáenz, vasito de tequila en mano, bandera mexicana anudada al cuello y sombrero charro en la cabeza. Con sus amigas, entonó un tema tras otro del divo, como "Ya lo sé que tú te vas" y lanzaron varias consignas como "¡Viva Juan Ga!", acompañados de gran parte de los comensales de este gran local. Con más de 1.500 letras a sus espaldas, era fácil recordar hoy a este ecléctico música solo a través de sus canciones. En un rincón algo más sosegado, debajo de un enorme pintura con un retrato de Juan Gabriel -nacido el 7 de enero de 1950 en Michoacán (oeste de México) pero criado en la fronteriza con Estados Unidos, Ciudad Juárez, los propietarios del Tenampa colocaron un altar con multitud de flores y velas. En un lateral de la plaza, alrededor de una estatua del cantante y compositor arrancó otro homenaje improvisado, que si bien fue un tanto más emotivo, tampoco dejó de lado el jolgorio. "Es una lástima que se haya ido, fue mí ídolo y tiene canciones maravillosas como 'Amor eterno', cuando sepulté a mi hijo pusimos canciones de él. (Juan Gabriel) para nosotros no ha muerto", dijo con lágrimas en los ojos Carmelita Rodríguez, del central Estado de México. Entre canción y canción, un grupo realizaba una cooperativa para contratar a mariachis que interpretaran canciones de este incombustible y galardonado cantante fallecido en Santa Mónica, California, mientras se encontraba en un gira en la que dio lo mejor de sí mismo hasta su inesperada despedida. En la plaza, cada vez más repleta de gente, se probó la transversalidad de este dúctil cantante y compositor que nadaba con maestría por registro tan diversos como la ranchera, el bolero, el pop, la salsa o la música norteña. Un artista que, a través de su música, fue capaz de unir México en uno, de norte a sur y desde el más rico al más pobre. "Le digo gracias. Que Dios lo bendiga, que lo tenga con bien y que descanse", le deseó Elvira Orozco, originaria de Michoacán y, según dijo, pariente muy lejana (por parte de sus abuelos maternos) del divo. El Gobierno de México ya ha ofrecido a la familia el prestigioso Palacio de las Bellas Artes de la Ciudad de México para que el pueblo pueda recordar y velar al fallecido, y en su amada Ciudad Juárez, donde se crió, han anunciado varias conmemoraciones. Imprescindibles sus canciones en toda boda, cumpleaños y karaoke que se precie en México, los homenajes a este icónico cantante parece que no han hecho más que comenzar. Hablar hoy de Juan Gabriel es escuchar, al menos, una anécdota por persona en relación con el artista. La muerte de Alberto Aguilera Valadez, su verdadero nombre, demuestra además la sentida y personal forma de decir adiós en México: "Yo vengo de una cultura en que la muerte para mí es un luto, y me sorprende verlos a todos muy alegres, festejando y honrando a su ídolo", explicó Natalia. Esta argentina residente en la capital y fan de Juan Gabriel no salía de su asombro al comprobar que, por lo menos en el Tenampa, el adiós a este grande de la música, se daba vaso en mano y con brindis de por medio.  En el paseo de la fama Decenas de fans del cantante se congregaron en la estrella del artista en el Paseo de la Fama de Hollywood para despedirle de la mejor manera que sabían hacerlo: entonando sus canciones más recordadas. "El Noa Noa", "Se me olvidó otra vez", "Hasta que te conocí", "Querida" y un sinfín de temas del célebre artista sonaron hoy en la célebre avenida de Los Ángeles gracias a quienes se acercaron a recordar su figura. La nicaragüense Maritza Vega se encargaba de proponer canciones e, incluso, de arrancar oraciones mientras la gente depositaba en la estrella ramos de flores, fotos y carteles del artista. "Puede que Juan Gabriel sea de México, pero nos pertenece a todos los latinos", afirmó Vega. "Sus canciones nos han hecho llorar cuando estamos enamorados y nos han hecho reír y bailar como locos cuando cantaba locuras", agregó. Vega dijo que conducía su coche en la autopista cuando escuchó la noticia de su fallecimiento en una cadena de radio en inglés, seguida de una de las canciones del artista. "Paré el coche y me puse a llorar. No lo podía creer. Decidí venir a Hollywood, algo que jamás hago, y celebrar su vida. Todos somos mejores personas por sus canciones", indicó. José Vadillo, uno de los seguidores allí presentes, no podía dar crédito a lo ocurrido ya que el pasado viernes se encontraba disfrutando del concierto de Juan Gabriel en el Fórum de Inglewood (California), que finalmente sería el último espectáculo del "Divo de Juárez". "Se veía bien lleno de vida", afirmó el aficionado. "Como todo show que daba, estaba lleno de energía, vitalidad, y hacía bailar a todo el mundo. Nadie esperaba esto. Estaba perfecto", agregó. Vadillo, quien afirmó que se enteró de la noticia mientras comía en un restaurante de Manhattan Beach, decidió visitar la estrella de Juan Gabriel en el Paseo de la Fama porque sintió "un vacío muy feo en el corazón". "Murió el ser humano, pero el artista y cantautor siguen vivos. Su música vivirá siempre", sostuvo Vadillo, que lucía una camiseta negra con el rostro del cantante. Las lágrimas prácticamente impedían hablar a Ana Villanueva, profundamente impactada y emocionada por la noticia. "Yo a Juan Gabriel lo quería. Es como mi familia. Me encantaba su música. Me ha traído felicidad y me ha reconfortado en momentos muy difíciles de mi vida", explicó la mujer mientras recibía el abrazo de su marido. Villanueva explicó que su madre murió cuando ella era una niña y que en las letras de "Querida" siempre encontró consuelo. Además, pudo conocer a Juan Gabriel personalmente y le comentó su tragedia personal. "Sus palabras las llevaré para siempre conmigo. Dijo que esos sentimientos eran el motivo por el que seguía adelante. Él se volcaba en sus fans", manifestó. Más entera se encontraba Alicia Gutiérrez, que reconocía no estar sorprendida "en absoluto" de la respuesta de los fans. "Hizo de la poesía, canción. Nos dejó mucho a la comunidad latina que llevamos años en EEUU. Es alguien que queda para la posteridad. Me duele mucho, pero lo recordaré con mucha alegría. Y tenemos sus canciones, que son una auténtica belleza", valoró. Juan Gabriel, una de las estrellas musicales más relevantes de Latinoamérica, falleció hoy a los 66 años en Santa Mónica (California) de un ataque al corazón.

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